Dieta cardiosaludable: alimentos a tomar y otros a evitar para cuidar tu salud

A través de la alimentación podemos conseguir muchas cosas, aunque normalmente nos centremos en el peso, tanto si lo perdemos como si lo ganamos, una dieta adecuada también puede ayudarnos a sentirnos más saludables, reduciendo el riesgo de padecer determinadas enfermedades, como las cardiovasculares, cuyos factores más frecuentes son la obesidad, la hipertensión y un exceso de colesterol en sangre.

Aprender qué alimentos nos conviene incluir en nuestra dieta y cuáles tenemos que reducir, puede ser un primer paso para comenzar a cuidarnos, consiguiendo de esta forma mejorar nuestro estado de salud en el presente, pero también para el futuro. Si además tenemos en cuenta las recomendaciones de instituciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) y tratamos de llevar una vida más activa, haciendo un poco de ejercicio físico de forma habitual, sin importar la edad que tengamos, mejor todavía.

Porque aunque se haya dicho hasta la saciedad, siempre es una buena ocasión para recordar que nunca es tarde para buscar la mejor versión de nosotros mismos, nunca es tarde para aprender una nueva habilidad, para probar un nuevo hobby, para cambiar esos hábitos que llevan tiempo con nosotras y no son los más adecuados o para aprender a comer saludable y dejar de pensar que esto es sinónimo de comer sin sabor y de forma aburrida.

Alimentos que conviene reducir

Es importante saber también que, para seguir una dieta cardiosaludable que nos ayude a cuidarnos desde dentro, no es necesario eliminar alimentos de nuestra dieta, sino reducirlos en la medida de lo posible. Se busca una dieta variada, en la que podamos comer de todo, pero siempre priorizando esos alimentos cocinados en casa, con ingredientes de calidad.

Tampoco conviene abusar de la bollería industrial, puesto que suelen ser ricos en grasas saturadas, algo similar a lo que sucede con los platos precocinados y los alimentos ultraprocesados. No conviene confundir estos con los procesados, puesto que muchos de ellos apenas han sido tratados, como es el caso de muchas conservas o de las verduras congeladas. En caso de duda, la etiqueta puede ayudarte.

Igual que apuntábamos que no conviene abusar de las grasas saturadas, tampoco los azúcares industriales deberían ser habituales en nuestra dieta. En general consumimos más azúcar del que le conviene a nuestra salud y en la mayoría de los casos ni siquiera sabemos que lo estamos tomando porque es añadido a muchos alimentos que no son dulces. Un primer paso para reducir el consumo de azúcar es intentar no añadirlo nosotros a nuestras preparaciones, postres, yogures o café. Si reducimos la cantidad poco a poco, iremos acostumbrándonos al sabor real de los alimentos.

Es interesante reducir el consumo de sal, algo que podemos hacer si apostamos por otro tipo de condimentos, como las especias o las hierbas aromáticas, estas nos ayudarán a potenciar el sabor de los alimentos. También conviene reducir el consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas.

Basa tu alimentación en estos

Una dieta cardiosaludable tiene muchos puntos en común con la más conocida dieta mediterránea, por eso no sorprende que muchos de los alimentos en los que se basan ambas coincidas. En este caso, se propone potenciar el consumo de frutas y verduras, que deberían formar parte de todas nuestras comidas. También es rica en carbohidratos, pero de aquellos complejos, como los que encontramos en arroz, pasta o cereales integrales. No podemos olvidar las legumbres, las carnes magras, como el pollo o el pavo, y el pescado, también los pescados azules, con los que se logra un aporte extra de omega-3, así como con el consumo de frutos secos.

Los lácteos que formen parte de la dieta, siempre mejor desnatados y el aceite de oliva no puede faltar, tanto para aliñar los platos y ensaladas, como para cocinar. La forma en la que preparamos lo que comemos también puede ayudarnos, puesto que no todas las técnicas de cocinado son iguales. Hay algunas que son más saludables, porque no añaden grasas ni calorías, como las cocciones al vapor, los salteados, los horneados o los guisados con poca grasa. En generar es mejor evitar las frituras ricas en aceite.

Cambiar nuestros hábitos para conseguir una vida más saludable no es solo cuestión de sentarnos a la mesa, todo comienza mucho antes, desde que preparamos la lista de la compra para ir al supermercado. Cuidar lo que compramos, cómo lo preparamos y qué comemos, pero también llevar una vida menos sedentaria, evitando el consumo de bebidas alcohólicas o el tabaco.