Andrea Zarraluqui nos abre su acogedor piso en Madrid repleto de secretos

Andrea Zarraluqui nos abre su acogedor piso en Madrid repleto de secretos: ‘Me gustaría recibir en mi casa al Rey’

Texto Cris Castany y María Luisa García-Moro
Fotos Esi Seilern
Formato
Marina G. Ortega | Luis Rodríguez
Producción Flair Studio
Estilismo Marieta Yanguas
Maquillaje y peluquería Amado Quilez (Sisley)
Flores Brumalis

Esta casa tiene características comunes con la dueña. Es un hogar que invita a compartir. Ella vive sola, pero tanto el salón como el comedor están pensados para ser vividos y observados

E

n el centro de Madrid, en el barrio de Chueca, viven bohemios y soñadores, urbanitas y emprendedores en una amalgama de personajes que componen el mapa de la capital. Desde hace dos años, entre esa geografía humana vemos pasear a una antigua habitante del barrio que volvió a su piso de soltera. En un tercero sin ascensor descubrimos un hogar en el que reúne con un orden único los miles de cachivaches con el sello de Andrea Zarraluqui. Una pintora, amante de los objetos y mezcladora sin precedentes.

Cortinas confeccionadas con tela de José María Ruiz arropan la zona de la chimenea
Cortinas confeccionadas con tela de José María Ruiz arropan la zona de la chimenea, en la que se han dispuesto enfrentados dos sofás de KA Internacional con almohadones en petit point. A cada lado, lámparas de sobremesa: la de base de piña dorada es de Anmoder, y la blanca, de El Ocho. De esta misma tienda son las codornices que decoran la mesa. La colección de jarrones azules se ha ido adquiriendo en mercadillos.

Andrea cambió su vida en 2016. Hace seis años, gracias a su afición, tras trabajar en el departamento de comunicación de una empresa hotelera, decidió apostar por los encargos de cerámica pintada que le hacían sus amigos y ganó. “Por suerte, aunque con muchas horas diarias de dedicación, se ha convertido en mi trabajo a tiempo completo. Además de vajillas, ahora hago murales en porcelana que son fantásticos para cuartos de baño, exteriores y cocinas, y es de las cosas que más disfruto haciendo”, nos explica entusiasmada mientras recorremos este piso en el que ha forjado su historia profesional.

Actualmente es uno de los nombres más reputados del sector y no deja de recibir encargos. Y no solo eso, acaba de lanzar el libro ‘Save the date. Recibir en el siglo XXI’, una publicación que recoge los mejores consejos para aprender a poner la mesa con un gusto impecable y triunfar al recibir en nuestras casas, algo que sus amigos dicen que hace muy bien. Respira una influencia anglosajona en cada rincón. Los tejidos, los colores, los elementos que la componen transmiten la pasión de la propietaria por el Reino Unido. Incluso su voz ronca denota muchas noches rodeada de amigos y un par de pitillos de más.

“En mi casa organizo bufé para cenas, así tengo más flexibilidad para improvisar sin depender de contratar a alguien para servir la mesa”

Sus piezas de loza están ilustradas con imponentes pájaros, plantas, iniciales, nombres de fincas o cualquier motivo personalizado que le pidan clientes como Nuria March, Alejandra Rojas, Eugenia Martínez de Irujo o Laura Ponte, entre otros. Pero en sus inicios era su cabeza la que componía unas exclusivas porcelanas.

Hoy recibe a Vanitatis y nos demuestra, junto a sus amigos la pintora Isa García Valdecasas y el dueño del catering Pocheville, Borja Artiñano, cuáles son los trucos para recibir, cómo montar mesas espectaculares y los detalles que nos sirvan de inspiración.

Las dos amigas en el sofá de Andrea con el libro escrito por esta última 'Save the Date'
Las dos amigas en el sofá de Andrea con el libro escrito por esta última 'Save the Date'.

“Yo siempre pintaba y decidí hacer Bellas Artes. Mi padre no me dejó, pero muy generosamente me financiaba clases de arte en vacaciones, quería que hiciera una carrera ‘seria’. La madre de mi exmarido me invitó a unas clases para pintar porcelana hace 12 años y me encantó, de ahí me hice con un horno y ya todo se aceleró”.

Nacida en Londres pero jerezana de corazón, es en la ciudad andaluza donde pasó gran parte de su infancia. Tras estudiar en Inglaterra y vivir un tiempo en Nueva York, Andrea se estableció en Madrid, donde reside actualmente y donde tiene su taller. Es una persona que, pese a su aparente fragilidad, esconde una gran fortaleza y es que hace años superó una grave enfermedad. Disfrutona, animada y positiva, se considera una verdadera afortunada por poder vivir de aquello que le apasiona.

