Las hamburguesas canallas del 'masterchef' Carlos Maldonado llegan a Madrid

No todo el mundo, ni todos los chefs del mundo, puede permitirse el lujo de entrar en una sala abarrotada de periodistas y con toda la naturalidad y frescura ofrecer una buena (damos fe), buenísima hamburguesa y una cerveza antes de las 12 de la mañana de un día normal y corriente, pero Carlos Maldonado es uno de esos pocos que lo hace y sin despeinarse. Su nombre está grabado a fuego y con letras de oro en la historia de 'MasterChef'. Ganó la tercera edición del talent culinario gracias a ese desparpajo y esa personalidad única que con él vienen de serie, por eso y por su motivación constante, su trabajo impecable y sus ganas de comerse el país a bocados.

El toledano de 31 años es, a día de hoy, el orgullo del que presume el programa de Televisión Española: es el único participante con estrella Michelin, un reconocimiento que ganó en 2020 y que ha vuelto a revalidar este mismo año. Acaba de estrenar 'Raíces', una serie documental sobre su vida. Pero hay más. ¿Su último y más ambicioso proyecto? Traer sus hamburguesas a Madrid. En formato delivery y de la mano de Glovo y las cocinas de Cuyna. Merece la pena descubrir cómo ha llegado hasta aquí y qué esconden sus gamberras 'burgers'.

Antes de 'MasterChef', Carlos Maldonado iba de aquí para allá con su furgoneta y se dedicaba al sacrificado oficio de vendedor ambulante. Perdido profesionalmente y sin más aspiración que estar en contacto continuo con la gente, su madre decide presentarle al concurso. "Suena la flauta y gano", cuenta el chef. A partir de ahí y tras formarse en el Basque Culinary Center de San Sebastián, Maldonado decide recuperar esa profesión de comerciante de la que tantos años había vivido, dignificarla y transformarla en un 'food truck'.

"Lo llamábamos cocina gamberra y recorrimos España sin límites, éramos imparables. Cada fin de semana vendíamos unas 3.500 hamburguesas, pero de repente tuve un hijo y frené el ritmo". En el año 2017, y coincidiendo con el nacimiento de su hijo, el toledano abandonó esa vida nómada para echar Raíces, literalmente, y montar su propio restaurante en Talavera de la Reina, su ciudad natal. Un local que, prácticamente desde el principio, contó con el favor de la crítica y el público, y que terminó por concederle aquella codiciada estrella Michelin y un sol Repsol. Sin embargo, la pandemia volvió a cambiar su rumbo y de la noche a la mañana todo lo que había construido se desvanecía sin poder hacer nada.

"Decidimos apostar fuerte por Raíces, comprar otro espacio y ampliar el local, ahí fue cuando nos metimos en problemas. Comenzamos la reforma el 2 de marzo de 2020 y el día 19 reinaugurábamos, pero el 14 nos confinaron a todos y ese proyecto que habíamos montado e ideado con tanta ilusión se iba al carajo. Debíamos pasta por un tubo y nuestra mochila de deudas era muy pesada. Llegué a pensar que jamás volveríamos a abrir", relata Maldonado.

En este momento tocó pararse a reflexionar, buscar soluciones y volver a los orígenes, a las raíces que un día le hicieron alcanzar el triunfo. "Durante el confinamiento me dediqué a leer a Dante y su 'Divina comedia', difícil de entender, pero tremendamente adictiva. De sus nueve círculos del infierno y el deseo de recuperar aquel 'food truck' nació una nueva idea: El Círculo". Basadas en esa 'Divina comedia' y, en los siete pecados capitales, el chef y su equipo comenzaron a cocinar y vender hamburguesas a domicilio, con el recuerdo de esa camioneta, y Talavera se volcó.

La pandemia siguió su curso, los restaurantes por fin podían volver a abrir sus puertas y Carlos Maldonado decidió darle alas, y un local, al proyecto que otra vez más le había salvado. Montó El Círculo en su ciudad y la noticia de que allí se servían unas hamburguesas diferentes, originales, increíbles, con nombres poéticos como Violencia, Lujuria o Limbo y de gran calidad llegó a oídos del capitán de Glovo en Talavera de la Reina, que no dudó en ofrecerle trasladar su propuesta gastronómica más canalla a Madrid.

Con Glovo como partner para el delivery y las cocinas virtuales de Cuyna como centro logístico, sus hamburguesas, cuatro por el momento aunque la carta se completa con otros platos como un costillar llamado Avaricia o un hot dog apodado Cerberus, han aterrizado en la capital y prometen arrasar.

"Son hamburguesas cañeras, rebeldes, que te ponen los pelos de punta, que tienen alma", así las define el chef. "Parten de una base de carnes buenas, vaca, oveja o cordero, y después son maceradas con especias seleccionadas únicamente para potenciar el sabor auténtico de la carne. Son las hamburguesas que nos han salvado". Compuestas entre 10 y 36 ingredientes y con una materia prima de máxima calidad que da protagonismo a la carne y no tanto a los complementos, todo para conseguir que cada 'burger' esté llena de sabor y derroche personalidad bocado a bocado. "Madrid siempre da miedo, pero creo que con estas hamburguesas vamos a reventar la ciudad", comenta lleno de ilusión.

Disponibles en este lanzamiento inicial las cuatro primeras, Carlos Maldonado insiste en que poco a poco vendrán más y que incluso llegarán a Barcelona y Valencia, solo a través de la app de Glovo y con un precio que ronda los 12 euros, merece la pena pringarse y disfrutar de las hamburguesas canallas del cocinero que convierte en éxito todo lo que toca.