La Buixeda, el local de los vips en la Cerdanya (de Esperanza Aguirre a Cusí)

Tiene una varita mágica escondida entre los fogones. Enrique Valentí logra poner de moda todo lo que toca, aunque sean lugares olvidados por muchos y hasta odiados por otros. Con su agenda de contactos, su saber moverse y sus ideas. Su última apuesta ha sido reabrir un restaurante en la Cerdanya, La Buixeda, y convertirlo en el lugar al que hay que ir. Ya se ha visto por allí a Esperanza Aguirre o Josep Cusí, el mejor amigo del rey Juan Carlos.

En agosto, sin ir más lejos, ya no tenían mesas para algunos días de diciembre. Y uno de los primeros clientes del restaurante fue Josep Cusí, amigo personal del otro socio, Matías Albert.

El mejor amigo del rey Juan Carlos I salió muy contento del restaurante y repitió visita. Como Javier de las Muelas, conocido propietario de bares ya míticos como el Dry Martini, otro de los clientes primerizos de Valentí en la Cerdanya.

Ver y ser visto

Se ha convertido en el lugar al que ir aunque uno esté solo unos días en la Cerdanya. Como le sucedió a Esperanza Aguirre, gran amiga de Luis Conde (el fundador de Seeliger & Conde tiene casa en el valle), con quien comió en La Buixeda después de pasar unas horas en el Club de Golf Sant Marc.

Valentí atiende a Vanitatis amable y sincero. Madridista, padre de familia, cuenta que la idea de abrir La Buixeda surgió con un grupo de amigos de siempre, todos gente bien con casa en la zona. “Y ha sido increíble, llenamos cada día desde que abrimos, el 1 de agosto. Estamos desbordados”, admite. “El éxito ha sido espectacular, nunca me había pasado algo así y mira que tengo experiencia en abrir negocios de éxito”.

Este cocinero reconvertido en “conceptualizador de espacios de gastronomía” es el responsable de fórmulas de éxito como el asador Casa Paloma o el restaurante Marea Alta, el lugar al que van todos los famosos que viven o que pisan Barcelona.

Operación Chicote

“No tengo una fórmula mágica, si así fuera la habría patentado -ríe-, pero sí que me baso en la honestidad y la credibilidad. Ser creíble tiene mucho valor ahora, sobre todo en restauración”.

La Buixeda ha abierto donde estaba uno de los locales malditos de la Cerdanya, el restaurante Les Lloses, un local casi siempre vacío. “Fue una especie de operación Chicote”, bromea Valentí, quien ha contado con el interiorismo de Cristina Carulla, uno de los nombres más potentes del panorama barcelonés.

La decoración evoca a la campiña inglesa y parece que en cualquier momento pueda entrar la reina Isabel II por la puerta. La carta, mientras, es terrenal, apegada a la cultura pirenaica, sencilla y potente. Platos de cuchara intensos y acertados, materia prima de mucha calidad, unos postres que uno sueña en volver a probar... Mención especial merecen las tortillas, variadas y hasta sorprendentes.

La carta de vinos es de alto nivel y el entorno, lo saben quienes han estado, acaba por susurrarle a uno que vuelva, que le quedan cosas por degustar. Y de paso, codearse con los apellidos más granados de la alta burguesía catalana.