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Tienes que dejar el humo ya y lo sabes: tus toses y tu falta de energía te están avisando
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Tienes que dejar el humo ya y lo sabes: tus toses y tu falta de energía te están avisando

Tus toses tremebundas, tu falta de energía al subir las escaleras y tu molesto 'eau du tabac' apagan tu luz y tu salud. Dejar el nocivo humo del tabaco es posible. La tecnología está de tu lado

Foto: Imagen de una persona saltando en la playa. (Getty Images)
Imagen de una persona saltando en la playa. (Getty Images)

Has intentado dejar de fumar infinidad de veces, eso es cierto, pero, al final, siempre te sale mal. Quizá ha llegado el momento de plantearte nuevas alternativas más allá del “lo dejo de golpe cuando quiero”, sinónimo de, en la oficina al día siguiente, “por favor, me invitas a un cigarro”. Los chicles, además de dejarte la mandíbula desencajada y dolorida, no son lo tuyo. En los cuentos de la hipnosis y la acupuntura, afortunadamente, nunca llegaste a caer. Y con los parches tampoco conseguiste llegar a ese punto en el que te liberas de la ansiedad, más bien todo lo contrario. Entonces, ¿qué alternativas te quedan? Tranquilidad: las hay.

placeholder Bosque repleto de flores. (Getty Images)
Bosque repleto de flores. (Getty Images)

Analicemos antes algunos datos que te ayudarán a mantener la moral alta y la fuerza de voluntad en modo escudo Marvel en tu asalto definitivo al tabaco. Según la última Encuesta sobre Alcohol, Drogas y otras Adicciones en España, elaborada por el Ministerio de Sanidad, la cifra de personas con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años que fuman diariamente en nuestro país era del 32,3% en 2020, el 34% en 2017 y el 30,8% en 2015. Bajamos, subimos, bajamos.

Es decir: hay que seguir apostando por la cesación y la prevención del tabaquismo, aplicando de manera complementaria enfoques innovadores que ayuden a reducir el número de fumadores, porque solo 3 de cada 10 personas que utilizan tratamientos para dejar el tabaco consiguen dejarlo. Y luego están los inconquistables, ese grupo férreo a los que la sola idea de dejar de fumar les acerca al colapso mental.

En Reino Unido, país realmente adelantado en estas cuestiones, con una regulación superestricta en cuanto al uso de cigarrillos convencionales, las autoridades sanitarias se muestran mucho más abiertas al uso del cigarrillo electrónico para reducir el daño en el grupo de los inconquistables que no lo quieren dejar. ¿Qué debemos entender por reducir el daño? Estamos hablando de una serie de políticas enfocadas a disminuir la nocividad en el individuo y en la población mediante una serie de productos alternativos con nicotina, pero sin combustión. Si vas a seguir fumando, al menos disminuye los daños.

placeholder Runners en Londres. (Getty Images)
Runners en Londres. (Getty Images)

El cigarrillo es la forma más dañina de consumir tabaco y nicotina, ya que se quema a temperaturas por encima de los 900 grados, lo que conlleva una serie de cambios irreversibles en la composición química del tabaco. El humo que se libera contiene más de 7.000 sustancias, de las que unas 100 son tóxicas y 15 dañinas o potencialmente dañinas y principales causantes del desarrollo de enfermedades vinculadas al tabaquismo.

Respecto a la nicotina, sin estar exenta de riesgos, no es la principal causa de enfermedades. Por tanto, consumir nicotina evitando la combustión reduce la exposición a las toxinas del humo del cigarrillo. En otras palabras: reducimos considerablemente el riesgo de sufrir enfermedades. Los avances en la ciencia y en la tecnología han permitido el desarrollo de una serie de productos alternativos, como los cigarrillos electrónicos y los dispositivos de calentamiento de tabaco, que han demostrado científicamente ser una mejor opción para el fumador en comparación con seguir fumando cigarrillos tradicionales.

Has intentado dejar de fumar infinidad de veces, eso es cierto, pero, al final, siempre te sale mal. Quizá ha llegado el momento de plantearte nuevas alternativas más allá del “lo dejo de golpe cuando quiero”, sinónimo de, en la oficina al día siguiente, “por favor, me invitas a un cigarro”. Los chicles, además de dejarte la mandíbula desencajada y dolorida, no son lo tuyo. En los cuentos de la hipnosis y la acupuntura, afortunadamente, nunca llegaste a caer. Y con los parches tampoco conseguiste llegar a ese punto en el que te liberas de la ansiedad, más bien todo lo contrario. Entonces, ¿qué alternativas te quedan? Tranquilidad: las hay.

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