Ciudad de México a tus pies en dos de sus mejores hoteles
La capital de México sigue sorprendiendo con su encanto, tradición y cosmopolitismo y estos hoteles, dos de los mejores allí, presumen de ello
Arte, cultura y gastronomía confluyen de manera vibrante en una de las grandes capitales del mundo. Aunque a menudo se ve eclipsada por la costa del país, sus playas y pueblos mágicos, la Ciudad de México es siempre un destino emocionante que no debe pasarse por alto, todo lo contrario, en especial si se tiene interés en la historia, el arte, el diseño o, por supuesto, la comida. Con infinidad de restaurantes de moda, una gran cantidad de fabulosos museos en los que explorar pasado y presente durante horas, galerías y monumentales plazas y avenidas, se enorgullece con razón de su patrimonio material e inmaterial y lo celebra en cada esquina.
Extensa y caótica, como muchas metrópolis, tan arraigada como sofisticada, su mosaico de barrios diversos, desde el centro histórico hasta el artístico Roma, Condesa, el lujoso Polanco o el colorido Coyoacán, se divisa y explora desde dos de sus mejores hoteles de lujo como miradores de excepción.
The Ritz-Carlton, Mexico City
Un privilegiado balcón sobre la ciudad es este, uno de los más recientes y más altos hoteles en abrir sus puertas. Sobre el Paseo de la Reforma, la avenida arbolada más emblemática de la ciudad, y con vistas al parque Chapultepec, sus alrededor de 150 habitaciones y suites con grandes ventanales y terrazas ofrecen dimensión y diseño refinado con distintos ambientes que separan el ocio del negocio, uno de los principales objetivos de esta propiedad, como demuestra su enorme espacio para reuniones y eventos. Su tenue y ahumada iluminación, que da protagonismo a la natural, y los elementos locales que pueblan cada estancia, fusionados con aires de minimalismo y vanguardia, se inspiran en tradiciones como el Día de Muertos y ese paso, en perspectiva positiva, de la vida al más allá.
Así, sus tratamientos en el fabuloso spa, con una piscina cubierta y solarium panorámico, tiran de ingredientes botánicos de origen local y de las tradiciones curativas y espirituales de la cultura azteca. Asimismo, su lujoso bar y restaurante, en la planta 38, también aporta influencias de la culinaria mexicana a recetas del mundo, especialmente de corte mediterráneo, con un maravilloso servicio. Imprescindibles sus chilaquiles en el desayuno mientras la urbe amanece ante ti.
The St. Regis Mexico City
Con sus 31 pisos en otro de los edificios más altos de la capital, su icónica fachada espejada es un reclamo que se atisba desde multitud de puntos de interés cercanos, empezando por la Fuente de Diana Cazadora, en el Paseo de la Reforma, a la que hace sombra. Además de las impresionantes vistas, lo que diferencia a este moderno hotel de lujo por encima de otros es su servicio. Y es que, como en todos los St. Regis, la mayordomía es su emblema se aloje el huésped en la categoría que se aloje. Bienvenida y trato personalizado y cualquier petición, desde una copa de champán hasta alisar un traje para una de las glamurosas veladas que el hotel acoge (varias de las más sonadas de la ciudad), todo reclamo es satisfecho.
El St. Regis es un oasis urbano por su precioso jardín interior y, en general, por esa atmósfera sofisticada de reminiscencias clásicas pero visión fresca y actual de la que bebe la marca. Levantado por el legendario arquitecto Cesar Pelli y el diseñador Yabu Pushelberg, cuenta con 189 elegantes habitaciones y suites entre las que destacan la St. Regis o la Astor. A sus mayordomos se une también en la asistencia a clientes su conserjería con el prestigioso sello Clefs d'Or, que brinda fácil acceso a los lugares más demandados del destino.
No hay que irse sin desconectar más aún en su Remède Spa ni sin tomar una copa y un menú degustación en La Table Krug, que presume de ser uno de los restaurantes franceses más exclusivos aquí, o en el mexicano Diana. La sobremesa pasa sí o sí por el King Cole Bar, con coctelería artesanal inspirada en el local homónimo en Manhattan. Los viajeros más urbanitas están de enhorabuena.
Arte, cultura y gastronomía confluyen de manera vibrante en una de las grandes capitales del mundo. Aunque a menudo se ve eclipsada por la costa del país, sus playas y pueblos mágicos, la Ciudad de México es siempre un destino emocionante que no debe pasarse por alto, todo lo contrario, en especial si se tiene interés en la historia, el arte, el diseño o, por supuesto, la comida. Con infinidad de restaurantes de moda, una gran cantidad de fabulosos museos en los que explorar pasado y presente durante horas, galerías y monumentales plazas y avenidas, se enorgullece con razón de su patrimonio material e inmaterial y lo celebra en cada esquina.