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Sublimotion, de Roncero, se expande: así es cenar el menú más caro y 'techie' del mundo
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AVENTURA GASTRONÓMICA 360

Sublimotion, de Roncero, se expande: así es cenar el menú más caro y 'techie' del mundo

La experiencia que vio la luz por primera vez en 2014 va creciendo y dentro de poco combinará su estancia en Ibiza con una nueva apertura en Dubái

Foto: Una imagen de la mesa de Sublimotion. (Cortesía)
Una imagen de la mesa de Sublimotion. (Cortesía)

Se ha escrito y descrito mucho sobre lo que es y lo que no es vivir una experiencia como Sublimotion. Porque es un viaje gastronómico, sí, pero también visual, etílico, sensorial y habrá quién diga que incluso espiritual. Es un pasaje en el Orient Express, un paseo al volante del DeLorean de ‘Regreso al futuro’ y una tarjeta de embarque en las aerolíneas con el servicio más exclusivo a bordo.

El sueño gastronómico que puso en marcha Paco Roncero hace ocho años en el corazón de Ibiza ha ido evolucionando y madurando hasta convertirse en clásico contemporáneo conocido en todos los rincones del mundo. Y eso que ‘solo’ lleva siete años de rodaje (hubo un parón durante el año de la pandemia)

Eduardo Gonzáles, socio fundador y director creativo del espacio, lo definía como "un nuevo arte escénico en el que el comensal es el protagonista y la mesa el mejor escenario". Una definición correcta que se ajusta a la realidad, pero que dista mucho de explicar todo lo que se vive en las casi tres horas que dura la cena. De hecho, fueron otros los que elevaron este techno-restaurante a la categoría de experiencia única. "Quizá que alguien de la prensa dijera el primer año que éramos el restaurante más caro del mundo nos vino bien, porque, para lo bueno y para lo malo, la gente de todas las partes del mundo querían saber qué era y por qué era tan caro”, afirmaba.

A Sublimotion también se le bautizó en su día como ‘el Circo del Sol gastronómico’, y también esta definición se acerca bastante porque la máxima circense (eso del 'más difícil todavía') ha posibilitado que el sueño de Roncero se haya convertido en el espacio más innovador, tecnológico y vanguardista del mundo. Pero ¿cómo es sentarse en una mesa que cuesta 1.650 euros por persona?

placeholder Actuaciones musicales. (Cortesía)
Actuaciones musicales. (Cortesía)

La predisposición cuenta. Saber que estás a punto de degustar el menú más caro del mundo condiciona. Tu mente se prepara para lo que está por llegar, con sus pros y sus contras. Expectación y prudencia; ilusión y comedimiento; curiosidad y cautela. “Las expectativas hacen algo más que anular las sorpresas, embotan las emociones, las banalizan, todo lo que se deseaba o temía ya había sido vivido mientras se deseó o temió”, decía Saramago. Así que aparcamos las nuestras, y hacemos como hace Penélope Cruz cada vez que enfrenta un nuevo reto: “Empiezo todos mis rodajes como si fuera mi primera película”. Vamos a vivir la nuestra.

Experiencia inmersiva

El arranque es relajado, para el gusto y el espíritu. Una jaima árabe recibe a los comensales con el primer truco de la noche: ‘Un cacahuete mimético relleno de crema coco thai’. Mimético. A partir de ahí nada será lo que parece, porque parte del menú de Sublimotion juega al juego y el despiste: una piedra que es en realidad un ‘puré de chirivía’, un merengue que sabe a tomate o un CD comestible con sabor a fruta de la pasión.

Tras completar la primera toma de contacto, el comensal accede al comedor a través de un ‘ascensor mimético’ (de nuevo se juega con la imaginación del invitado haciéndole creer que sube o baja a algún lugar) que da paso a una inmensa sala blanca con techos altos como los de un teatro que servirá de escenario para el show que está a punto de comenzar. Llevar el móvil a mano es recomendable. Fotografiar todo lo que está a punto de suceder también. Sorprenderse con un grupo de esferas que se deslizan desde las alturas en forma de ‘jardines colgantes’ es inevitable. Alrededor, el mundo de Pandora (guiño a ‘Avatar’) se extiende.

placeholder Los jardines colgantes. (Vanitatis)
Los jardines colgantes. (Vanitatis)

El ritmo durante el desarrollo de la techno-cena está perfectamente coreografiado. Cada plato viene acompañado por una escenografía distinta (una bailarina al estilo ‘Abierto hasta el amanecer’, un mercadillo mexicano, un cabaret que nos lleva al Nueva York de los años 20) y por el movimiento involuntario de los participantes. Las sillas llevan ruedas para trasladar al comensal de un lado para el otro, de forma que unas veces esté en un showcooking japonés, otras en la butaca de un avión o sobre una tabla de surf.

Y todo ello acompañado por Perrier-Jouët Belle Epoque Rosé 2012, un precioso champán rosado vintage cuya tonalidad discreta y pálida de albaricoque descubre una personalidad sugerente y sensual. Un trago vivo y fresco en boca, con un final largo y persistente, un champán versátil que se presta para atreverse con amplia variedad de maridajes.

Aunque Perrier-Jouët fue el nexo de unión entre un plato y otro, esta gastro odisea estaba también arropada por vinos, tequila y otros licores que forman parte del portafolio Prestige de Pernod Ricard.

placeholder Una imagen del champán Perrier-Jouët. (Cortesía)
Una imagen del champán Perrier-Jouët. (Cortesía)

Roncero ideó este espectáculo gastronómico colaborando con cocineros, diseñadores, ingenieros, ilusionistas, escenógrafos, arquitectos, coreógrafos, músicos y guionistas para conformar este maridaje perfecto entre la alta gastronomía y la tecnología más vanguardista. Por esta ilustre mesa, en la que cada noche solo se sientan un máximo de 12 personas, han pasado rostros conocidos como Alejandro Sanz, Cher o Christina Aguilera. Pero también, dado el reducido grupo por mesa, los hay que se han quedado fuera como Michael Jordan.

Después de tres horas de sensaciones inmersivas (el show termina muy arriba con un guiño al retrofuturismo ochentero, Marty McFly y el cubo de Rubick), el comensal puede intentar controlar las pulsaciones en la terraza anexa o dejarse llevar por la noche ibicenca.

placeholder La estética retrofuturista de 'Regreso al futuro'. (Cortesía)
La estética retrofuturista de 'Regreso al futuro'. (Cortesía)

Si no llegas a tiempo para vivir la experiencia en la isla balear, tal vez puedas dar el salto a los Emiratos Árabes porque el 4 de noviembre abre sus puertas en el Mandarin Oriental Jumeira de Dubái, donde estará operativo hasta el 5 de mayo de 2022, momento en el que regrese a la isla donde todo empezó.

Se ha escrito y descrito mucho sobre lo que es y lo que no es vivir una experiencia como Sublimotion. Porque es un viaje gastronómico, sí, pero también visual, etílico, sensorial y habrá quién diga que incluso espiritual. Es un pasaje en el Orient Express, un paseo al volante del DeLorean de ‘Regreso al futuro’ y una tarjeta de embarque en las aerolíneas con el servicio más exclusivo a bordo.