Cómo organizar la fiesta perfecta (y ser la mejor anfitriona del mundo)

En cuestión de fiestas, no es lo mismo ser invitada que la que invita. Solo aquellas que han pasado por eso saben la presión que este rol ejerce. Algo que a priori parece tan sencillo (poner bebida, comida, música y poco más) requiere de una serie de pasos imprescindibles a seguir con tu check list en mano, dosis extra de organización y tiempo, mucho tiempo. Si no eres una anfitriona nata, pero te toca estrenarte, ármate de paciencia y cárgate de energía. La carrera por organizar la fiesta perfecta ya ha comenzado y tu misión es convertirla en el mejor evento de todos los tiempos. ¡A por ello!

Elige temática

Tipos de fiestas hay cientos (infantil, cumpleaños, de nacimiento, conmemorativa…) y debes encontrar el hilo conductor que mejor encaje con la tuya. Una vez la tengas, todo girará en torno a ella: la decoración, los disfraces, el catering… Cada parte de la fiesta debe empaparse de la temática escogida. Busca inspiración y algo de ayuda en Instagram. Perfiles como los de @hemaspain o @flyingtiger son una fuente inagotable de ideas.

Fija un presupuesto

De esta partida se determina la magnitud y envergadura de la fiesta. Si es un evento pequeño y reducido o si va a ser una macrofiesta. Contar desde el principio con la cantidad de dinero que te puedes gastar es clave para poder elegir después el catering (si es handmade u optas por expertos), la música (con un altavoz te basta o contratas un DJ), etc.

Una buena localización

Esta es una de las claves del éxito y que depende directamente del número de invitados. No puedes meter a 150 personas en un salón de 50 metros cuadrados, ni a 10 niños en una gran casa llena de peligros. Si optas por tu propia casa, asegúrate de que tus invitados estarán cómodos en todo momento, y si prefieres alquilar un espacio, ten en cuenta el tipo de personas que van a asistir.

La lista de invitados

Aquí has de ser inteligente y reunir a personas afines y con gustos similares si la fiesta es pequeña, o de lo contrario, abrir la mano e invitar a todos tus amigos y conocidos si es más grande. Lo que está claro es que debes avisar con tiempo suficiente para evitar quedarte sola después de tantos preparativos.

Y por último… ¡diviértete!

El día ha llegado, tus invitados comienzan a aparecer y, por supuesto, ¡todo está en orden! Solo te queda disfrutar del momento, sin olvidarte de atender y estar pendiente de tus invitados para hacer que todos juntos paséis un rato que no olvidaréis jamás. Si todo va bien, seguro que en unas semanas te pedirán que vuelvas a montar una fiesta.