Nos colamos en el fiestón de cumpleaños futurista de Paco León

Cuando recibes una invitación para asistir a una fiesta de Paco León, son dos cosas las que se te pasan por la cabeza. La primera, que vas a disfrutar de una noche inolvidable protagonizada por los personajes más extravagantes y singulares del panorama patrio. La segunda, que el ‘dress code’ de la fiesta en cuestión te va a dar algún quebradero de cabeza que otro.

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Hablando de cabezas, tal vez haya que añadir una tecera cosita: un más que probable dolor de cabeza a la mañana siguiente. Sí: las celebraciones de Paco León bien podrían equipararse con la gala MET de la noche madrileña, porque en el momento en el que te dispones a analizar qué demonios quiere decir la vestimenta de la velada, comprendes que en realidad se basa en rebuscar en tu armario alguno de esos looks que te compraste una noche indeterminada escudada en la promesa de que algún día encontrarías el momento para lucirlo.

Ayer surgió ese momento. Paco León celebró su 45 cumpleaños en el Palacio de la Prensa de Madrid, y lo hizo en una fiesta de temática futurista fantasía capaz de hacer a 'Odisea en el Espacio' replantearse cambiar su nombre, porque la odisea prometía aterrizar de lleno no en el espacio, sino en la noche madrileña. Y lo hizo. Vaya si lo hizo.

El equipo de Pan Creative Studio volvió a desplegar su arsenal creativo y festivo y su suculenta agenda de contactos top para organizar una fiesta con una barra libre de cócteles de J&B creados exclusivamente para la ocasión, bien capaces de traer el futuro al presente.

En las fiestas de moda te esperas bandejas de sushi, queso y vino, pero Paco y Pan Creative Studio no tenían en mente hacer una celebración al uso. Anoche disfrutamos de galletas de la fortuna, donuts, fresas en hilo, K_humo dulce y salado y bombones, un despliegue de dulces que deja claro que en el futuro de Paco León son dos las cosas que no se permiten: ni la sencillez ni los controles de glucosa.

Los invitados comenzaron a llegar de forma escalonada, haciendo que la noche pareciera ser una gran actuación teatral orquestada por seres de otro mundo.

Paco León, vestido de blanco, estuvo acompañado de su hermana María León, convertida en toda una Lady Gaga castiza, y de su incombustible madre, que contó sobre el escenario, ante la petición de su hijo de que reprodujera el audio que le había enviado por la mañana, los detalles de la llegada de Paco al mundo. “Hace 45 años, Paco nació de pie, como los bailarines. Tenía el cuello y la cara apretados: parecía un murciélago, pero después se volvió tan bonito. Tan bonito… Con una cara de bueno, pero sabiendo más que todos los muertos. Parecía tonto, pero se la fumaba en pipa”, explicaba Carmina con su gracia natural enfundada en un vestido plateado combinado con sandalias planas cruzadas. “Carmina Barrios no se ha disfrazado: Carmina Barrios va así siempre”, aclaró el periodista Rafa Pontes.

La música de la noche corrió a cargo de Alex de la Croix y Aaliyah Rosales, Meneo y Orion Bown y María Forqué, que ofreció un DJ set inolvidable desnuda y con el cuerpo cubierto por los tatuajes temporales de J&B que terminaron por el cuerpo y el rostro de todos los invitados.

Nathy Peluso actuó enfundada en un vestido metalizado y dedicó unas bonitas y sencillas palabras al protagonista de la noche: “I 'fucking love you', Paco. Tenemos una suerte inmensa todos de poder estar aquí con vos”.

Maikel de la Calle fue el encargado de cantar el 'Cumpleaños Feliz', porque en los cumples del futuro, las Marilyn Monroes entonan los himnos cumpleañeros con tintes de R&B, hip hop y dancehall. A ritmo de ‘I'm Too Sexy’, de Right Said Fred, y con el periodista Rafa Pontes como inigualable presentador, algunos de los invitados más impresionante desfilaron en la fiesta.

La sensual Kira Miró lucía un mono brillante con un peinado cardado con el que parecía la Barbarella del futuro. La actriz, que acudió acompañada de Sarah Miró, terminó haciendo, literamente, la croqueta (esa que, como hemos comentado, no formaba parte del catering) tras mostrar su lookazo, que era tan impresionante que Pontes quiso que lo mostrara dos veces.

“Cayetana Guillen Cuervo vio mucho 'El Príncipe de Bel Air' y cogió una peluca al estilo de su protagonista. Michael Jackson, a su lado, una principianta”, decía el periodista mientras Cayetana desfilaba con su mono blanco y su maxi bolso metalizado en la mano.

Mariola Fuentes lució un vestido de Ana Locking que habíamos visto a Bárbara Santa-Cruz en la alfombra roja de los Premios Feroz y demostró sus dotes en la pasarela improvisada que aportó aún más salseo a la noche. Tras desfilar Carmina Barrios, María León presumió de silueta con un corpiño ajustado mientras Rafa Pontes exclamaba “Envidiosas: ¡joderos! Ese culo no se lo ha puesto ningún médico”.

Leticia Dolera parecía una patinadora futurista y desfiló emulando a una bailarina mientras Pontes bromaba al decir que la actriz, productora, guionista, escritora y productora (un momento: ¿cuánto ocupa su LinkedIn?) había pensado que el ‘dress code’ era el de azafata del ‘1,2,3’.

“A Eduardo Casanova le dijeron: “vas a cerrar el desfile” y claro, se vistió de novia”, dijo Rafa mientras Casanova desfilaba con un look blanco de escote hiperbólico. “Ella va de blanco, aunque tiene de virgen lo que yo de cura”, bromeó el periodista al ver a Eduardo desfilar.

Para el tarta show Miren Ibarguren, que en ‘Arde Madrid’ interpretó con maestría el personaje de Lucero, subía y bajaba del escenario con un vestido blanco palabra de honor que recordaba a los Giambattista Valli que recorren las alfombras rojas de todo el mundo y que combinaba con botas naranjas. “Yo a través de este poder de canalización que tengo a través de los eructos, le voy a quitar todo lo malo para que empiece los 45 años con buen pie”, anunció la intérprete a su amigo Paco.

Dos aliens aparecieron en el escenario llevando una tarta que en realidad era una fabada a ritmo de ‘Hallelujah’, de Leonard Cohen. La fiesta se extendió hasta altas horas de la madrugada, porque como dice Paco León, “el futuro ya llegó, abracemos el futuro”. Y lo hicimos, porque al menos, en el presente, somos bastante obedientes.