A solas con las protagonistas del nuevo cine español

A solas con las protagonistas del nuevo cine español
Texto Fruela Zubizarreta
Foto E. Miera
Estilismo C. Aguilar
Peluquería y maquillaje
P. Cedeño | J. Briand
Formato
L. Martín | P. L. Learte | L. Rodríguez

or exigencias del guion se fueron de fin de semana y no salió bien. Rodar una película técnicamente compleja en plena pandemia en una Venecia tan vacía como irreal las ha unido para siempre, tanto que hoy no dudarían en irse de vacaciones juntas. Son tres de las actrices con más proyección y futuro del cine español. Ingrid García-Jonsson, Silvia Alonso y Goize Blanco conforman una sinfonía triangular de lo más contemporánea en la que talento, compromiso, ganas de comerse el mundo y belleza se dan la mano.

Son las nuevas ‘chicas Álex de la Iglesia’, un director especialmente habilidoso para situar a sus protagonistas —a los chicos también— en el proceloso mapa de la interpretación. Hablamos con los actrices de ‘Veneciafrenia’, otra película divertidísima y terrorífica —por momentos muy gore— del más grande creador de cine fantástico de nuestro país.

Patrón de fondo

Talento innato, actitud fashion

Garabato
Ingrid
Bermudas de SPORTMAX, sujetador encaje de ETAMP, americana fucsia TOMMY HILFIGER

Nació en Skellefteå, Suecia, en 1991, pero es sevillana por los cuatro costados, como su padre. Lo intentó con el ballet, hasta que un buen día un profesor del conservatorio le dijo: “Dedícate a la interpretación porque esto no es lo tuyo”. Pasó del teatro amateur en la capital hispalense a instalarse en Madrid, donde se matriculó en Arquitectura y empezó a enlazar trabajos como actriz —empezando por las recreaciones paranormales de ‘Cuarto milenio’ haciendo, entre otras, de víctima del Hombre Polilla o de niña poseída—. Aparcó la carrera en cuarto curso —“En casa todavía no lo saben, sospecho que albergan la esperanza de que algún día la acabaré, pero la verdad es que entré en Arquitectura porque tenía nota y no sabía muy bien qué hacer con mi vida”—. Desvelada su auténtica vocación, hoy dedica a la interpretación toda su energía, “porque cuando encuentras tu camino hay que darlo todo para ser la mejor, o al menos intentarlo. No sé separar mi vida de mi trabajo, ni lo pretendo”.

Cuando el guion de ‘Veneciafrenia’ llegó oficialmente a las manos de Ingrid García-Jonsson no se lo podía creer: “Álex de la Iglesia siempre ha sido uno de mis directores favoritos. He perdido la cuenta de todos los castings para formar parte de alguna de sus películas a los que me presenté. Hice pruebas para ‘El bar’, para ‘Mi gran noche’… pero nada. ¿Por qué no me elige? Hasta que un día un amigo común va y me suelta: “Por cierto, ¿tú por qué no quieres trabajar con Álex?”. Y yo, ¿¡cómo!? “Está pensando en ti para la nueva película”. ¡Dile que sí! Me llamaron para hacer las pruebas y aquí estoy. El rodaje de ‘Veneciafrenia’, en plena pandemia, fue muy complejo, muy duro. Tuve la suerte de volver a coincidir con Silvia Alonso y de conocer a Goize Blanco. Hoy somos tres buenas amigas”.

Ingrid no tiene muy claro en qué consiste eso de ‘hacerse la sueca’: “Allí soy la española y en España la sueca. Entiendo que en el carácter de cada país hay una estrategia para eludir problemas. Por lo general, yo tiendo a afrontarlos”. Tal vez por haber trabajado en ‘Cuarto milenio’ a Ingrid le fascinan los misterios y las ciencias ocultas, más concretamente el tarot, arte adivinatorio que cada día domina mejor.

