Un jardín, una gastroteca y un universo gadget que se disfrutan tirando de la anilla

En el libro 'El porqué de los dichos', José María Iribarren intenta aportar un poco de luz a la expresión 'dar la lata', que normalmente relacionamos con el hecho de ser reiterativo, incluso pesado con respecto a algún tema. El autor sitúa el origen en los carnavales, donde los participantes hacían sonar, bien golpeando, bien arrastrando, latas vacías hasta el punto de hacerse cansino o insoportable.

Otros autores, como Dámaso Alonso, dicen que 'lata' en español puede tener el mismo significado que 'latte' en francés, o sea, palo. Al igual que sus derivados ‘lato’, ‘late’o ‘latta’ en provenzal, italiano o portugués. Y que por lo tanto, 'dar la lata' tendría el sentido de ‘golpear con un palo’. Es decir, algo molesto y dañino. En cualquier caso, existen realidades distintas en las que una 'dar la lata' puede ser sinónimo de algo muy positivo porque dentro esconde sorpresas gustosas. Veamos algunos ejemplos.

Entre Latas

Si el cielo viniera enlatado, este local de Barcelona sería lo más aproximado a ese paraíso gastronómico en el que lo mejor del mercado está al alcance de un tirón de anilla. Entre Latas (www.entrelatas-bcn.com) es un espacio en el que uno se siente viajar a aquella infancia de colmados y ultramarinos, pero revisitado por el ojo de su dueña, formado en el mundo del diseño gráfico, y eso se nota en la cuidada decoración del espacio.

Paola decidió un buen día poner su ordenador en modo reposo para descubrir un mundo de delicias culinarias que venían en envases de aire vintage. Todo, absolutamente todo, lo rico que puedas imaginar cabe en sus latas: pescados, mariscos, patés, verduras, algas... Además de algunas excentricidades como jamón salado enlatado o tacos de cochinilla.

Cuando tu puntuación en Tripadvisor es de 5, es que algo estás haciendo bien. Muy bien. Por cierto, que además de poder comprar para llevar, tienen mesas y bancos-despensa para poder hacer una desgustación in situ. Dirección: Calle Torrijos, 16. Barcelona.

Jardines en lata

No hay mejor negocio que el que nace del gusto, la ilusión del creador, en este caso creadora. María Ruano encontró un buen día, como el que no quiere la cosa, su verdadera vocación. Lo encontró, como casi todo en este mundo 2.0 en internet: aficionada como era al diseño de bonsáis, siguió investigando y encontró que en ese universo de jardinería en miniatura había un mundo por descubrir.

Y así, con dosis de creatividad y musgo, se inventó un negocio que es también un hobbie y una terapia, porque, además de comprar o regalar estos minijardines que vienen en lata, en caja o en macetas recicladas, también puedes crearlos tú misma. Unos mundos en los que la propia flora es tan importante como los complementos que la habitan: esos pequeños seres que van en minivespas, hadas, duendes, magos, casas, pequeños animales... Desde Guadalajara para el mundo. www.jardinesenlata.es

Un mundo de posibilidades

Desde relojes a camisetas, pasando por la icónica Campbell que popularizó Andy Warhol, la lata ofrece numerosas posibilidades que no se agotan nunca. Algunas de ellas las comercializa la firma Curiositate, creadora de infinitas posibilidades en las que este recipiente metálico sirve para albergar todo tipo de pequeños tesoros: desde clips con forma de pescado hasta blocs de notas pasando por pequeños tenedores con forma de raspa que podemos usar para pinchar las aceitunas y sexo en lata. Regalos originales a precios módicos que, por supuesto, vienen enlatados.