Uttanasana: la sencilla postura de yoga para dormir mejor

Cuidarnos es importante porque nos ayuda a estar más sanas y sentirnos mejor con nosotras mismas. Este es el motivo principal por el que intentamos llevar una vida más activa, una alimentación más equilibrada e incluso nos planteamos terapias como la meditación, en busca de calmar nuestra mente y liberarla del estrés, pero solemos pasar por alto lo que un buen descanso puede hacer por nosotros y por nuestra salud, física o emocional. No dormir bien o no hacerlo lo suficiente puede traernos consecuencias.

Parece claro que la mejor solución es dormir las horas necesarias, sin embargo, esto que sobre el papel parece muy sencillo, no lo es tanto en nuestro día a día. La cantidad de horas que una persona necesita dormir varía en función de la edad, por ejemplo los bebés conviene que duerman unas 16 o 18 horas diarias, los niños en edad escolar unas 10 horas y los adultos se sentirán descansados si lo hacen entre siete y ocho horas.

Por desgracia, no todo el mundo duerme como un bebé, tener problemas para conciliar el sueño es una cuestión cada vez más habitual y puede estar motivada por muchos factores. Más allá de enfermedades o problemas médicos que nos impidan dormir y que habrá que tratar con la ayuda de un profesional, también existen algunos que son más sencillos de solucionar, por ejemplo, problemas como horarios irregulares, la incomodidad del colchón o los cambios de temperatura están en nuestra mano cambiarlos. También puede dificultarnos el sueño ver la televisión o mirar el móvil en la cama, tomar bebidas estimulantes por la noche o que haya un ruido excesivo en la habitación.

No dormir lo suficiente hace que nos sintamos cansados y puede llegar a afectar a nuestro rendimiento, haciendo que nos cueste más concentrarnos y pensar con claridad, lo que puede hacernos tomar malas decisiones. Nuestro estado de ánimo también se resiente, pudiendo hacer que nos sintamos irritados, ansiosos o incluso deprimidos. La falta del sueño afecta a nuestra salud en general y también tiene consecuencias físicas, dormir mal aumenta el riesgo de tener la presión alta, de padecer problemas cardiovasculares, de obesidad y también diabetes tipo 2.

Dormir bien nos ayuda a sentirnos descansados lo que hace que nuestra capacidad creativa sea mayor, también nos hace estar más sanos, porque nuestro sistema inmunitario se regenera durante el sueño, aumenta la memoria, protege el corazón, reduce la depresión e incluso nos ayuda a perder peso. Porque, aunque durante el sueño nosotros no lo notemos, las funciones del cerebro y el cuerpo siguen activas y algunas fases del sueño son clave para sentirnos al día siguiente llenos de energía.

Por suerte, hay algunas cosas que podremos hacer para conseguir un mayor descanso, pequeñas pautas que podemos poner en marcha y que nos ayudarán a descansar mejor, por ejemplo seguir unas rutinas de sueño, acostándonos y levantándonos siempre a la misma hora, evitar la cafeína, la nicotina y el alcohol por la tarde noche, las siestas largas y las cenas pesadas, deshacernos de las distracciones en el dormitorio, hacer ejercicio durante el día, pero no demasiado tarde y, sobre todo, aprender a relajarnos. Para lograr este último punto, bien podemos confiar en el yoga, algunas de sus asanas o posturas pueden ayudarnos, como la uttanasana.

Esta técnica es efectiva sobre todo cuando el insomnio está causado por el estrés y la ansiedad, el yoga nos ayuda a reducirlos, haciendo que conciliar el sueño resulte más sencillo. La uttanasana te ayuda a estirar todo el cuerpo por completo, por lo que es ideal para ganar flexibilidad, pero además tiene efectos relajantes, por lo que puede ayudarte a calmarte, reduciendo los niveles de ansiedad y estrés a los que solemos estar sometidos. Aunque es una postura sencilla, requiere práctica hasta poder hacerla de forma correcta.

De pie, con las piernas juntas, coge aire y estira los brazos hacia arriba. Al exhalar, con las piernas estiradas, dobla el cuerpo hacia delante, evitando emplear las caderas, sino haciéndolo desde las articulaciones de las piernas. Si puedes, apoya las manos sobre el suelo, siempre manteniendo la espalda estirada, en caso de no llegar, siempre puedes tocarte las puntas de los pies o ayudarte con un bloque típico de yoga.

Esta postura es ideal para estirar todo el cuerpo, las piernas, la espalda e incluso los brazos, te ayuda a mantener la columna vertebral fuerte y flexible, previniendo dolores. También favorece la circulación y la digestión, pero sobre todo se trata de una postura relajante, que puede ayudarnos a calmar nuestra ansiedad, algo ideal si lo que queremos es poder dormir mejor.

Existen muchas posturas en yoga que pueden ayudarnos a mejorar nuestro sueño, pero esta es una de más sencillas (aunque hacerla perfectamente requiera práctica), además de ser estupenda para todo tipo de niveles, de los más avanzados a los principiantes. Aprovecha para cuidarte por dentro y por fuera dándole una oportunidad al yoga y disfrutando así de una placentera noche de sueño reparador.