Armelle Fenouil y Alfonso Imedio

Los anticuarios de la jet nos abren su nuevo piso en la Ribera de Curtidores

Los anticuarios posan frente a un cuadro
Los anticuarios posan frente a un cuadro. Ella, con chaqueta de Chanel y jersey de Again Cashmere y pantalón de Zara. Alfonso, con chaqueta, jersey y camisa de Cloking. La pintura es de un artista chileno hiperrealista, Mario Kaamaño.
Armelle Fenouil y Alfonso Imedio posando en su piso
Texto Cris Castany
Foto Esi Seilern
Formato Emma Esser Díaz | Luis Rodríguez
Producción Flair Studio
Estilismo Marieta Yanguas
Maquillaje y peluquería Rodrigo Galo para L’Oréal Professionnel
Flores Brumalis
E

n las casas de la aristocracia y la alta burguesía madrileña y española, sí esas que decoran esos interioristas que todos adoran, hay un nombre que se repite en muchos de sus objetos: Berenis. Un nombre tras el que se esconden Armelle y Alfonso, dos tímidos anticuarios, quizá los más afamados en este momento, que han restaurado un pequeño piso frente a las Galerías Piquer, un pied-à-terre especial, donde recuperan la belleza que otros creían desaparecida.

En uno de los pasillos de la casa un cuadro antiguo sin enmarcar aporta un toque actual
Las vistas desde el salón de la casa, a la calle más típica de El Rastro
En uno de los pasillos de la casa un cuadro antiguo sin enmarcar aporta un toque actual. Las vistas desde el salón de la casa, a la calle más típica de El Rastro.

Berenis son siete letras que definen un estilo único en el mundo de las antigüedades, el de una pareja de amigos que hace veintitrés años en un rincón de doce metros del Rastro construyeron una cueva de Ali Babá en la que combinan como nadie el arte antiguo y el contemporáneo. Hoy dos tiendas y una nave son el refugio de los que buscan tesoros en el centro de la capital. Un lugar donde los nostálgicos van a la caza y captura de muebles que hablan de vidas y que ayudan a construir una nueva.

¿Cuadro o escultura? Cuadro antiguo con un mueble moderno. ¿Priorizo contemporáneo o no? Que lo antiguo tenga más presencia.

Estamos esta mañana de invierno en Madrid descubriendo de su mano un piso en el que han reflejado su universo. Una vivienda que ahora sirve de descanso para las interminables semanas al frente de la boutique más visitada por los nombres más influyentes en interiorismo, en la que oímos hablar de turnos, de a quién le toca trabajar este domingo y descubrimos por qué todos los grandes de este país hablan de ellos con cariño y con admiración. Luisa Olazábal, Isabel López Quesada, María Santos, Luis Bustamante, Luis Puerta y muchos más son fans de sus hallazgos, y los seguidores de los grandes, en ocasiones, les buscan pidiendo réplica de lo que es único e imposible. “Hay algunos que tienen un sello tan propio que mezclan de una forma que no imaginaríamos, con una espontaneidad imposible de imitar, aunque tuviéramos las mismas piezas”.

Sofá de la casa retapizado
La década de los 70 vuelve: los muebles de esos años se están poniendo de nuevo en valor, como el sofá para esta casa que ellos retapizaron.

Subimos a un tercer piso, frente a las legendarias Galerías Piquer, para conocer el proyecto y la historia de dos personas que normalmente las cuentan. Él de formación arquitecto y ella farmacéutica, Alfonso y Armelle se reconvirtieron como sus objetos en historiadores y artistas. Todo empezó en un colegio, el Liceo Francés: “Allí nos hicimos amigos -cuenta Armelle-, luego estudié Farmacia, pero no me gustaba nada y decidí empezar restauración de cuadros. Cuando terminé, monté aquí un taller de restauración en las Galerías Piquer con una amiga. Un día paseando vi un cartel y le comenté a Alfonso que había una tienda que se alquilaba en el Rastro”. Alfonso apostilla: “Yo era muy mal estudiante, matriculado en Arquitectura, las matemáticas me estaban alargando la carrera más de la cuenta y en ese momento de desorientación me convenció para abrir una tienda entre los dos.

