Ikea apuesta por el color del momento para su nuevo imprescindible de salón

Los colores suaves están muy bien, pero sumar un toque de color a la decoración del salón es todavía mejor. Escogiendo tonos neutros para paredes y suelos, así como para los grandes muebles como sofás o estanterías, lograremos un ambiente agradable y acogedor, pero incorporando tonalidades más alegres, como el mostaza o el taupé sumamos estilo a la estancia.

La firma de decoración escandinava quiere que podamos escoger, por eso su catálogo no deja de crecer, de incorporar nuevos elementos y de sacar de su lista otros para que siempre resulte sorprendente y nunca sintamos que nos aburrimos. Los muebles no siempre están para siempre y esto es lo que nos ha pasado con la vitrina color pastel que ha logrado robarnos el corazón.

Esta estantería, recubierta por paredes de cristal para que podamos presumir de todo lo que queremos colocar dentro, protegido y resguardado, pertenecía a la colección Rudsta. Con la posibilidad de instalar luces led, gracias a su práctico sistema para organizar los cables, era el complemento ideal para los hogares más atrevidos y con un gran espacio de almacenamiento.

Todo lo que vemos en ella nos parece maravilloso, incluso su precio (80 euros), por eso conocer que ya no forma parte del catálogo ha sido un duro golpe. No tanto como para noquearnos, pues no estamos dispuestos a renunciar a tan espectacular idea, por lo que hemos buscado un plan alternativo. Este llega también en forma de vitrina, concretamente la del modelo Baggebo, cuyo precio es de 40 euros.

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Una opción que resulta muy similar estéticamente, pues también es metálica, eso sí, y esta tiene un valor añadido las rejillas laterales. Estas aportan estilo, modernidad y un toque diferente, aunque complican ligeramente (muy ligeramente) los planes que tenemos para ella. Por supuesto, una parte muy importante de lo que nos había convencido en la vitrina original era el color, nada que no podamos conseguir con una buena mano de pintura.

Así, con la ayuda de una brocha o un rodillo y de un poco de paciencia, no solo conseguiremos el mueble de nuestros sueños, la vitrina color turquesa pastel que un día se nos escapó, también pasaremos una entretenida tarde de manualidades dejando volar nuestra imaginación y disfrutando del trabajo bien hecho. Además, una vez que hemos abierto la veda a este color, ¿por qué no darle una oportunidad mayor?

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Acostumbrados como estamos a apostar por los colores claros para las cortinas en busca de una mayor entrada de luz, escoger unas cortinas en color turquesa puede resultar un tanto rompedor. Sin embargo, esta parece una apuesta segura cuando se trata de las del modelo Vilborg (cuyo precio es de 70 euros), que permiten filtrar la luz para que la estancia siempre esté bien iluminada.

Si temes que estas cortinas, ideales para protegernos del calor en verano y del frío en invierno, provoquen que tu cuarto de estar se vea más pequeño, no te preocupes. Siempre se puede recurrir a los trucos decorativos que evitan esto, como colocar la barra de las cortinas muy cerca del techo, así parecerá más alto, o comprar una barra de un tamaño mayor que la ventana, para que esta parezca más grande.

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Esta es una forma elegante y sencilla de incorporar los colores pastel a la decoración de nuestro hogar, pues no se trata de un turquesa vibrante, sino de una tonalidad más suave y agradable que combina con todo. Así podemos verlo en las láminas del modelo Bild, que comparten esta misma estética y nos invitan a conseguir que este sea el color predominante en el salón de nuestra casa. Dos láminas de erizos por 9 euros.

Aprovecha las opciones que Ikea pone a nuestra disposición para conseguir que tus estancias luzcan exactamente como deseas y si no tienen lo que buscas, siempre puedes buscar un divertido plan alternativo. Como este.

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