Por qué gastarte 35.000 euros en una cama artesanal

Todos somos conscientes de que nuestra salud depende directamente de cómo descansamos. Y vinculada a esta necesidad desde hace unos años hemos visto proliferar una tendencia en el mercado.

Todos sabemos que el estrés ha provocado que el insomnio sea una de las mayores lacras de nuestra sociedad. Según la Sociedad Española de Neurología, "más de 4 millones de personas en España sufren insomnio crónico" y muchas de ellas pagarían lo que fuera para evitarlo. Y de ese dato nace Hogo, una marca de camas artesanales que prometen descanso y reducir la edad biológica de los que las usan (un par de ejemplos: Marcos Llorente, del Real Madrid, o Ibai Gómez, del Athletic Club). Detrás de esta descansada aventura están Marino Cid, que probó el sistema y compró la patente, y Juan Alfaro, encargado de la parte estratégica. Todo hasta aquí bien, pero ¿35.000 euros? Sí. Y el porqué se resume en estos datos:

-Cuando lo compras se realiza un test de radiofrecuencia en la habitación para analizar las señales electromagnéticas y se hace un examen al usuario para conocer su edad biológica, y si en dos meses no mejora la calidad de vida, prometen la devolución del dinero.

-Está formada por una malla de grafito y plata que rodea la cama y se conecta a una toma de tierra generando una burbuja natural que ayuda al organismo a eliminar la contaminación electromagnética acumulada y a la vez aísla de ella. En pocas palabras, eliminan los efectos de la tecnología que nos rodea.

-Su fabricación conlleva un periodo medio de dos meses.

-Solo se producen 60 unidades anuales en Granada (este año esperan llegar a las 250 unidades).

-Los materiales son exclusivos: madera de bosques sostenibles de Rumanía, que se barniza a mano con resina y sin secantes artificiales; lana merina de pasto controlado para que no contenga herbicidas, ni pesticidas; fibra de coco para aislar y absorber la humedad, y látex natural. Además, la fabricación es un 90% manual

-Se mide al cliente y las lamas se adaptan a la curvatura natural de su espalda.

En el departamento de Genética, Fisiología y Microbiológica de la Universidad Complutense de Madrid hicieron unas pruebas con los sistemas de descanso Hogo y descubrieron que este sistema ralentiza la edad biológica unos 15 años. La catedrática Mónica de La Fuente explica la clave: "Este sistema protege al cuerpo de la nociva contaminación electromagnética y ofrece para el descanso un espacio libre de emisiones, químicos y componentes artificiales". El estudio concluyó también que "todas las personas que han utilizado el sistema de descanso HOGO durante 2 meses han mejorado la funcionalidad de su sistema inmunitario, especialmente en aquellos aspectos de la misma que se asocian a un mejor estado de salud. Este efecto no lo experimentaron las personas que utilizaron un sistema de descanso estándar (grupo Placebo)". A dormir se ha dicho.