La guía definitiva de Málaga: restaurantes y planes perfectos para una escapada
Capital andaluza alegre, acogedora y nada estridente que es el orgullo de los malagueños. No deja de evolucionar como un destino apetecible, entrañable y lleno de sorpresa
Creo recordar que no hace muchos años aterrizabas en el aeropuerto de Málaga o llegabas a la estación de AVE María Zambrano para salir corriendo a la Costa del Sol. Era la gran desconocida. Ahora, sabiendo lo que se cuece aquí, me veo obligado a entonar una gran disculpa y reconciliarme con una gran capital española. Era como si nos hubiéramos estado mirando toda la vida de reojo, pero un día hicimos 'eye contact'. Nos sonreímos inmediatamente, sin dejar de mirarnos, y le susurré:
“Qué bien maduraste, Málaga querida. Me encanta verte rodeada de gente que te cuida y mima. Sigue así, pero sin que se te suba a la cabeza, que tu humildad es tu fuerte. Ahora, mi niña preciosa, te has puesto a la cabeza de España junto con otras, asume esta responsabilidad con garbo, y como hermana mayor, cógelas de la mano y enséñales cómo hay que hacer las cosas para ser excelente”.
Doy por hecho que todos saben quién es Kike Sarasola. Un pedazo de ser, lleno de vida, carismático, emprendedor nato, pasional, incansable, generoso y justo. Como lo fue su padre. Algún defecto tiene, pero no es el foro ni nos conocemos tanto como para estar de confidencias. Es un perfecto imperfecto. Se cruzó en mi vida y… aquí me presento. Yo soy Carlos. Juntos formamos nuestra familia y compromiso de crecer desde el amor, respeto, complicidad, buena comunicación y libertad. Somos dos tipos diferentes con un precioso proyecto de vida, pues llevamos 28 años apostando el uno por el otro. Les cuento esto porque yo soy el de las letras que ustedes leen. Nacido y educado en Gran Canaria hace que el 'ustedes' y no el 'vosotros' sea mi vehículo trasmisor. La Mochila va de compartir nuestras experiencias y sensaciones de estos destinos que, a nosotros, nos han impactado en esta vida compartida. Pero Kike cuanto más libre y visionario, mejor.
Voy a exagerar un poco. En Málaga, las sardinas en espetos están más ricas que el mejor sushi de Tokio. La mejor ensalada mediterránea, fresca y explosiva en sabores, aquí: la ensalada malagueña. Mi madre hace un gazpacho de infarto, sí, pero de “repronto” -como decía mi hija hasta hace poco con los restos de su lengua de trapo- probé el salmorejo y escogí el segundo. Hasta que apareció la porra de Antequera en mi vida. Brutal.
¿Que si te estoy hablando en serio? Vivo en una ciudad que es acogedora en su ADN: Madrid. Por eso, cuando pienso en Málaga, veo calidad en valores y capacidad de despertar tus emociones, donde liberarás la carga, estrés o losa que traigas.
¿Que si exagero? Siempre ha sido la discreta capital de provincia andaluza. Ahora, de discreta nada. Emprendedora, rompedora, imagen y pasarela de la cultura. Imparable.
Paséala de museo en museo. Tapéala cañita va, cañita viene, un Pedro Ximénez o resolí va y viene. Disfruta de la tarde por la calle del Marqués de Larios de arriba abajo, parando en La Terraza de Room Mate Larios (C/ Marqués de Larios, 2) para tomarte una ginebra local contemplando la catedral. O por La Malagueta, paseando o haciendo la croqueta en su arena.
Barrio de Pedregalejo. Situado en la zona este de la ciudad, es uno de los más antiguos y tradicionales barrios de pescadores, con una lengua de arena de 1.200 metros. La playa de Pedregalejo huele a pescaíto frito y a espetos. No te pierdas El Balneario de los Baños del Carmen (C/ Bolivia, 26), que abrió sus puertas el 16 de julio de 1918, día de la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores y los marineros. En su amplia terraza, situada encima del mar, se puede disfrutar de comida sabrosa, de los mejores atardeceres y, ciertos días en semana, de música en directo.
Otros barrios que debes visitar obligatoriamente para sentir Málaga son El Palo (zona este) y Huelín (zona oeste). Barrios entregados al mar y donde realmente el malagueño va a comer el pescado, los espetos y las paellas marineras, por la calidad del producto y los buenos precios.
Te recomiendo El Tintero (Avenida Salvador Allende, 340), en El Palo, donde el pescado se subasta y el mejor postor se lleva el mejor a la mesa, y en El Narval (C/ Banda del Mar, 139), ricos espetos al mejor precio de toda la Costa del Sol.
En el barrio de Huelín, donde recientemente se ha inaugurado una estatua en homenaje a nuestro querido Chiquito de la Calzada, no dudes en visitar cualquiera de los numerosos chiringuitos que salpican esta parte de la costa malagueña. Recomendamos La Campana (Paseo Marítimo Antonio Banderas, 9), en la playa de la Misericordia.
