Las estaciones de esquí para ver y ser visto

Durante el invierno, tienes que incluir en tu lista de 'must do' una semana blanca de glamour (o como poco irte unos días a la montaña). Y es que las estaciones de esquí durante los próximos meses se convierten en un punto de encuentro social divertido, sano y diferente que no te puedes perder.

Paseos en trineo, copas en las alturas, cenas en restaurantes con encanto, tardes de excursiones variopintas, hoteles con magia (y spa), pueblos de cuento, carreteras de ensueño y un sinfín de cosas más que merece la pena descubrir incluso si no eres aficionado a los deportes alpinos. Sigue leyendo y apunta. No querrás salir de ahí.

Dolomitas: esquí y arte

Para los que se inician en el universo blanco, lo último que se lleva es compaginar la semana de nieve con algo de turismo. Por eso, la agencia Geográfica XXI (www.geograficaxxi.com), especializada en viajes de lujo (y con mucho encanto), organiza de forma personalizada un plan de nieve en las montañas italianas de Dolomitas, después de visitar Venecia.

Lujo y deporte

De ese modo la aventura comienza en la romántica y misteriosa Venecia alojándote en el Hotel Luxury Boutique Splendid, un palacete del siglo XVI bañado por las aguas del Gran Canal. Desde allí podrás visitar la ciudad y pasear por los canales en góndola para después irte al Dolomita Superski, un carrusel de 12 estaciones interconectadas con 1.200 kilómetros de pistas, donde además de deporte, conocerás la deliciosa mezcla de culturas italianas, austriacas y ladinas que coexisten en esta región. Puro glamour.

La Austria más chic

Otro mix cinco estrellas para esquiar, ver y dejarse ver, es el que organiza en el Valle de Gastein en Austria la agencia especializada en viajes de montaña Snowmada (www.snowmada.com). Historia, cultura, música, lagos y bosques... Y 2.900 kilómetros de pistas con un solo forfait. ¿Se puede pedir más?

Te lo darán, porque además también personalizan hasta el último detalle el plan que quieras. Visita a Salzburgo, la ciudad de Mozart, a las minas de sal más antiguas de Europa, a Zell am See, ciudad de arquitectura Belle Époque con un hermoso lago, y el glaciar de Kaprun. Si quieres, podrás conocer el Parque Nacional de Hohe Tauern y disfrutar de las aguas curativas, baños termales y cascada que han tenido visitantes tan famosos como Sissi emperatriz, Schopenhauer, o Schubert, entre otros. Imposible un viaje más completo con la excusa de esquiar.

El valle (siempre) de moda

¿Buscas algo más cerca? Recuerda: en el centro de los Pirineos, el Valle de Arán es probablemente uno de los destinos elegidos por la flor y nata de los esquiadores nacionales (y de los que no lo son pero quieren estar en el pastel). Treinta y tres pueblos a elegir (con sus construcciones de piedra, pizarra y madera), entre los que se encuentra la famosa estación de Baqueira Beret (www.baqueira.es) y sus 165 kilómetros de pistas. ¿Qué hacer además de esquiar? Te encontrarás con numerosos rostros conocidos que disfrutan las tardes de après ski tomando una copa Möet Chandon en el Moët Winter Lounge en un refugio de estilo alpino o de excursión por alguna villa con sus edificios románicos, sus calles empedradas y sus hoteles y restaurantes impregnados de un sabor único (y muy elegante).