Una barbería, una aceitera y unos cosméticos: pequeñas (grandes) empresas de éxito

Es frecuente pensar que solo los grandes imperios empresariales son los que siembran, cosechan y recogen frutos en forma de éxitos. Pero en un país en el que las pymes englobaban el 97% de la totalidad de las empresas, según datos oficiales ofrecidos por el Ministerio de Industria, es necesario detectar esos casos únicos, excepcionales y singulares protagonizados por compañías menores que, a base de constancia, tesón y buen trabajo, alcanzan la gloria.

Una barbería de barrio, una aceitera con tradición familiar y unos cosméticos 100% naturales, tres pequeñas (grandes) empresas españolas que han conseguido mucho más de lo que soñaban en sus inicios, que son referentes, modelos a seguir en sus sectores y que, para esos futuros emprendedores, son fuente de inspiración. Descubre sus historias y cómo han logrado captar la atención de las grandes multinacionales, prestigio internacional y reconocimiento como los mejores.

Barbería Malayerba

En pleno auge nacional de locales enfocados al cuidado personal masculino y con una gran oferta de peluquerías y barberías por cualquier esquina de barrio, parece casi una utopía lograr desmarcarse del resto, diferenciarse y, al tiempo, apuntar alto. Este es el caso de la madrileña barbería Malayerba. De estética retro y dedicada a la belleza del hombre desde su perspectiva más tradicional, la empresa ha sido adquirida por uno de los gigantes de la industria, la cadena Alma Beauty Corporation. Un claro ejemplo de que los pequeños también consiguen cosas grandes.

Para entender cómo esta barbería clásica, una de esas que ha recuperado el olvidado oficio de los barberos de toda la vida sin perder el enfoque en las necesidades y los servicios que el hombre demanda actualmente, debemos remontarnos a sus inicios. Año 2014, la idea de fundar un salón masculino, de esos que recuerdan a los de la década de los 50, con gusto por lo antiguo y el minucioso trabajo del barbero como epicentro de todo, nace en una agencia de publicidad, en Kastner Madrid.

Sus publicistas, emprendedores natos en busca de nuevas oportunidades de negocio, vislumbraron que en este sector existía un vacío que podían llenar, al menos en Madrid, con la barbería Malayerba. Ubicada en un primer momento en la popular plaza del 2 de Mayo del siempre cool barrio de Malasaña (hoy mismo enclave, pero nueva dirección), la noticia de su existencia corrió rápidamente entre el público masculino de la capital y en apenas unos meses llegó a convertirse en todo un referente.

Durante los siguientes años, Malayerba fue creciendo exponencialmente y, además, comenzó otra vía comercial basada en la creación de productos artesanales para el cuidado personal del cabello y la barba, todos ellos elaborados con materias primas 100% ecológicas, e incluso lanzó su propia marca de ginebra. De todos estos pequeños pasos y el triunfo cosechado tras ellos tomaban buena cuenta los grandes. Y este 2022, Alma Beauty Corporation ha adquirido la barbería como valor seguro y empresa rentable, constatando que es un caso de éxito.

Palacio de los Olivos

Puede que así, de entrada, no te suenen, pero Raúl Mora y sus cuatro hermanos son conocidos por todo el mundo; o, por lo menos, por los amantes del buen aceite de oliva. Ellos son los actuales responsables detrás de Olivapalacios, una empresa con tradición familiar ubicada en Almagro (Ciudad Real), donde se elabora el mejor aceite de oliva virgen extra del planeta de la variedad Picual. No lo dicen ellos ni nosotros, sino que este dato viene dado por el prestigioso 'Evoo World Ranking de 2021', un listado que reconoce y premia a los maestros aceiteros, así como a esos productos que salen de sus fábricas y que en su interior contienen oro líquido.

Un prestigio que no han conseguido en dos días y que comenzó hace más de 30 años. Los Palacios, que así se llama la finca donde se elabora este refinado y exquisito aceite de fama internacional, cuenta con aproximadamente unas 210 hectáreas de extensión en pleno corazón de Campo de Calatrava.

Allí es donde se elabora y se produce de forma artesanal, y siempre prestando atención a cada detalle, su aceite premiado Palacio de los Olivos. La nueva generación de hermanos Mora, innovadores natos, se apoyan en la alta tecnología más avanzada, sostenible y respetuosa con el medioambiente. Todo para conseguir fabricar de manera autónoma un AOVE prácticamente artesano. Desde el cuidado del olivar y la aceituna hasta el envasado, todo se hace como antaño, el verdadero secreto de su éxito.

Armonía Bio

La última historia tiene dos protagonistas: un químico francés de vida hippie y un empresario español con mucha visión de negocio. Dos almas emprendedoras que un día cruzaron sus caminos y de la que, gracias a esa extraña fusión de carreras y profesiones, nació Armonía Bio.

Fue en 1980, en Ibiza y con el propósito de crear cosméticos naturales para el tratamiento de la piel. Toda una revolución. Hoy, este tipo de productos es uno más en nuestros neceseres y la máxima de la sostenibilidad en el mundo de la belleza, un imprescindible para cualquier marca, grande o pequeña. Pero ellos fueron los pioneros y desde entonces han cosechado frutos en forma de ventas mundiales de sus productos.

Las primeras investigaciones sobre cosmética natural tuvieron lugar de manera rudimentaria, utilizando incluso utensilios caseros para dar y conseguir fórmulas naturales. Esos cosméticos primitivos se comercializaban en los pocos herbolarios que existían por aquel entonces y, para sorpresa de ambos, el negocio comenzó a funcionar de tal manera que se vieron obligados a abandonar el modo artesanal para recurrir al industrial, contratando los servicios de un laboratorio.

Hoy, en 2022, los productos faciales, corporales y capilares de Armonía Bio se comercializan en España y en Europa, y mantienen esos principios activos 100% naturales y ecológicos como seña de identidad. Se elaboran bajo una ética de sostenibilidad que regula no solo el proceso en sí, sino también el uso de determinados ingredientes, concentraciones de activos y métodos de fabricación.

Tres casos de pymes españolas que certifican lo que imaginábamos e intuíamos: en nuestro país se esconde y nace mucho talento, buenas ideas y si así lo queremos y deseamos, se consiguen sueños.