La mesa decorada en tonos otoñales con platos de cerámica pintados por Andrea Zarraluqui
La mesa decorada en tonos otoñales con platos de cerámica pintados por Andrea Zarraluqui

La mesa decorada en tonos otoñales con platos de cerámica pintados por Andrea Zarraluqui.

“Su casa es un completo reflejo de lo que es ella -nos cuenta su amiga Isa-, cientos de elementos pero con un orden y una estética propia”. Borja añade: “Admiro de Andrea lo bien que mezcla absolutamente todo”, y es que recorriendo su hogar nos harían falta muchas sesiones de fotos para trasladar los cientos de universos que componen cada rincón, pero todo tiene su sitio, nada desborda aunque llena, no es apto para minimalistas.

¿A qué personaje conocido te gustaría recibir en tu casa?

Como española, la figura más importante para mí es el Rey. Eso sería un honor. Desde otro punto de vista, me divierte mucho la gente que me hace reír y siempre digo que James Corden es una persona que me divertiría mucho tener sentado al lado en una cena y más aún en mi casa.

Las puertas que dan acceso al comedor proceden de un derribo y llevan los cristales originales
Las puertas que dan acceso al comedor proceden de un derribo y llevan los cristales originales. A los lados se han colgado dos parejas de cuadros —de ojos y con motivos en negro, respectivamente— pintados por ella. Las mesas plegables chinas apoyadas en la pared son de Hanbel.

¿Y alguna anécdota divertida de estas reuniones?

Una vez hice una cena como para treinta personas cuando vivía en Nueva York, vino de pinche un amigo mío y estuvimos toda la tarde montando, cortando, horneando… Cuando llegaron los invitados nos dimos cuenta de que con el lío de la cocina habíamos olvidado toda la parte de bebidas. Ahora es lo primero que compro siempre. (Ríe).

Has escrito ‘Save the date. Recibir en el siglo XXI’, algo que da respeto. ¿Cuál fue tu primera reacción cuando te lo proponen?

Creo que fue pánico, nunca soñé con un proyecto tan bonito y no estaba segura de si iba a ser capaz de hacerlo en los plazos marcados. ¡Pero ahí está!

¿Cuánto tiempo has tardado en escribirlo y hacer todas las fotografías?

Cuatro meses y medio con una limitación en el tema flores y frutas de temporada. Al final es como la vida misma, organizar con lo que tienes es la esencia del libro.

Color y un orden desordenado son las claves del universo Zarraluqui
Color y un orden desordenado son las claves del universo Zarraluqui, que vemos reflejados en su dormitorio y especialmente en su zapatero.

La dedicatoria es muy llamativa, dices que deberías dedicárselo a tu madre porque es de la que aprendiste casi todo lo que sabes de recibir. ¿Cómo era recibiendo en su casa? ¿Qué opinas que has heredado de ella de cara a recibir a tus invitados?

De mi madre he aprendido lo más importante que es la alegría de recibir. Una casa con jaleo y movimiento es lo que más le gustaba y tener una despensa y un congelador listo para dar de comer a cuarenta personas si aparecían. La atención al detalle era parte de ella, desde una gran materia prima en la cocina hasta la última flor que se colocaba en un centro de mesa. A ella la menciono mucho a lo largo del libro y por eso quería tener un detalle con mi padre en algún sitio. Él también ha sido parte esencial de la persona que soy hoy.

Justo escribes que, aunque deberías dedicarle el libro a tu madre, se lo dedicas a tu padre, a quien describes como un hombre bueno, inteligente y generoso, además de tu más firme pilar y tu apoyo.

Sí, está dedicado a él.

Andrea y Borja con unos platos pintados por la artista
Andrea y Borja con unos platos pintados por la artista

Andrea y Borja con unos platos pintados por la artista.

Una parte importante de tu libro son las fotografías de mesas (ideales) para inspirar a tus lectores. ¿Te ha surgido alguna anécdota divertida poniéndolas?

Solo tuve un accidente aparatoso en una mesa con un arbolito de centro de mesa que se cayó y aquello fue un caos bastante cómico: platos volando, tierra por todas partes… Pero afortunadamente nada roto, que es un milagro en mi estudio lleno de porcelana.

Aprender a organizarse, dices en el libro, es el éxito de toda convocatoria, pero con la vida meteórica que llevamos y el poco tiempo disponible que tenemos, ¿qué trucos recomiendas para esa organización?

