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RUTA DE VERANO

Lo más vip del norte, Comillas y alrededores

Cantabria, con sus playas kilométricas y mágicos bosques en los que evadirte del mundo, es un destino imprescindible para quienes, como yo, salen de la ciudad

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Cantabria, con sus playas kilométricas y mágicos bosques en los que evadirte del mundo, es un destino imprescindible para quienes, como yo, salen de la ciudad buscando naturaleza en estado puro. Pero no solo del verde se alimenta el alma; te darás un enriquecedor baño cultural a la vez que disfrutas de una gastronomía de altura.

Y si hay un rincón de esa tierra que conquista de inmediato es Comillas, una villa de estilo modernista muy conocida y animada por su universidad, y elegida por muchos como destino de veraneo. Días de cálido sol y noches de chaquetita, la combinación de mar y montaña y su extraordinaria cocina de temporada componen la fórmula ganadora.

Sueños en modo rústico

Empieza el viaje bien, pensando dónde dormir. Si eres de hotel convencional, las mejores opciones son Abba Comillas Golf Hotel, con un campo de nueve hoyos y vistas a los maravillosos Picos de Europa, o el hotel Solatorre, a pocos metros de la cristalina playa de Oyambre, poblada por mucho surfista guapo.

Pero debo decir que, en Comillas y alrededores, el modelo más demandado es la casa rural, que tiene un buen referente en la pequeña y acogedora Hyggebo, una casita reformada hace apenas dos años: el lugar perfecto para un pequeño grupo de amigas.

A la conquista del paladar

Si algo destaca en la región es su honesta y copiosa experiencia de mesa y mantel. Es realmente complicado toparte con un mal restaurante. Entre los más recomendables está el restaurante del hotel Josein, en la playa de Comillas, perfecto para tomar un tentempié rodeada de surfistas. Aún en verano, pide una tapa de sus famosos callos, porque no sé si será verdad lo que cuentan de que los platos de cuchara quitan el calor; lo que sí te aseguro es que disfrutarás del momento. Pero si te apetece más una buena ración de pescado a la brasa o la típica fritura variada, tu sitio es la Taberna del Muelle, con vistas al mar. Son verdaderos expertos en rabas, navajas y pulpo.

placeholder Restaurante Las Redes.
Restaurante Las Redes.

Para quienes se mueven en coche, una buena opción es visitar los alrededores de Comillas, donde habitan otros templos gastronómicos en los que deleitarse con el mejor producto local. Siempre previa reserva en esta época del año, en Las Redes te atrapan con sus extraordinarios arroces y otros platos locales como el sorropotún –un delicioso guiso de bonito del Cantábrico–, los callos de bacalao o los chipirones de Guadañeta. El secreto de su éxito es la espectacular materia prima con la que trabaja, merito de José, el encargado de seleccionar y preparar los mejores pescados y mariscos, siempre salvajes y en su punto, que trae a diario de las lonjas cercanas.

Otro imprescindible es Casa Cofiño, un restaurante con solera en el pueblo de Caviedes, donde puedes optar por unas tapas en el animado bar, o darte un homenaje gastronómico en su comedor, regado por algunas de las numerosas y destacadas referencias de vino que guarda en su bodega (dicen los expertos que está casi al nivel de Atrio). ¿Qué pedir? Acertarás seguro con alguna de sus carnes, las rabas o sus platos montañeses.

Los veraneantes de la zona cada verano visitan por lo menos una vez El Remedio. Su ubicación es única, tienes vistas espléndidas al mar y una terraza comodísima para los que van con niños. La opinión de la Guía Michelin acaba de justificar la visita: “Merece la pena el desplazamiento por su cocina”, y eso que solo estamos hablando de diez minutos en coche desde el centro del pueblo.

placeholder Abacería de la Sal.
Abacería de la Sal.

Otra parada obligada es Abacería de la Sal, una tienda y restaurante mini de dos mesas en el que, además de disfrutar de una suculenta comida, puedes comprar productos gourmet, como la famosa sal de Cabezón. Entre sus especialidades están los embutidos; la ensaladilla rusa con su salsa secreta, o el lomo de bacalao con pisto y tomate frito casero. Y otro local en el que adquirir productos delicatesen para seguir cuidando la dieta es Aramburu, un pequeño espacio que ofrece una impecable selección de productos autóctonos de primeras marcas y denominación de origen, entre los que destacan embutidos, quesos, mermeladas y mieles.

Playa y montaña

Además del arte de Gaudí, con el famoso Capricho, el imperial palacio de Sobrellano o la universidad como buenos ejemplos, en Comillas la naturaleza juega un papel esencial, con esa extraordinaria combinación de playa y montaña que permite que nunca te aburras. Puedes relajarte en sus playas kilométricas y casi paradisiacas, como la de Oyambre, pegada al pueblo de Comillas, con más de 2 km que desembocan en la ría de la Rabia, verdaderamente animada.

Y si hablamos de zonas animadas no puedes perderte la puesta de sol del archiconocido como 'El Rayo Verde'. Este fantástico lugar, cada atardecer reúne a centenares de jóvenes y otros que no lo son tanto para disfrutar de la mejor puesta de sol de la zona. El lugar situado en Gerra forma parte del conocidísimo restaurante Gerruca. No te pierdas su maravillosa terraza natural con vistas al mar y a los Picos de Europa. Tómate una copa mientras el sol desaparece.

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O puedes vivir una experiencia sobrecogedora en uno de sus bosques más famosos, el de las Secuoyas del Monte Cabezón, declarado Monumento Natural e incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos. No sé explicarte cómo de pequeña te sientes bajo esos árboles de más 100 metros de altura... Es un lugar tan espectacular y mágico que no podrás dejar de fotografiar para Instagram.

Cantabria, con sus playas kilométricas y mágicos bosques en los que evadirte del mundo, es un destino imprescindible para quienes, como yo, salen de la ciudad buscando naturaleza en estado puro. Pero no solo del verde se alimenta el alma; te darás un enriquecedor baño cultural a la vez que disfrutas de una gastronomía de altura.

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