Dieta cetotariana, el punto de encuentro de la dieta keto y la vegetariana
Pierde peso y sigue una dieta antiinflamatoria reduciendo el consumo de productos animales
Una de las dietas más extendida en los últimos años es la dieta cetogénica o keto, esta dieta se basa en aumentar el consumo de grasas mientras se reduce el de proteínas y se elimina prácticamente al completo el de hidratos de carbono.
Lo que consigue de esta manera es que el cuerpo entre en cetosis, es decir, obliga a nuestro cuerpo a utilizar las grasas como principal fuente de energía, frente a la situación habitual, en la que nuestra fuente de energía suelen ser los carbohidratos.
Al reducir su ingesta radicalmente, nuestro cuerpo opta por utilizar las grasas que consumimos y que tenemos almacenadas en su lugar. Este estado suele ayudarnos a bajar de peso de una forma más rápida, sobre todo durante los primeros días.
También puede tener consecuencias indeseadas, por lo que siempre que se siga una dieta de estas características, o de cualquier otro tipo, conviene contar con la supervisión de un profesional. De esta forma conseguiremos obtener los beneficios sin poner en riesgo nuestra salud.
Por su parte, las dietas vegetarianas no están diseñadas específicamente para perder peso, aunque puede ser una consecuencia de aumentar la ingesta de frutas y verduras, el fin de este tipo de alimentación es evitar el consumo de productos animales, ya sea por motivos animalistas, ecológicos o por el simple gusto de seguir esta dieta.
La dieta cetotariana es una mezcla de ambas, apuesta por un consumo reducido de carbohidratos (un 5% de las calorías diarias), un consumo moderado de proteínas (20%) y un aumento en la ingesta de grasas (75%), la mayor parte de ellas de origen vegetal, evitando así el poder inflamatorio que suele asociarse a productos como la carne roja y los lácteos.
Además de ayudarte a perder peso, Will Cole, autor del libro ‘Ketotarian’ donde se recogen las pautas a seguir para realizar esta dieta, asegura que es una forma más limpia de entrar en cetosis, controlar la diabetes tipo 2 y protegernos frente a enfermedades neurodegenerativas y, al ser antiinflamatoria, también evita el envejecimiento prematuro.
Esta dieta, pese a ser una mezcla de ambas, ha conseguido tener identidad propia, siendo más flexible en algunos aspectos, por ejemplo, permite el consumo de pescado, mantequilla y huevos. Aboga por el consumo de productos de calidad y alimentos ecológicos.
Limita algunos productos, como el tofu por su alto contenido en fitoestrógenos, que puede alterar la producción hormonal, o algunas verduras, como las patatas o los tomates, porque limitan la absorción de nutrientes. Apuesta por el aceite de oliva, escogiéndolo sobre otros aceites de semillas porque asegura que estos promueven la inflamación del organismo por sus niveles de omega 6.
De momento no se han realizado muchos estudios sobre la dieta cetotariana, pero algunos de ellos señalan que resulta útil a la hora de perder peso, equilibra las hormonas y reduce la sensación de hambre. Sin embargo puede ser bastante monótona, restrictiva y difícil de seguir.
No todo el mundo podría realizarla porque está contraindicada para mujeres embarazadas, niños, ancianos, enfermos crónicos y personas con antecedentes de trastornos alimentarios, por lo que recuerda consultar con tu médico siempre antes de comenzar esta o cualquier tipo de dieta.
Una de las dietas más extendida en los últimos años es la dieta cetogénica o keto, esta dieta se basa en aumentar el consumo de grasas mientras se reduce el de proteínas y se elimina prácticamente al completo el de hidratos de carbono.