Listas. Hacer listas de todo eso no conlleva mucho tiempo y te permite visualizar lo que te falta en un segundo.

El aseo de cortesía tiene las paredes empapeladas y apliques adquiridos en el Rastro de Madrid
El aseo de cortesía tiene las paredes empapeladas y apliques adquiridos en el Rastro de Madrid.

Nos cuenta que una de las claves de los encuentros en su casa es la música. “Tengo muchos tipos de playlist porque a mí me gusta un poco de todo. Desde unas bulerías hasta algo tipo más Frank, pero cuando viene gente a casa suelo empezar con ambiental, la quito para comer y luego voy poco a poco poniendo otros tempos hasta acabar con comercial para que termine en baile”.

Es fan de los 60 y 70, unas décadas en las que le hubiera gustado vivir, aunque si habla de arte se pierde entre los paisajistas británicos o el contemporáneo, pero en general su eclecticismo es la tónica. Hasta el punto de que la llevó a idear un encargo de una vajilla en la que le pidieron que hubiera bicicletas y hojas de marihuana, y ella consiguió integrarlas en un diseño tal que los suegros de las partes contratantes no se dieron cuenta de dónde comían. Ella es vital y divertida y como esta anécdota gasta varias, como la de que comparte un cuadro de Alex Katz con su hermano y su cuñada, una inversión que hicieron los tres, pero lo tienen ellos en su casa: “Ellos lo disfrutan, a mí me encanta ir y verlo allí, y voy mucho...”.

“De mi madre, que es jerezana, he aprendido lo más importante que es la alegría de recibir”

Seguimos hablando de arte y hace mucho énfasis en que a ella no le gusta el hiperrealismo, adora la estética, los elementos bonitos, pero no pretende construir un trampantojo. Está especialmente orgullosa de algunos de sus trabajos, como un mural que hizo para una casa en Cartagena de Indias: “Lo envié hasta Colombia y llegó perfecto, ¡ni una pieza rota! Pintar platos me encanta, pero al final es una superficie pequeña, te limita mucho, y aunque tengo miles de diseños distintos, me divierte diseñar cosas nuevas, como los murales, que en el fondo es un poco casi como un cuadro. Y me encanta que la gente los reconozca, como el mural del Instituto de Belleza de Sisley, me lo dicen mucho y me hace ilusión”, relata mientras va decorando la mesa para mostrarnos una de sus habilidades...

Una librería recorre la parte superior de las paredes
Una librería recorre la parte superior de las paredes y enmarca esta zona de estar, presidida por un baúl como mesa de centro. Alrededor, butacas adquiridas en un rastrillo y un sofá chéster en color caldero. Sobre este, dos espejos gemelos de Angel & Boho. Los apliques son de Olofane.

¿Cuál es un ‘buen fondo de armario’ para cualquier evento? ¿Cuáles dirías tú que son los elementos básicos?

Hay una lista bastante detallada en el libro de los básicos. ¡Ja, ja, ja, hay que comprarlo! (exclama guiñando un ojo).

De todas las convocatorias que se pueden hacer y que reflejas en el libro: brunch, comida de amigas, Navidad, cenas informales, comidas o cenas al aire libre, etc. ¿Cuál es tu predilecta?

En mi estudio, sin duda, la cena informal porque no tengo tanto cacharreo y es un ambiente muy desenfadado. En mi casa, el bufé para cenas, así tengo más flexibilidad para improvisar sin depender de contratar a alguien para servir la mesa. Y el brunch, para fin de semana, que empiezan pronto, son fáciles de hacer y se pueden alargar hasta que uno quiera.

¿Dónde compramos elementos para nuestra casa?

Yo tengo debilidad por la iluminación, me chiflan las lámparas y los apliques. Me hago con muchos de ellos en El Ocho, en el Rastro de Madrid.

El escritorio de su madre se enmarca con una cortina de Palmira Decoración
El escritorio de su madre se enmarca con una cortina de Palmira Decoración.

Hija del economista Manuel Zarraluqui Arana, quien fuera consejero delegado y director durante años de las Bodegas Croft, y de la siempre impecable jerezana Beatriz Pardo Domecq, que falleció en abril de 2019. Andrea siente una profunda adoración por sus padres, a quienes nombra constantemente y a quienes les ha dedicado este libro, los vemos en diferentes marcos de fotos en esta casa a la que en breve dirá adiós: “Cuando vine con 30 era perfecto. Ahora, que voy para los 50, he tenido que buscar algo más cerca de mi estudio en Prosperidad”. Seguro que su nuevo hogar repetirá los códigos de este maravilloso cajón de sastre.