Burbujas catalanas que no son cavas, son Clàssic Penedès

La cosa viene de finales de 2014, cuando una serie de elaboradores de la catalana denominación de origen Penedès decidían sacar sus espumosos de la denominación Cava, a la que pertenecían hasta entonces. Pero no se iban a quedar desprotegidas, eso es, sin ‘apellido’ ('cava' hasta ese momento), porque la DO Penedès creaba una nueva categoría, Clàssic Penedès, para aglutinar esas burbujas que hacían o iban a hacer sus bodegas.

Esa es la explicación 'grosso modo' de lo que pasó en aquel momento, hace ya ocho años. Como siguen manteniendo las bodegas, su descontento y hartazgo motivaba aquel abandono pues sentían que la denominación Cava, desde sus órganos de decisión, no atendía los intereses de una zona de tradición cavista como es la que abarca Penedés. El argumento esgrimido, ya un clásico: "La región de Cava es demasiado grande (recordemos que incluye territorios no catalanes como Requena, Almendralejo, Haro, Viana…y otras tantas localidades más) y bajo un paraguas tan inmenso quedas difuminado, y más los pequeños elaboradores", argumentaron en su momento los representantes de la denominación Penedès. Por esa razón, para recuperar la identidad que consideraban que perdían decidieron viajar por su cuenta y aglutinar los espumosos que procedían de sus bodegas bajo una subcategoría nueva con la que identificar sus burbujas, Clàssic Penedès.

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Tomada la decisión, sus señas de identidad y requisitos para ser reconocidos con dicha categoría exigen ser vinos totalmente ecológicos, elaborados por el método tradicional (con una segunda fermentación en botella), con un mínimo de 15 meses de crianza, por lo que todos son reserva (y como tal tienen que etiquetarse) y botellas en las que aparecerá siempre tanto la fecha de degüelle (operación que consiste en destapar la botella para eliminar los sedimentos que se van acumulando en el cuello y después reponer el líquido perdido) como la cosecha. Además, toda la uva empleada tiene que proceder de viñedos plantados en el Penedès, insistiendo en esa reivindicación del territorio (clima y suelos), de la identidad. El objetivo, único: la pretensión de diferenciarse de los cavas y el resto de espumosos que se elaboran en España. Tarea que no es fácil, aunque en ello siguen, teniendo en cuenta la cantidad de burbujas que se están haciendo en ese mismo territorio bajo otras identificaciones (Cava y Corpinnat) y con finalidades muy parecidas… Dicho de otro modo, a pesar de las exigencias esgrimidas, es mucho lo que los une más que lo que los separa pero, de momento, cada uno va por su lado (… y el lío de cara al consumidor es grande).

No obstante, y volviendo a los Clàssic Penedès, en coherencia con su línea argumental, lo siguiente debería ser la apuesta en exclusiva por las variedades autóctonas, cosa que aún no ha sucedido pues son diversas las uvas foráneas que aparecen en algunos de sus espumosos. En la actualidad son 16 las bodegas que participan de esta categoría y he aquí cinco de sus más destacados representantes.

Loxarel ‘Refugi’ 2018 Brut Nature (20 €). Xarel.lo y chardonnay. Crianza mínima de 32 meses. De viñas de más de 70 años, con una fermentación parcial del vino base de xarel.lo en barrica. La bodega Loxarel es un negocio familiar asentado en los viñedos familiares y son una de las bodegas pioneras en la aplicación de las técnicas de la agricultura biodinámica. Su espumoso es un vino fino, delicado, al tiempo que sabroso, con notas de frutos secos, recuerdos cítricos y paso de boca fluido.

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AT Roca ‘Finca els Gorgs’ 2013 Brut Nature Gran Reserva (33 €). Xarel.lo y macabeo de un viñedo plantado en 1943 en suelos arcillo-calcáreos. Una parte del vino base reposa en barrica durante 8 meses y tiene una crianza sobre lías de 100 meses. AT Roca es el proyecto que ponían en marcha hace diez años el enólogo Agustí Torelló Sibill y su familia, y en el que trabaja mano a mano con su hijo Agustí Torelló Roca, también enólogo. Desde sus inicios, su pretensión ha sido elaborar vinos que muestren cómo se comportan las viñas viejas de los diferentes terruños del Penedès. Esto es, vinos de paisaje. Este gran reserva, dados los nueve años que tiene, resulta intenso en aromas, mineral, con notas de fruta blanca, panadería (brioche, cremas, tostados), especias dulces. Tiene amplitud en la boca, una estupenda frescura cítrica y buena persistencia.

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Aymar ‘Reserva Única’ 2013 Brut Nature(30 €). Xarel.lo. Cien meses sobre lías. Bodegas Aymar es la casa de la familia Aymar, vinculada al vino desde hace seis generaciones, y este vino es un homenaje de la actual (generación) a sus antepasados. Procede de una viña de xarel.lo con 50 años y solo lo elaboran en las cosechas que consideran extraordinarias. Un espumoso muy expresivo en la nariz, con notas de fruta carnosa, panadería. Amplio en la boca, fresco, vinoso y toques amargos en el paso que no molestan y le aportan recorrido.

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Mas Bertran ‘X80’ 2012 Brut Reserva (52 €). Xarel.lo y 20% sumoll negro de viñedos de 80 años. Crianza desde 60 meses sobre lías. Mas Bertran es una bodega que en este momento gestiona la tercera generación de la familia y donde elaboran espumosos (solo de variedades autóctonas) y vinos tranquilos. Fue a partir de la inauguración de la nueva bodega, hace ahora once años, cuando deciden producir este tipo de vino espumoso, con una crianza que nunca baja de los 60 meses. Presenta aromas cremosos, de panadería, junto a notas de fruta blanca y un toque cítrico en el fondo. Tiene volumen, frescura, equilibrio y una persistencia muy agradable.

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Corral Cremat 2011 Brut Reserva (59 €). Xarel.lo de un único viñedo localizado en la parcela que da nombre al vino, sobre suelos arcillo-calcáreos. Más de diez años en rima. La casa Albet i Noya son pioneros en la zona en agricultura y vinos ecológicos pues lo llevan haciendo desde 1978. Una familia vinculada al viñedo durante cinco generaciones, y este vino es la elaboración personal de Josep María Albet Noya (enólogo de la bodega) a partir de una selección de las mejores viñas de su finca. Expresivo, con un rico toque ahumado, notas de pastelería e hierbas aromáticas. Con cuerpo, muy fresco, con un justo fondo amargo y una fina burbuja bien integrada.

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