Luisa Olazábal

PELAYO OLAZÁBAL & MAR CASTRO

Luisa
Olazábal

Te descubrimos un especial y luminoso piso lleno de detalles en el centro de Madrid

Texto Cris Castany
Foto Esi Seilern
Formato Emma Esser | F. Anido
Producción Flair Studio
Estilismo Marieta Yanguas
Maquillaje y peluquería Studio 25
Flores Loreto Aycuens

Su interiorismo tiene una de las firmas más deseadas, Luisa Olazábal, y sus propietarios son su familia, así que no te pierdas ni un milímetro de esta casa en la que priman los colores neutros, el arte y lo natural.

L

as sagas familiares suelen condensar el protagonismo alrededor de un tema. En el caso de los Olazábal está claro, su pasión por la estética, por lo bello, por lo único... Eso es lo que hemos aprendido en una mañana en la que Pelayo Olazábal y su mujer, Mar Castro, nos han abierto las puertas de su hogar madrileño, un amplio piso en Chamberí que han fundado para recibir. Y quién mejor que su hermana Luisa, la interiorista más célebre del momento, para contarnos cómo han construido este espacio y sus proyectos. Porque en esta cita conocemos un poco a esta saga de emprendedores, “poco estudiosos pero valientes”, según confiesan ellos mismos. Unos exitosos empresarios que han dedicado su vida a la moda y a la decoración con un objetivo: llenar nuestras casas y nuestros armarios de belleza.

Hijos de madre interiorista y padre ‘trader de futuros’, los Olazábal dieron algún que otro dolor de cabeza a sus progenitores. Son la esperanza de aquellos que no ven en las cartillas de las notas un futuro prometedor. Mar, la mujer de Pelayo, se desmarca de esta definición que une a los tres hermanos aquí presentes: “Yo sacaba buenas notas y no tengo espíritu emprendedor, pero Pelayo me empujó con Apia y aquí estamos”. Por si no te suena, cuando habla de Apia, ella habla de la tienda que montó este matrimonio que trabajaba en finanzas y emprendió en busca de la felicidad. Empezaron con complementos de moda, de mujer y alguna pieza de decoración, “hasta que unas primas nuestras muy locas, que creían en nosotros, nos encargaron su lista de bodas; ese fue nuestro despegue definitivo”, recuerda Pelayo.

La biblioteca combina butacas de piel y sofás en tela denim para aportar modernidad a la pieza

Nos reciben en un piso de Chamberí con unas vistas sin igual. En cuanto lo adquirieron, levantaron el teléfono para confiarle una reforma integral a su hermana y cuñada Luisa Olazábal, una de las interioristas más afamadas de Madrid, aunque sus proyectos traspasan fronteras y son leyenda a nivel nacional e internacional. En esta casa se repiten los códigos de la artista: “Una base clásica muy actualizada, muy traída a lo contemporáneo, con un toque ecléctico, sobre todo en cuestiones de arte”, cuenta Luisa. Es lo que resume este hogar que despierta cada mañana con campanadas. Una clara demostración de lo que la arquitectura clásica puede aportar sin guiarse por las modas, “porque el interiorismo es una gran inversión que tiene que durar muchos años”, explica la interiorista a Vanitatis.

En esta casa convive la pareja con sus tres hijos adolescentes. “Tenían como prioridad vivir cómodamente y recibir. Un lugar al que pudieran venir recurrentemente amigos y en especial me pidieron una terraza para ser vivida”. Esta pieza es una de las protagonistas del salón, que se divide en tres, con un distribuidor en medio, tenemos a la izquierda la biblioteca y la zona de televisión, y a la derecha la de estar.

La terraza es la zona favorita de la familia, decorada y preparada para recibir
Luisa, fuiste la creadora de una moda que ahora imitan mucho de poner los libros al revés.

En este caso, Pelayo y Mar heredaron varias enciclopedias de los años 80. Como verás, hemos dividido la parte de libros que no se usan, ni se buscan, para crear una visión ordenada y uniforme. Por otro lado, tenemos la parte de librería de mucho uso con novelas, ensayos, guías de viaje… con el lomo a la vista para poder releer y saber cuál es cuál. Es un recurso que, como todo, hay que saber emplear. No lo hacemos siempre.

“La iluminación es importantísima, trabaja las luces bajas que son las que aportan confort, huye de los focos de techo”
Eres una precursora para muchas iniciadas, ¿dónde encuentras tú la inspiración? Porque ellas la encuentran en ti.

