David Muñoz, La Paloma II y "el arroz con bogavante de locos"

Desde que David Muñoz, el reconocido recientemente como mejor cocinero del mundo, hablase hace unos meses del arroz con bogavante de La Paloma II, esta modesta casa de comidas de barrio ha visto revolucionado el día a día de su negocio.

Un poco de historia

Los terrenos en los que se asienta el actual barrio madrileño de La Elipa se bautizaron con ese nombre hace más de 800 años, concretamente entre 1210 y 1220 cuando Miguel Ximénex de Luján, señor de los Lujanes, decidió llamar a su señorío La Elipa, en recuerdo de su mujer, Phelipa de Vargas.

Tendría que pasar mucho tiempo hasta que, coincidiendo con la masiva llegada de emigrantes del campo a la capital en los años 60 y 70 del pasado siglo, Madrid tuvo que ampliar sus límites creando grandes barriadas periféricas; una de ellas, la de La Elipa. Y fue precisamente en este populoso barrio madrileño donde los padres de Regino y Juan Artero abrieron un bar, que llamaron La Paloma. Algunos años después –de eso hace ya 32– abandonaron el primitivo local y se trasladaron a otro más amplio –de ahí lo de La Paloma II–, pero para seguir haciendo lo mismo de siempre; servir desde muy temprano hasta muy tarde desayunos, tapas y raciones en su larga barra; y comidas y cenas en su amplia terraza y en las ocho únicas mesas de su pequeño comedor interior. Y así, año tras año, sin cerrar un solo día, incluida Navidad y Nochevieja, esta ya clásica casa de comidas de barrio se fue haciendo un cierto nombre en la zona y creando una fiel y segura clientela.

Y llegó David Muñoz y la lio

Hablando del reciente revuelo mediático creado alrededor de su establecimiento por el famoso chef de DiverXo, Regino, uno de los dos hermanos Artero, nos dice que desde que David Muñoz dijo aquello de “en la Paloma II hacen un arroz con bogavante de locos”, tienen muy disgustada a una parte de su parroquia tradicional, porque las reservas les han aumentado tanto que, muchas veces, no pueden dar mesa a algunos de sus clientes más asiduos. Regino apostilla que “los que se han vuelto locos de verdad han sido ellos”, porque desde que David abrió la boca el teléfono no deja de sonar demandando mesa, y los dueños de La Paloma II no saben qué hacer para complacer a sus nuevos comensales y no disgustar a los de siempre.

Al preguntar a los ya célebres hermanos desde cuándo preparan el arroz con bogavante –el único que cocinan en La Paloma–, Juan nos desvela el curioso origen del plato: “Fue unas Navidades de hace ya 25 años cuando en la cena familiar de Nochebuena nos sobraron un par de langostas, y para aprovecharlas, al día siguiente decidimos prepararnos con ellas un arroz caldoso; y fue entonces, mientras nos estábamos comiendo el arroz en el bar, cuando unos clientes nos preguntaron si podíamos hacerles otro igual para ellos… Y así empezó todo”.

Del barrio al Instagram

Actualmente, según nos aseguran los Artero, han llegado a dar hasta 120 arroces al día. Regino y Juan se multiplican atendiendo diligentemente las mesas que, a mediodía, empiezan a llenarse a las 13:30 y después de tres o cuatro turnos se desocupan hacia las cinco o las seis de la tarde; momento en el que los hermanos –como sucedió el día que nosotros estuvimos allí–se sientan apresuradamente en una de las mesas vacías, abren una gran lata de bonito en escabeche y, sobre la marcha, se preparan una soberbia y apetecible ensalada con unas fresquísimas rodajas de tomate aliñado y varios huevos duros. En un rato tendrán que empezar a servir el turno de cenas tempraneras, porque desde que el hijo de la familia Muñoz –clientes de toda la vida– habló del arroz de La Paloma II, ellos no tienen ya ni tiempo para reponer fuerzas; ni parece que Mercamadrid para dar abasto a suministrar tanto bogavante como necesitan

La Paloma II ha saltado a la fama por su arroz con bogavante, pero si les preguntas a Juan y Regino te recomendarán otros muchos platos de la casa: boquerones fritos, chipirones, torreznos de Soria, croquetas caseras de jamón, oreja a la plancha, chuletillas de lechal…

Si tienes la suerte de conseguir mesa, no dejes de acercarte por el barrio de La Elipa y probar en la Paloma II su ya archiconocido “arroz con bogavante de locos”. No te arrepentirás.