Con el yoga te pones en forma, pero ¿sirve para adelgazar?

Uno de los motivos más frecuentes para comenzar a practicar ejercicio es sentirnos mejor con nosotras mismas, un cambio de hábitos con el que sentirnos más ligeras y sanas. Por lo que si lo acompañamos con una alimentación equilibrada, mejor todavía.

Pero también adelgazar suele estar en nuestra lista de deseos. Por eso cuando pensamos en qué podemos hacer para moldear nuestra figura nos vienen a la mente distintos tipos de ejercicio.

Una de nuestras primeras opciones suele ser el yoga, que habitualmente asociamos a la meditación, la relajación y la flexibilidad. Pero, ¿puede el yoga ayudarnos a adelgazar? Lo cierto es que esa no es su finalidad, pero practicarlo suele causar este efecto.

Yoga para el cuerpo

Las posturas o asanas del yoga trabajan una parte concreta de nuestro cuerpo, tonificando nuestros músculos. Consiguen que el organismo trabaje con mayor efectividad, liberando toxinas y mejorando la circulación.

Hay distintos tipos de yoga, pero la mayor parte están centrados en realizar una actividad medianamente moderada, es decir, casi sin darnos cuenta estaremos activando nuestro cuerpo y acelerando nuestro ritmo cardiaco.

La torsión y contracción a la que sometemos nuestros músculos durante la práctica consiguen que el corazón bombee más sangre a nuestro cuerpo. Nos ayuda a quemar calorías, pero de una forma moderada, por lo que no es el ejercicio con que conseguirás adelgazar más.

Sí nos sirve para mejorar el estado de nuestros músculos y articulaciones, aliviar tensiones, estirar y tonificar. Mejorará nuestra postura y el funcionamiento de nuestro corazón y con su práctica conseguiremos mejorar la flexibilidad.

Ayuda también a que nuestro sistema inmunológico funcione mejor. Nos ayuda a sentirnos renovadas y encontrar un equilibrio entre el cuerpo y la mente.

Adelgaza con el yoga

Cualquier actividad física que comencemos a practicar puede ayudarnos a perder peso, ya que estaremos activando nuestro cuerpo y potenciando la quema de calorías. Pero no conviene olvidar que el yoga tiene muchos más beneficios que los puramente físicos.

Por ejemplo, es una actividad que nos ayuda a reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad. Estas situaciones de tensión a menudo nos llevan a comer más de lo que necesitamos, buscando calmar nuestros nervios.

Practicar yoga puede ayudarte a mantener una alimentación consciente o ‘mindful eating’, es decir ayuda a distinguir el hambre emocional del físico, a comer cuando tenemos hambre y parar cuando estamos satisfechas.