Imagen de Ingrid, Silvia y Goize
Goize: vestido estampado de flores de ROBERTO CAVALLI, tacones fucsia TOMMY HILFIGER Silvia: vestido rosa gasa manga larga de SPORTMAX Ingrid: vestido fucsia bandeau de ZARA, sandalias planas de CH CAROLINA HERRERA
Goize: vestido blanco midi de encaje de JV by JORGE VÁZQUEZ Ingrid: traje cuadros rosas de TOMMY HILFIGER Silvia: traje lino rosa de MAX MARA

Mientras tanto, los profesionales del mundo de la moda han elevado a Ingrid García-Jonsson al estatus de icono fashionista. “Me gusta mucho la moda, expresarme y contar historias a través de la ropa. Como actriz pongo una intención en todo lo que hago. Me encanta vestirme y sentirme en la piel de otros personajes, me divierte mucho. Las alfombras rojas son geniales porque me dejan ponerme conjuntos que no me puedo permitir, no podría ni entrar en la tienda, y, de repente, van y me los prestan. Lo que hago es crear nuevos personajes y pasármelo genial”.

Más cigarra que hormiguita —“Tengo un poco de colchón, pero prefiero vivir el momento”—, a García-Jonsson le preocupan especialmente la salud del planeta, “el hacia dónde vamos” y las tropelías de las que el ser humano es capaz. Hoy, cuando su carrera despega en otros idiomas y países, Ingrid sigue buscando disciplinadamente estímulos y referencias para crecer como persona y como actriz. Una mujer magnética con un fantástico superpoder…

Verdad verdadera.

Autocontrol y pasión

Garabato
Silvia
Top punto crop y pantalón palazzo Rosa de ZARA

De su infancia recuerda especialmente las horas infinitas en las que jugaba con su abuelo a disfrazarse y a inventar bailes y nuevos mundos. Sus padres no se tomaron del todo bien que la niña de la casa quisiese adentrarse en eso de la interpretación con 17 años recién cumplidos. “Hubiesen preferido que mi hermano y yo nos dedicásemos a la empresa familiar. Lo de ser actriz les planteaba demasiadas incertidumbres”, apunta Silvia Alonso (Salamanca, 1992), parte indispensable del triunvirato femenino protagonista de ‘Veneciafrenia’. “Ahora están contentos”.

Antes de trabajar con Álex de la Iglesia, Silvia ya conocía al director de ‘El día de la bestia’, ‘La comunidad, ‘Las brujas de Zugarramurdi’ o ’30 monedas’ por su amistad con Carolina Bang —actriz de carácter, productora consolidada y pareja del bilbaíno—, a la que conoció en el rodaje de la exitosa ‘Tierra de lobos’, la serie que situó a nuestra protagonista en el star system patrio. “He visto todas las películas de Álex, conecto perfectamente con sus códigos y me río muchísimo con él. Como director descubrí a otra persona. Es frenético y muy muy técnico. Hay que entrar en su cabeza, entenderle, para luego dejarse llevar. Te obliga a estar alerta constantemente”, explica.

Celosa de su intimidad, Silvia Alonso procura una fama discreta, “en la que solo se me conozca por mis películas, por mi trabajo”.

“Intento no agobiarme con las situaciones que no puedo controlar, aunque hoy en día abundan. Antes era de naturaleza muy controladora, pero he aprendido a relajarme, a soltar lastre”

Entre las prioridades de Silvia está el disfrutar de la vida de una forma relajada: “Creo que he encontrado un equilibrio entre los miedos y el dejarme llevar. Esta profesión conlleva cierta inestabilidad y hay que aprender a adaptarse a cada situación con naturalidad. Lo que nunca debes hacer es vivir por encima de tus posibilidades”.

A lo que añade: “A veces me encuentro en situaciones incómodas, en plan ‘quiero salir corriendo de aquí’, pero no queda otra que dar la cara. Supongo que mi gran asignatura pendiente es aprender a decir no”, confiesa. Y mientras su carrera se dispara —pronto la veremos en series como ‘Fuerza de paz’, de TVE, o ‘Sin huellas’, de Amazon Prime—, Silvia se esfuerza en construir una vida alegre y sensata en la que cuidar y mimar a la gente que, a su vez, la cuida y mima. “Y seguir trabajando en el cine, porque uno no debe renunciar a sus pasiones”. Entonces, ¿cuál sería el superpoder de Silvia Alonso? “He aprendido a adaptarme a cualquier situación con rapidez para llevar por igual los malos y los buenos momentos”. Nada que objetar.

