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Coco Dávez en el hotel y Picasso en el plato: espacios que no (solo) son lo que parecen
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Coco Dávez en el hotel y Picasso en el plato: espacios que no (solo) son lo que parecen

Nos damos una vuelta por espacios polifuncionales que juegan con la ambigüedad: un hotel que es museo, un museo que es taberna, un prostíbulo que es teatro...

Foto: Coco Dávez. (Cortesía Hotel Emperador)
Coco Dávez. (Cortesía Hotel Emperador)

Vivimos tiempos convulsos. Es una frase hecha sí, pero una de nuestras favoritas que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, y en este caso para explicar que dentro de ese universo efervescente que nos ha tocado vivir las cosas ya no son blanco o negro, sino en ocasiones las dos a la vez y otras toda la paleta de colores existentes entre ambos extremos.

Así que en ese fluir de géneros y en esa existencia que juega con la ambigüedad hemos descubierto que muchas cosas ya no son lo que parecen, o sí, pero además... Antes una panadería era un lugar para comprar pan; una joyería, un espacio para darse un capricho, y un parque de bolas, un invento para que los padres descansen. Pero ahora no, ahora tú vas a dormir a un hotel y puedes ver una expo, vas a comerte una paella y sales tarareando el 'Nessun dorma' de Puccini, y entras a tomar una caña y terminas hablando de la filmografía de Cuarón.

Te contamos cinco espacios que han hecho del 2x1 su leitmotiv y que parecen una cosa pero son también otra.

Un hotel que es una galería de arte

Coco Dávez es una ilustradora madrileña que ha recuperado un universo lleno de ídolos atemporales y los ha reducido a su mínima expresión para después pasarlo por un tamiz colorista y pop. El rostro desaparece para representar la esencia del retratado. Su estilo neorrealista es ya inconfundible logrando un sello propio con la complicidad de Frida Kahlo, Grace Jones, David Lynch, David Bowie o Tintin.



El hotel Emperador ha estrenado el nuevo concepto urbanístico de la Gran Vía, convirtiéndose en el centro de uno de los planes más atractivos de la capital. El Lobby Art Gallery del establecimiento ofrece una cita diaria con los principales ídolos de la cultura del siglo XX a través de ‘Faceless’, la exposición que Coco Dávez ha puesto en marcha con la colaboración de Schweppes Premium Mixers.

Un museo que es una taberna castiza

Iván Morales y Álvaro Castellanos son los responsables y artífices de Arzábal, un concepto gastronómico que tiene su espacio en el Museo Reina Sofía de Madrid. Una taberna en la que se rinde homenaje a la cocina tradicional, de la memoria y de los bares de tapas. Ellos mismos la definen como “una taberna reinventada”.

El espacio, de más de 900 m2 en total, de los cuales 700 son terraza, cuenta además con un salón interior cuyo punto central es una vitrina en cruz y el espacio de barra con mesas altas enfrentadas y la cafetería que hace de nexo entre el restaurante y la terraza.

placeholder Así es Arzábal. (Cortesía)
Así es Arzábal. (Cortesía)

Carta sencilla pero eficiente con tapas como los torreznos de Soria fritos, patatas a la importancia con cigalitas o el Guernica de Picasso con sartén de huevos de corral con trufa, tal cual. Cosa de musas.

Un restaurante que es un teatro de la ópera

Llevan ya más de dos décadas sirviendo mesas a ritmo de Verdi o Bizet. La Castafiore nació en 1996 con el objetivo de ofrecer una original alternativa en la que se ensamblaran tres disciplinas artísticas; la culinaria, la pintura y la ópera, a la vez que promocionar a jóvenes talentos de la lírica. Por eso sus camareros son Pavarottis y Calas en potencia que te sirven unos langostinos al curry con arroz blanco al ritmo de 'Rigoletto'. A pesar de su nombre, la cocina no es italiana sino mediterránea.



El Café de la Ópera, junto al Teatro de la Ópera, ha seguido el ejemplo y también oferta un menú degustación en el que se puede alimentar el cuerpo y el alma.

Un prostíbulo que es un teatro

Obras de 15 minutos para 15 espectadores en salas de menos de 15 m2. Se representan simultáneamente y en sesión continua hasta 7 veces al día. Todas las obras giran en torno a un mismo eje temático que cambia cada mes (por dinero, por amor, por el futuro…). Esta es la idea principal de Microteatros, un concepto que se puso en marcha en noviembre de 2009 cuando casi 50 artistas presentaron un proyecto teatral en un antiguo prostíbulo que les cedieron dos fines de semana antes de su demolición. Diez años después esa idea sigue vigente y creando cada día más adeptos y se ha convertido en un referente cultural de la capital madrileña que se ha ido extendiendo por toda la ciudad.


Una de las primeras salas en sumarse a este reto de sorprender a un público pequeño en un tiempo récord fue 'Microteatro por dinero', en la calle Loreto y Chicote, que con el paso del tiempo ha ido cubriendo otras ramas de la interpretación como el microteatro infantil, la micromagia o la microdanza. La cercanía literal, los precios populares, el petit comité, la variedad en la selección (la carta) y el boca a boca han conseguido que los fines de semana haya colas que bordean la esquina de la calle.

Un bar que es un cine

Se ha convertido en poco tiempo en uno de los lugares más cool de Madrid gracias a su reconversión física y espiritual. Lo que fue hasta hace no mucho el último cine porno de la capital ha sufrido una transformación completa que ha dejado el edificio 'en cueros' y ha rejuvenecido el aspecto de un espacio que había perdido clientela y sentido en un tiempo en el que el consumo de productos para adultos se hace a través de internet.

placeholder Sala Equis. (Cortesía Lucía M.)
Sala Equis. (Cortesía Lucía M.)

Sala X es, a primera vista, un espacio con algunos toques de la arquitectura industrial, con apuntes orgánicos y mucha vegetación. Un lugar presidido por una gran pantalla donde poder tomar cañas, picar algo y arrancar la noche con la primera copa.

Pero, además, Sala X alberga una sala de proyecciones con 55 butacas y una programación que mezcla el cine de culto y los estrenos más comerciales.

Vivimos tiempos convulsos. Es una frase hecha sí, pero una de nuestras favoritas que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, y en este caso para explicar que dentro de ese universo efervescente que nos ha tocado vivir las cosas ya no son blanco o negro, sino en ocasiones las dos a la vez y otras toda la paleta de colores existentes entre ambos extremos.

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