Doña Inés (Plaza Poeta Alfonso Canales, 5): en el barrio del Soho, junto al teatro del mismo nombre, situado en los bajos de nuestro Room Mate Valeria. No dejes pasar la oportunidad de probar su steak tartar o su arroz de presa. Y seguido sube a La Terraza de Valeria para saborear un buen digestivo.
¿Otras direcciones imprescindibles? Atrezzo: última apuesta del grupo Tercer Acto (C/ Casas de Campos, 2), del ilustre Antonio Banderas, situado a escasos metros del Teatro del Soho. Beluga (Plaza de las Flores, 3), donde su chef, de origen alicantino, te sorprenderá con su carta de arroces. Batik (C/ Alcazabilla, 12): disfrutarás de unos exquisitos canelones de pato tikka-masala, bechamel de cardamomo, yogur y pepinillos encurtidos o unos rollitos VietnAndaluces, acompañados de las mejores vistas de la Alcazaba. Los Patios de Beatas (C/ Beatas, 43): restaurante de dos antiguas casas de los siglos XVIII y XIX rehabilitadas, con patios interiores típicamente andaluces y rodeados por vidrieras, donde se degusta una cocina de mercado, con productos locales, frescos y de temporada. UveDoble (C/ Alcazabilla, 1): a ellos les gusta denominarse 'tapería'. Aquí se pueden probar los mejores fideos 'tostaos' con langostinos. Situado frente a la Alcazaba y al Teatro Romano, en una de las calles más concurridas de la ciudad. La Deriva (Alameda de Colón, 7): su ensaladilla rusa ganó el premio a la mejor de Málaga hace unos años.
Madame Suzanne: en el corazón del Soho (C/ Casas de Campos, 31), un restaurante de moderna y cuidada carta para disfrutar en un ambiente distendido, abierto y artístico. No es extraño ver en su terraza a actores del elenco del último musical de Teatro del Soho compartiendo mesa con algún afamado DJ o un exministro de Cultura. O Gloria Hoyos, con sesión de DJ a vinilo; Kosei Ramen (C/ Carretería, 56), donde su cocinero pesca por la mañana lo que se van a comer, o La Casa del Guardia (Avenida Ciudad de Melilla, 9), tasca fundada en 1840. No te vayas sin probar un moscatel o un Pedro Ximénez.
Con mucho arte
Además, Málaga se ha convertido en una auténtica ciudad de museos. Con un total de 40, la mayoría de ellos concentrados en el centro histórico, la convierten en una de las ciudades con mayor densidad de museos en su casco antiguo. Destaca el Museo Picasso (C/ San Agustín, 8), situado en el Palacio de Buenavista, y la Casa Natal Picasso (Plaza de la Merced, 15). El Museo de Málaga (Palacio de la Aduana), que incluye información sobre el paleolítico y neolítico, las cuevas, los dólmenes de Antequera, el jardín botánico, las familias influyentes en la historia de la ciudad, la fundación fenicia de la ciudad Malaka, romana, árabe y cristiana.
Sin olvidarnos del Museo Thyssen (Plaza Carmen Thyssen), ubicado en el Palacio de Villalón, que recoge la muestra de pintura andaluza del siglo XIX más completa que existe en la actualidad en España. O el mítico Museo Pompidou (Pasaje Doctor Carrillo Casaux), que ofrece un recorrido por el arte de los siglos XX y XXI con obras selectas de la colección del Centre Pompidou de París, una de las dos más importantes del mundo moderno y contemporáneo.
Tres recomendaciones más: el Museo de Arte Contemporáneo (CAC), ubicado en el antiguo Mercado de Mayoristas (C/ del Conde Duque, 9), y el Museo Automovilístico y de la Moda (Avenida de Sor Teresa Prat, 15), en la Antigua Real Fábrica de Tabacos, en el que podrás ver un centenar de vehículos restaurados y más de 300 piezas de alta costura que describen la evolución histórica y artística desde finales del siglo XIX. Además, es pet friendly. Y La Térmica (Avenida de los Guindos, 48), siempre ténganla en el radar. Innovadora y a la vanguardia.
Y, por último, lo bueno para el final, el Teatro del Soho–CaixaBank (C/ Córdoba, 13). Una gran apuesta personal de Banderas, un proyecto pionero, el espejo del orgullo de querer exportar al mundo nuestra forma de ver, entender y sentir el arte. El objetivo es consolidar y ensanchar la oferta artística de Málaga con un espacio cultural propio, que proyecte fuera de nuestro ámbito y de nuestras fronteras la actividad generada en este maravilloso escenario, por su estilo y su fuerza creativa.
¡GRANDE ANTONIO Y NUESTRA MÁLAGA ADORADA!
Creo recordar que no hace muchos años aterrizabas en el aeropuerto de Málaga o llegabas a la estación de AVE María Zambrano para salir corriendo a la Costa del Sol. Era la gran desconocida. Ahora, sabiendo lo que se cuece aquí, me veo obligado a entonar una gran disculpa y reconciliarme con una gran capital española. Era como si nos hubiéramos estado mirando toda la vida de reojo, pero un día hicimos 'eye contact'. Nos sonreímos inmediatamente, sin dejar de mirarnos, y le susurré:
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