Dieta hormonal, adelgaza y pierde peso cumpliendo con sus tres pasos

No necesitamos recordar que en nuestro cuerpo todo está conectado. Lo que comemos influye en nuestro estado de ánimo y este a su vez puede hacer que nuestro cuerpo cambie. En ocasiones centramos toda nuestra atención en contar calorías, pero eso no es lo único a lo que tenemos que prestar atención cuando queremos perder peso.

La dieta hormonal defiende que, para lograr nuestros objetivos, tenemos que tener en cuenta otros factores, como la incidencia que las hormonas pueden tener sobre nuestra capacidad de perder peso, ganarlo o mantenerlo. Así, sus seguidores explican que la clave para perder peso está en nuestros desequilibrios hormonales.

Lo que la dieta propone es disminuir el consumo de hidratos de carbono y aumentar el de proteínas, como sucede con tantos otros planes alimenticios, la intención al hacer esto es reducir los niveles de insulina y evitar que se acumule grasa.

Gracias a los cambios en la alimentación que propone se espera incidir y modificar algunas de las hormonas que intervienen en los cambios de peso, esperando así adelgazar y no volver a recuperar lo perdido.

¿En qué consiste esta dieta?

La dieta hormonal se divide en tres pasos cuya finalidad será ayudar a la gente a perder peso, ganar fuerza y sentirse más jóvenes. Es un plan que se extiende a lo largo de unas seis semanas y durante las dos primeras destaca la importancia de desintoxicar nuestro organismo. Esta fase detox elimina de nuestra dieta productos que no se consideran beneficiosos.

En esta larga lista encontramos productos como el alcohol, el azúcar, la cafeína, la carne roja, los productos lácteos derivados de la vaca, alimentos con gluten o los cítricos.

Mientras, se potencia el consumo de otros como las verduras, las frutas, el pescado, la soja, los frutos secos o los granos integrales. Se apuesta por los lácteos que provienen de ovejas, cabras o bebidas vegetales.

En el segundo paso, a la vez que se reintroducen con precaución algunos de los alimentos eliminados, se suprimen definitivamente de nuestra dieta los alimentos ultraprocesados, los edulcorantes o los granos refinados.

El último de los tres pasos viene marcado por la introducción del ejercicio físico, sobre todo ejercicios cardiovasculares, pensados para ganar fuerza. Con ello se espera activar las hormonas y el bienestar emocional, así como potenciar un sueño de calidad y unos menores niveles de estrés.

De momento no existe evidencia científica que avale estas teorías, por lo que no existe una certeza de que seguir esta dieta pueda ayudarte a modificar los desequilibrios hormonales del cuerpo para así ayudarte a perder peso.

Aunque no podemos decir que sea una dieta mala en sí misma para la salud, siempre es mejor que, antes de establecer cambios en tu alimentación, sobre todo cuando lo que quieres es adelgazar, consultes con un médico o un especialista que pueda ayudarte a conseguir tus objetivos sin poner en riesgo tu salud.