Patrón de fondo

Naturalidad ante todo

Garabato
Goize
Total look de punto cuadrados de MM6 MAISON MARGIELA, zapatos plataforma rojos de ZARA

En realidad, Goize Blanco (Bilbao, 1984) se llama Goizeder, que en euskera quiere decir ‘amanecer hermoso’. De aquel amanecer hermoso surgió una joven especialmente enérgica a la que le encantaba el deporte —del balonmano al atletismo— y que no sabía estarse quieta. Criada en Mundaka, jugando en la calle o aventurándose en las maravillas de la reserva de la biosfera de Urdaibai que la rodeaba, Goize cayó en la cuenta de que quería ser actriz contra y viento y marea. Su madre, ama de casa, y su padre, marino mercante, apoyaron la apuesta con cierta preocupación y una gran dosis de optimismo, “porque vivir de esto es, prácticamente, un milagro”, apunta. Y Goize se instaló en Madrid con 20 años.

“Mi hermano es un superfán de ‘El día de la bestia’, tiene todas las camisetas de la película y le encanta Def Con Dos, que también aparecían en la banda sonora de la película. Así conocí a Álex de la Iglesia. Es parte de mi vida por derecho propio”. Hoy, con su primera protagonista de largo alcance a la vuelta de la esquina —“había participado en una serie y poco más”—, Goize reconoce que ha aprendido latín en cuestiones técnicas e interpretativas gracias a De la Iglesia.

Imagen de Ingrid, Silvia y Goize
Goize: chaleco de punto de MALIPARMI, top bikini ERES, pantalón fucsia largo THE KOOPLES Ingrid: Peto vaquero fucsia de SÉZANE, sandalias planas tiras piel de PEDRO DEL HIERRO Silvia: vaquero fucsia de GUESS, tank top de ZARA

Monitora de pilates, monologuista y autora de cuatro cortos —‘Vegasexuales’, ‘Basta de mendigar’, ‘La diosa que hay en mí’ y ‘No dejes de soñar’—, Blanco ultima en su cabeza su primer largometraje (en busca de financiación). Una mujer decidida y fuerte como su papel en ‘Veneciafrenia’.

Porque si Goize Blanco no pudiese actuar, “me pondría a escribir o dar clases de pilates sin problemas”. Preocupada por la deriva de los acontecimientos mundiales, nuestra protagonista confía en su superpoder, la resiliencia, esa maravillosa capacidad de adaptación de los seres vivos ante situaciones adversas. “Lo único que pido es que me quede como estoy, con trabajo a ser posible, mi casa y mi perrete divino. Tengo unos amigos maravillosos y una vida que me llena. No me quejo de nada”. Amén.

Mientras ultima la segunda temporada de ’30 monedas’, la serie de éxito internacional avalada por HBO, Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) se enfrenta a un nuevo veredicto del público. La respuesta será positiva porque ‘Veneciafrenia’ es otro de los aciertos de su carrera. Premisa: la luz de la ciudad más hermosa del planeta languidece bajo la invasión diaria de turistas. Los venecianos han comenzado a organizarse dando rienda suelta a su instinto de supervivencia, algo que ignoran los protagonistas de la película, un grupo de amigas españolas y sus novios dispuestos a divertirse en la ciudad de los canales y obligados a luchar para salvar sus propias vidas. “Hacer que una película o una serie funcionen, conseguir buenos resultados económicos, es dificilísimo. Me temo que me gusta meterme en líos”, comenta el director de ‘Veneciafrenia’, su película número 25..

Álex de la Iglesia
Álex de la Iglesia. Foto: Chus García

Cabe preguntarse qué queda del Álex de la Iglesia de ‘El día de la bestia’, estrenada en 1995. “Queda toda la ilusión y toda la fe en lo que hago. Queda el cariño que le entrego a cada proyecto. En estos años me he convertido en una mala bestia acostumbrada a sobrevivir en su medio, siempre en lucha. Me he acostumbrado a llevarme muchos golpes y a saber lo que es el miedo. No me interesa hablar de madurez, me parece una gran tontería. Prefiero hablar de haber aprendido a esquivar golpes”, puntualiza. “Todos ocultamos algo en el trastero de nuestros monstruos. Lo que hay que hacer es airearlo de vez en cuando para perderle el miedo a nuestra oscuridad, porque nadie es perfecto». Bueno, Álex de la Iglesia casi sí.