En nuestro estudio somos treinta personas, desde hace unos años nos hemos centrado en atraer talento de todo el mundo, tenemos gente excepcional, con un mundo increíble, que han trabajado en Sâo Paulo, Bélgica, Nueva York…, un poco de todo. Ellos traen su bagaje y, además, trabajamos en formarnos… Una vez al mes, nos reunimos para analizar la arquitectura, interiorismo y paisajismo de grandes proyectos pasados y presentes. El último que hemos estudiado ha sido Jaime Parladé, un gran maestro, que tenía un conocimiento de la artesanía, del color y un buen gusto excepcional. Esto nos mantiene en pleno contacto con lo mejor del pasado y del presente.

Izq. El matrimonio propietario de este hogar madrileño, Pelayo Olazábal y Mar Castro, vestidos de Apia y Fulham.
Der. Luisa ha utilizado el recurso de girar los libros con viejas enciclopedias y colecciones que heredaron los dueños y no usan, eso sí, las novelas siempre con el lomo a la vista
¿Quiénes te han influido?

Encontramos inspiración en la historia de la arquitectura, por supuesto, pero también fuera de las fuentes más comunes, como en la naturaleza, el arte o cualquier otro medio. Las fuentes de inspiración son infinitas. Admiramos profundamente la tradición española, inglesa, y francesa, y recientemente vemos mucho talento en Bélgica. Sería interminable la lista de gente que nos inspira. Permíteme que no nombre a ninguno para no hacer de menos a los demás.

¿Por qué nos gusta tanto esta casa? ¿Lo podemos analizar juntas?

Es importante tener varios aspectos en cuenta: al decidir respetar la zona de estar pudimos quedarnos con los suelos y las molduras. El suelo era una maravilla, un pino melis de unos 50 años, pero con un color amarillo poco apetecible, así que decidimos lijarlo y teñirlo en un tono oscuro para darle un toque contemporáneo, para contrastarlo con las proporciones clásicas que tenía esta casa. Uno de los puntos a los que le damos más importancia es el arte. Solo vamos a lograr un resultado excelente de su mano. En el estudio hacemos un análisis específico de las necesidades de las casas de nuestros clientes y combinamos pintura, escultura y fotografía. Solemos trabajar con varios artistas y con unas galerías de referencia e integramos sus obras con las que aporta el cliente.

También es importante tener desde el principio las piezas bien elegidas, bien iluminadas, creemos que es un punto que nos distingue. Luis Ojeda, socio del estudio, y Conchita Valentín lideran un departamento dedicado exclusivamente a ello. Es fundamental que sea una elección con carácter y personalidad, además de saber mezclarlas. No todas tienen que ser extraordinarias, ni especialmente caras. Fíjate, en esta parte (se refiere a la pared del salón) hemos mezclado un bajo relieve de barro, que es algo muy barato, con una fotografía muy especial de Isabel Muñoz y un cuadro de unas tapas de libros de Pedro Zamora de la galería de Marita Segovia.

Elementos metálicos y decorativos sobre libros establecen una conversación volumétrica.

El rosa y el oro son dos constantes en el comedor q rompen su feminidad con un mueble bar retro.

En la zona de las habitaciones hemos modernizado. Nos hemos inspirado en la arquitectura belga, de la que somos muy admiradores, y le hemos dado un toque del siglo XXI. Las paredes son de revoco a la cal, teñido con pigmentos naturales que le dan un aire rústico. Las fibras en el suelo con lana como esta nos encantan.

Para la entrada, como habíamos invertido mucho en el banco sueco del S.XVIII, complementamos con una solución más austera y se nos ocurrió el tema de las copas de Manises. Nos permiten decorarlas en Navidad de una manera, en primavera y verano de otra, proporcionando un aire diferente según la estación.

¿Y en cuánto a los muebles?

Yo te diría que el noventa por ciento lo diseñamos y personalizamos en el estudio, el otro diez por ciento lo compramos. El trabajo personalizado, que requiere un tipo de telas y mobiliario completamente distinto dependiendo de cómo enfoquemos el proyecto y cuál sea el hilo conductor, es parte de nuestro sello. Es un proceso creativo apasionante, sin duda, el trabajo más divertido que pueda haber en el mundo, pasas de una casa en Oslo a un proyecto macro en Marbella o una vivienda en un prado en Asturias.

¿Qué más detalles hay que tener en cuenta en una casa?

