¿Has dejado el café de después de comer para dormir bien y así adelgazar más? Tenemos noticias para ti

El café es uno de esos productos que cuenta con un numeroso grupo de seguidores. No solo gracias a su sabor, su olor también es muy apreciado y en ocasiones, solo con comenzar a captarlo es suficiente para poner una sonrisa en nuestros rostros.

Más que un complemento en el desayuno, para muchas personas es indispensable para poder comenzar su día con energía y ganas. De hecho hay quien asegura que no es capaz de empezar a funcionar hasta que no se toma la primera taza de café de la mañana.

Sin embargo, este mismo impulso que nos ayuda a salir de la cama, en ocasiones se convierte en nuestro peor enemigo a la hora de poder dormir con tranquilidad. Llegada cierta hora, la cafeína que contiene puede hacer que nos cueste más conciliar el sueño, y un sueño de calidad es clave en nuestras vidas.

Un mal descanso tiene consecuencias tanto físicas como psicológicas para nosotras, una mala noche de sueño puede provocar cansancio, disminuye nuestra capacidad de atención y concentración y nos sentiremos más lentas e irritables. A la larga este tipo de trastornos puede llevar a padecer estrés y ansiedad.

Además, cuando no descasamos lo suficiente, el cuerpo tiende a acumular grasa, haciendo que sea más complicado eliminarla y por tanto consiguiendo dificultar nuestra pérdida de peso.

En busca de un sueño de calidad, muchas personas renuncian a uno de sus placeres, el café de después de comer. Aunque lo cierto es que cada persona reacciona a la cafeína de una forma determinada y puede afectarles más o menos, por norma general, la cafeína permanece en nuestro organismo unas seis horas.

Esto quiere decir que siempre y cuando cumplamos estos horarios, el café de después de comer no tendría por qué ser el responsable de nuestro insomnio. Así las cosas, una persona que suela acostarse a las once de la noche, podría tomarse su última taza de café antes de las cinco de la tarde.

El café favorece las digestiones, estimulando la formación de hormonas en el páncreas y también moviliza el intestino, haciendo que el bolo alimenticio circule más rápido. Consumido justo después de comer puede interferir en la absorción del hierro por lo que conviene esperar un tiempo antes de tomarlo.

Si hemos consumido pocas proteínas durante la comida, un café largo de leche puede ayudarnos a completar nuestra dieta. Si esta es ya equilibrada de por sí, será mejor tomarlo solo y sin azúcar, de esta forma evitaremos sumar calorías extra.

Merece la pena señalar que existen algunos estudios que aseguran que tomar café después de comer puede reducir el almacenamiento de grasa corporal, aunque la mayoría de ellos han estudiado el efecto de la cafeína en ratones y todavía queda mucho por saber.