Barcelona como nunca antes la has visto

Más allá del barrio gótico, las ramblas, Montjuic o los ejemplos de arquitectura modernistas repartidos por toda la ciudad, con los ‘hitos’ de Gaudí a la cabeza, la Ciudad Condal tiene otra cara por conocer. La de una ciudad contemporánea, cosmopolita y llena de vida, con uno de los perfiles urbanos más impactantes de Europa, definido por los emblemáticos edificios de la Barcelona del siglo XXI.

Y, precisamente, una de estas construcciones contemporáneas va a convertirse en una nueva manera de descubrir la ciudad. El edificio Torre Glòries, anteriormente conocido como la Torre Agbar, uno de los más fotografiados del siglo XXI y punto icónico del skyline de la ciudad, abre por primera vez sus puertas al público para descubrir una nueva visión de Barcelona. Desde su cúpula, a más de 125 metros de altura y con una visión panorámica de 360º sobre la ciudad.

Este rascacielos, obra de los arquitectos Jean Nouvel y Fermín Vázquez, ubicado junto a la plaza de las Glorias, marca la puerta de entrada al distrito tecnológico y ahora se convierte en un nuevo referente cultural y de ocio, gracias a Mirador Torre Glòries. Ubicado en las plantas -1 y 30 del emblemático edificio, este espacio se abre permanentemente a la ciudadanía para dar la oportunidad de visitar partes del interior de este rascacielos.

Una doble mirada sobre la ciudad

Quizás estéis pensando que esta nueva alternativa cultural es un mirador más, una oportunidad de contemplar unas bonitas vistas de la ciudad y ya. Pero no es así, Mirador Torre Glòries es un verdadero viaje a la esencia de la ciudad. Una invitación a reflexionar sobre la interdependencia e interconexión que existen entre todos los elementos que forman el ecosistema urbano, y para ello este viaje comenzará en las profundidades de la ciudad, en la planta -1 de Torre Glòries.

Allí los visitantes podrán sumergirse en Hipermirador Barcelona, un concepto de mirador sin ventanas en el que, gracias al arte, la ciencia y la tecnología, descubrirán el pulso urbano de la ciudad y entenderán Barcelona como un ser vivo que interactúa con la vida de los ciudadanos.

A través de cinco instalaciones inmersivas en las que se mezcla arte, música, ciencia y tecnología, los visitantes podrán adquirir una visión caleidoscópica de la ciudad. Gracias al 'Big Data', estas obras de arte ofrecen una visión a tiempo real de todo aquello que está pasando en ese momento en el cielo, el mar y la tierra de Barcelona. Una radiografía de su ritmo vital que invita a reflexionar sobre temas como la contaminación o la interactividad de los ciudadanos con los otros ‘organismos’ urbanos como la red de transportes, las infraestructuras o el consumo.

También hay espacio en este Hipermirador para conocer a los ‘otros’ barceloneses, la fauna y la flora de la ciudad representada en un impactante bosque formado por esculturas de papel que simbolizan a estos otros habitantes; erizo, petirrojos, nenúfares, posidonias… Y todo ello amenizado por una banda sonora creada 'ad hoc' para este espacio por Maria Arnal y John Talbot.

Tras disfrutar de esta peculiar mirada de Barcelona, la siguiente parada es el Mirador 360°, en la última planta del edificio, el piso 30, a 125 metros de altura. Allí les esperan unas vistas, esta vez reales, con una perspectiva de 360° sobre la ciudad. Desde sus montañas o su litoral, hasta la Sagrada Familia, las grandes avenidas con la Diagonal como protagonista o el Hotel W Barcelona y el skyline que forman los nuevos edificios de la Barcelona del siglo XXI.

Un broche final sorprendente

Como colofón final de esta auténtica experiencia inmersiva, Mirador Torre Glòries invita a sus visitantes a formar parte de la primera escultura interactiva permanente del artista Tomás Saraceno en el sur de Europa, Cloud Cities Barcelona.

Esta obra de arte está compuesta de 113 espacios nube, a modo de gotas de agua condensadas y suspendidas en los hilos de una telaraña tridimensional, formada por 5000 nudos que conectan seis km de cables tensados. Los visitantes, al moverse en el aire, a una altura de entre cuatro y 10 metros respecto el nivel del suelo, pueden abrirse a una nueva experiencia sensorial que convierte este mirador en un reino suspendido en el aire.

Desde él se propone una mirada hacia el interior y el exterior de una Barcelona diferente que a partir de ahora tendrá un nuevo referente cultural y de ocio en Mirador Torre Glóries.

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