Con estos trucos conseguirás comer menos y así adelgazar sin pasar hambre

La teoría para mantener la línea está clara, solo tenemos que compaginar una alimentación sana y equilibrada con ejercicio físico diario. Así adoptaremos unos hábitos saludables con los que conseguiremos no solo adelgazar, sino también sentirnos mejor con nosotras mismas y mejorar nuestra salud.

Es en la práctica donde puede complicarse conseguir nuestro objetivo. No siempre resulta fácil renunciar a esos productos poco recomendados pero que son nuestra debilidad, ya sea porque nos encantan o porque nos hacen la vida más cómoda. Quizá la clave no sea renunciar sino adoptar esta renuncia como la decisión necesaria para conseguir una meta que nos agrada más.

Dicho todo lo anterior, siempre es bienvenido cualquier consejo que pueda hacer más sencillo el proceso y ayudarnos a conseguir con mayor facilidad nuestros objetivos.

Usa platos más pequeños

Aunque parezca increíble, un sencillo cambio en nuestra vajilla puede suponer un gran cambio en nuestra alimentación. Tendemos a llenar los platos y en uno grande entra más comida.

Además la misma cantidad parece mayor si la colocamos en un plato más pequeño. De esta manera estaremos 'engañando' a nuestro cerebro, que tiende a sentirse satisfecho cuando el plato queda vacío.

Come más verduras

Además de ser muy sanas, ricas en fibra y saciantes, las verduras tienen pocas calorías. Por eso no es una mala idea incorporarlas en nuestra dieta sin restricciones: si piensas en ellas como las protagonistas de la comida, te será más sencillo conseguirlo. Y no, no pienses en cocinarlas solo al vapor o cocidas, incorpora especias y formas de cocinar internacionales como estilo wok, parrillas y ¡vuélvete loca con el horno!

Las verduras son superversátiles y un buen (y delicioso) plato principal puede estar hecho con verduras. Si no tienes muchas ideas, no te desanimes, hay muchas webs, blogs y perfiles de Instagram veganos y vegetarianos que te darán muchas ideas, simplemente asegúrate de escoger aquellos platos más saludables y con menos calorías.

El agua es tu aliada

Hay muchas ocasiones en las que no somos capaces de distinguir el hambre de la sed. Por eso es una buena idea optar por beber cuando pensamos que tenemos hambre, además nos ayudará a estar hidratadas. Si después sigues teniendo hambre, echa mano del bol de frutas, uno de los mejores tentempiés de la tierra.

Beber antes de comer también hace que se calme la sensación de hambre y puede ayudarte a comer de forma más pausada. Siempre que puedas opta por agua en lugar de bebidas azucaradas o zumos de frutas.

Consciente a la mesa

Una de las claves para comer menos es hacerlo de forma pausada y consciente. Centrándonos en lo que estamos haciendo sin dejar que distracciones como la televisión o el móvil nos impidan disfrutar del momento.

Comer despacio, masticando los alimentos tranquilamente, además de ayudarnos a tener mejores digestiones, nos hace ser más conscientes del momento en el que nos sentimos saciadas. Así no comeremos más de lo que necesitamos.

Si no lo veo, no lo quiero

Este es un truco bastante sencillo: si no lo compras en la tienda, no lo tendrás en casa para tentarte. Mejor opta por snacks saludables para esos momentos en los que te permites un picoteo. Eso sí, no cojas directamente del envase, es mejor utilizar un recipiente para asegurarte de cuánto comes.

Es importante afrontar estos cambios en nuestra dieta como algo positivo, no como un sacrificio y, por supuesto, no pasa nada por comer un alimento más calórico tipo 'capricho' de vez en cuando.