Una empresa nipona centenaria y una deportista olímpica unidas con un objetivo común: hacer de la conducción urbana una práctica 100% sostenible
Seguro que al escuchar el nombre de Ona Carbonell automáticamente por tu cabeza desfilan sus grandes éxitos como deportista. Con 23 medallas a sus espaldas entre competiciones europeas, mundiales y Juegos Olímpicos, la catalana es la mujer con más condecoraciones en la historia de la natación. Una carrera como deportista de élite en la natación sincronizada que Ona ha construido poco a poco, a base de tesón, constancia, superación, resiliencia y esfuerzo, su filosofía de vida y trabajo. Pero ser una deportista de élite, una campeona olímpica y un icono del deporte español no es el único título que podemos atribuirle, Ona es mucho más.
En los últimos años ha hecho sus pinitos como diseñadora de moda colaborando con marcas especializadas en trajes de baño, se alzó con el título de ‘MasterChef Celebrity’ y aquí viene su mayor premio, su familia, porque ahora Ona también es madre. Un largo camino marcado por los retos y por los éxitos donde ha mantenido a raya esos pilares como fundamentales. Japón, el minimalismo y la sostenibilidad también han jugado y juegan un papel determinante en la vida de Ona Carbonell.
La alianza de Ona y Mazda tiene un triple objetivo: promover una movilidad urbana sostenible, garantizar una conducción segura y convertir el diseño en un sello distintivo
Su entrenadora es la nipona Mayu Fujiki, ha visitado Japón hasta en doce ocasiones, es una fan confesa de aquella cultura ancestral tan particular, sus miras deportivas están puestas en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio y por si estos datos no fueran suficientes para justificar la influencia que el país nipón ha ejercido en su vida, ha llamado a su hijo, un bebé de siete meses, Kai, que significa ‘mar’ en japonés.
Si además tenemos en cuenta su fuerte apuesta por contribuir a crear un mundo mejor, un mundo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, y que Ona hace gala de una vida minimalista sin grandes lujos ni excesos, solo lo necesario, con el diseño por bandera como rasgo de vital importancia, la alianza con Mazda tenía que llegar tarde o temprano y hoy se produce de una manera completamente natural.
Ona Carbonell colabora con Mazda y lo hace conduciendo el primer coche 100% eléctrico de la marca japonesa, el nuevo Mazda MX-30, con el que ya rueda por las calles de Barcelona. Una alianza, la de Ona y Mazda, con un triple objetivo: promover una movilidad urbana sostenible, garantizar una conducción segura y convertir el diseño en un sello distintivo.
“Conduciendo estamos realizando un movimiento artístico, creas arte cuando conduces y además liberas tu mente, dando rienda suelta a tu creatividad”
Hablamos de un coche que se adapta al estilo de vida de Ona Carbonell y que eleva el concepto de sostenibilidad a su máximo nivel, una sosteniblidad integral y 360º, ya que no solo cuenta con la etiqueta de cero emisiones, también viene equipado con unas baterías muy ligeras idóneas para conducir por ciudad con una autonomía aproximada de unos 265 kilómetros en uso urbano, minimizando así su huella medioambiental desde la fabricación del vehículo hasta el uso del mismo.
Sostenibilidad también por dentro. Algunos de los elementos que se disponen en el interior del Mazda MX-30 han sido fabricados partiendo de materiales de alta calidad reciclados como el cuero vegano, el corcho y otras fibras textiles y plásticas fabricadas a través de botellas PET.
A simple vista se presenta ante nosotros como un SUV, pero no es uno más de su categoría, el MX-30 es una oda al diseño minimalista que tanto promueve y valora Ona Carbonell. Es un coche urbano elegante y sofisticado, pero con un elemento sorprendente y rompedor: sus puertas ‘freestyle' de apertura inversa y que nos invitan a explorar el interior en su totalidad.
Una manera de circular mejor, un modo más funcional, práctico y respetuoso con el medio ambiente que además integra las últimas tecnologías de seguridad y conectividad, un eléctrico que aporta a la nadadora una confortable sensación que le ha devuelto la pasión por la conducción urbana. En palabras de la propia Ona, “conduciendo estamos realizando un movimiento artístico, creas arte cuando conduces y además liberas tu mente, dando rienda suelta a tu creatividad”.
Unas emociones que coinciden a la perfección con la premiada filosofía ‘Kodo’, ‘alma del movimiento’ que mueve los pasos de Mazda desde hace 10 años y que precisamente refuerzan el vínculo con Ona Carbonell. Tomando la cultura ancestral japonesa como fuente de inspiración, ‘Kodo’ busca plasmar sobre unas esculturas de arcilla realizadas a mano por los maestros artesanos Takumi un diseño de líneas depuradas que da vida al primer prototipo de un coche con sello Mazda.
En definitiva, una unión coherente y natural que nos acerca el futuro de la conducción de la mano de Ona Carbonell y Mazda.