Antes de eliminar los carbohidratos para adelgazar, tienes que saber esto

Seguro que en más de una ocasión has escuchado lo malos que son los carbohidratos a la hora de perder peso y las muchas bondades que tiene para tu figura eliminarlos completamente de tu dieta. Pero, como todo, esta afirmación tiene matices.

Sabemos que es de los carbohidratos o hidratos de carbono de donde el cuerpo obtiene la mayor parte de la energía que necesita a lo largo del día. Si consumimos más de la que quemamos, nuestro cuerpo la almacena por si la requiere más adelante y lo hace en forma de grasa.

Este es el motivo por el que algunas dietas eliminan los carbohidratos. Al no ingerirlos, el cuerpo opta por consumir esas grasas y así poder obtener los nutrientes necesarios para mantener activo el cuerpo.

Sin embargo, esto no es posible completamente porque los alimentos no están formados por un solo componente. No solo tienen proteínas, carbohidratos o vitaminas, por eso dejar de comerlos del todo es casi imposible.

Pero también porque no conviene demonizarlos, ya que cumplen con una función en nuestro cuerpo, la más evidente es aportar energía. Por ello lo que suelen recomendar es reducir su ingesta y, sobre todo, centrarse en los hidratos que más beneficios pueden aportar a nuestro cuerpo.

Hay muchos alimentos que contienen hidratos de carbono y no todos ellos provocan las mismas reacciones en nuestro cuerpo. Por ejemplo, no obtendremos los mismos resultados comiendo patatas fritas (procesadas) que asadas o cocidas.

Así, conviene evitar los carbohidratos vacíos, es decir, lo que no tiene ningún aporte nutricional, como las azúcares que obtenemos de las bebidas gaseosas, de los productos ultraprocesados o de dulces, como tartas y galletas.

Lo mejor es que optemos por productos saludables y que ayuden a mantener constantes nuestros niveles de glucosa en sangre, como sucede con los carbohidratos de absorción lenta, que nos ayudan a no tener picos de energía sino a mantenerlos estables más tiempo.

Una buena idea para ello es cambiar los productos refinados como el pan blanco o el arroz por sus versiones integrales o introducir cereales como la avena en nuestra dieta. Verduras, frutas ricas en fibra, legumbres… Lo importante es que sean de calidad.

Reducir la ingesta de carbohidratos de manera drástica hace que nuestro cuerpo entre en cetosis al emplear las grasas como fuente de esa energía. Recuerda que este tipo de dietas deben ser siempre controladas por un médico especialista, porque pueden tener consecuencias para nuestra salud.