Los trucos infalibles para lucir un vientre plano sin hacer dieta ni ejercicio

Sabemos que la mejor forma de lograr la figura que queremos es tomarnos en serio los consejos de los profesionales y cuidar nuestra alimentación. Una dieta adecuada y equilibrada es clave para perder algo de peso y sentirnos más ligeras, como también lo es llevar una vida más activa, haciendo un poco de ejercicio físico que nos ayude a tonificar el cuerpo.

Aunque somos conscientes de todo ello, también nos encanta conocer esos trucos sencillos que, sin llegar a ser milagrosos, pueden ayudarnos a ver resultados más rápidos y darnos ánimos para seguir nuestro camino sin desfallecer mientras cuidamos nuestra figura.

Por ejemplo, sin tener que modificar ningún hábito, solamente mejorando la postura, seguro que aprecias una notable diferencia. No solo notarás un vientre más plano, objetivo de todos estos trucos, también te verás más alta, más delgada y más elegante.

Eso sin contar los beneficios de salud que puede suponer mantener una mejor postura, evitando dolores de espalda o de articulaciones. Así que, ya lo sabes, espalda recta, cabeza erguida y ¡a comerte el mundo!

Por supuesto, siempre y cuando el mundo no sea una bebida gaseosa, es mejor tachar estas de nuestra dieta si lo que buscamos es un vientre plano, por motivos evidentes. El gas que contienen se acumula en nuestro abdomen y esto hace que nos sintamos más hinchadas.

Esto no quiere decir que tengas que dejar de beber, eso no solo sería una locura, también sería contraproducente porque cuanto más líquidos ingieras, más estarás ayudando a tu cuerpo a evitar la retención de líquidos que nos hace sentir incómodas. Bebe agua o infusiones de forma constante a lo largo del día, pero sin excederte, unos ocho vasos diarios.

Come tranquila, hazlo de forma consciente y masticando los alimentos bien antes de tragarlos, tal y como recomienda el 'mindful eating'. De esta manera no solo estás ayudando a tu cuerpo a ser consciente de cuando estás saciada evitando comer más de lo que necesitas, también estás contribuyendo a que tus digestiones sean más ligeras y fáciles.

Evita el estrés porque puede producir que acumules grasa en la zona abdominal. Reduce la tensión todo lo que puedas, dedicando un rato al día para hacer algo que te ayude a relajarte y desconectar.

Puedes optar por dar un paseo, porque, aunque hemos dicho que estos trucos dejaban de lado el ejercicio, no podemos olvidar que una vida sedentaria no es lo más adecuado. Intenta no pasar todo el día sentada, caminando durante unos minutos después de comer acelerarás tu metabolismo y te ayudará a estar en forma.

Estos trucos prácticos son muy sencillos de seguir, pero no son los únicos, también puedes reducir la cantidad de sal de las comidas, evitar mascar chicle para no tragar aire o incorporar los probióticos a tu dieta, que te ayudarán con tus digestiones.