La iluminación es importantísima, utilizamos luces bajas que son las que aportan confort, huyendo de los focos de techo. Nos gusta la luz dirigida para los objetos de arte o adornos, con un toque teatral, eso es lo que pone la puntilla. Solemos usar apliques en la pared, en general, diseñados por nosotros.

Otro ejemplo que verás en esta casa es la utilización de las alfombras. Nos gusta unificar los espacios, y las alfombras son un buen recurso. Solemos emplear texturas naturales. En los tres espacios del salón hemos empleado las mismas para dar continuidad, es algo que recomiendo y si se quiere poner una diferente, que sea la del centro. También es importante la presencia de verde en una casa, nos encantan las flores y las plantas.

Mezcla de modernidad en las lámparas con clásicos como los cabeceros, en una fusión única
¿Dónde las compras?

Nuestras dos floristerías fetiches son Alfabia y Aquilea. María Barreiros lo hace muy bien, nos entiende y hace unos montajes realmente espectaculares.

¿Nos recomiendas tiendas para comprar algunos elementos?

Nos encanta comprar en Berenis, Le Secret, Miguel Arcas, Olofane, Sine Nomine, My Nordics, Brownrigg, Marita Segovia, Munder Skiles o Naharro, entre otras.

¿Cuál ha sido tu proyecto favorito?

Tengo muchísimo cariño a muchos, son como hijos, en cada uno dejas parte de ti. Algunos han sido importantes por ser un salto cualitativo para el estudio, en otros te luces mucho, y en muchos conoces clientes entrañables que se convierten en amigos para siempre… Crear algo y verlo hecho realidad es de las mayores satisfacciones que alguien puede tener en su trabajo. Esta casa sin duda es de mis favoritas porque es la de mi hermano y mi cuñada, y hemos podido trabajar libremente. Ha sido un placer porque confiaban en mí.

Izq. Luisa (vestida de Apia), Pelayo y Pía (de Sophie and Lucie), los tres Olazábal, en el salón de la casa.
Der. En el recibidor, la pieza más importante es un banco traído desde Escandinavia que enmarcan unas copas que pueden decorar según la estación.

Todo lo que toca Luisa tiene un sello único y reconocible, pese a que pone por delante la felicidad de sus clientes. Sus fans reconocen el toque de su estudio cuando lo ven. Esa aura identificable está presente en las tiendas de moda que capitanean su hermano Pelayo, Mar y su hermana Pía, la cuarta en esta familia de emprendedores. Ella es la mano derecha del dueño de esta casa, desde que acabó la carrera. “Me dedico principalmente a las tiendas Fulham, pero cuando puedo y si lo necesita, echo un cable a Mar en Apia”, y no nos extraña, forma parte desde la fundación de los negocios y los conoce perfectamente y también a sus clientas: “Son muy fieles, una de las cosas que más me gusta es que cuando recibimos producto que sabemos que a una o a otra les puede encajar, las llamamos y siempre vienen a por él, casi con los ojos cerrados”. “Confían plenamente en nosotras”, corrobora Mar.

“Crear algo y verlo hecho realidad es de las mayores satisfacciones que puede tener una persona en su trabajo”

Se entienden a la perfección entre todos, y eso se trasladó al proyecto de este hogar reformado hace tres años, nos explica Mar. “En cuanto nos dieron la casa llamamos a Luisa y no hizo falta nada más. Yo ni he opinado, mi confianza y la de mi marido en ella son totales”. Algo realmente curioso, pero que Luisa nos aclara: “Cuando alguien llama a un interiorista es porque le gusta lo que hace y confía en su criterio”.

La terraza es la zona favorita de la familia, decorada y preparada para recibir

Uno de los elementos que más alaba la pareja de toda la obra (además de la terraza, que nos confiesan ambos que es su espacio favorito) es el mueble bar del comedor. Es-pec-ta-cu-lar. Sin exagerar. Una pieza hecha al mínimo detalle que invita a invitar. “Si me fuera a otra casa, me lo llevaría sin dudar”, confiesa Mar, que también nos muestra debilidad por su habitación, y la entendemos. La pareja tiene una suite con vestidor y un baño que aísla del mundanal ruido de los adolescentes, que se apostan en las habitaciones en torno a un pasillo que separa la zona de dormir de la de estar.

Dejamos a Luisa con su familia en un momento trascendente, en el que se enfrenta al diseño de su casa definitiva, pero no lo hace sola. Como en todos los proyectos, se ha formado un equipo multidisciplinar que está desarrollando en detalle el concepto.