Armelle me dijo: ‘Oye, a ti te gusta un montón la historia del arte’. No sabía muy bien qué hacer y no tenía mucha fe en que íbamos a perdurar en el tiempo. Ya tenía como hobby las antigüedades, era una época muy diferente a la actual, había almonedas y anticuarios más tradicionales. Había movimiento y no muchas opciones de locales. Pero teníamos que comprarlo y yo como estudiante con poca solvencia lo tenía difícil, era un riesgo, así que pensé mejor compartirlo”.

Librerías
Imagen de las vistas desde la ventana de las conocidas Galerías Piquer del Rastro.
Vistas desde la ventana de las conocidas Galerías Piquer del Rastro

Y así ha sido, más de dos décadas después siguen compartiendo esta ilusión y ahora una nueva, un piso que es el claro reflejo de su estilo, una reforma de un espacio compartimentado que han convertido en un hogar moderno de dos habitaciones y dos baños con una cocina que hace de punto de unión entre las dos zonas en las que se divide. Una de las claves de su singularidad es la iluminación, un arte que prodiga este dúo en sus tiendas; son capaces de destacar las piezas como pocos. “Utilizamos unos halógenos de ocho grados, una tecnología en desuso que da una luz más cálida”.

Y es que ellos encuentran en lo que ‘ya no se usa’ múltiples virtudes. Lo vemos en los baños, pequeños y sencillos, en los que han reutilizado un mármol de otra casa que alguien había descartado. Pasa lo mismo con el parqué del salón, traído de otro hogar en el que ya no contaban con él. Una vocación por el upcycling del que tanto se habla ahora y que ellos llevan poniendo en práctica desde hace más de treinta años, como nos cuenta Alfonso: “Yo era muy bohemio, lo mío es vocacional, porque mi primera casa fue una buhardilla que me compré en la calle Cava Baja, que no está muy lejos. Para disgusto de mi mujer, los domingos madrugaba un montón y me venía a recorrer el Rastro, me metía en todas las tiendas, solo, ella se quedaba durmiendo”.

Los taburetes son diseño de Berenis
La cocina es el espacio más actual de la casa, los taburetes son diseño de Berenis.
La cocina es el espacio más actual de la casa

Ellos, aunque suenan a matrimonio y llevan más tiempo que muchos, solo lo son en lo profesional. “Armelle me dio mi profesión y también me presentó a mi mujer, Marga. Si no hubiera conocido a mi socia, no sé por dónde habría discurrido mi vida, seguro que hubiera sido muy diferente”.

Cuando le dije a mi madre que me iba a dedicar a las antigüedades me contestó: “Eso no da dinero”.

¿Y cómo se consigue trabajar bien y tanto tiempo juntos?

Armelle: Me da mucha confianza. Lo soltamos todo. Lo mejor es hablarlo todo y no guardar, y es verdad que no nos peleamos muchísimo.

¿Tenéis cada uno funciones muy repartidas?

Alfonso: Pues yo creo que nos complementamos bastante bien, pero los dos hacemos un poco de todo. A la hora de comprar, a la de montar un espacio o de una decoración. La verdad es que hemos crecido juntos a nivel estético y, como hemos recorrido el mismo camino, coincidimos en muchas cosas. No me pasa lo mismo en casa, mi mujer tiene un estilo muy diferente al nuestro y no para de decirnos: “¿No está todo muy blanco?”. Casi me siento más realizado en este piso o en la tienda que en mi propia casa.

La mesa de centro está pintada con bol
Un detalle de racimos de uvas de alabastro, uno de ellos ha perdido el color por el paso de los años. La mesa de centro está pintada con bol, que es como una arcilla para, por ejemplo, adornar un marco. Si es oro, se pone una arcilla roja; este es el tono que sustenta el pan de plata.
Un detalle de racimos de uvas de alabastro, uno de ellos ha perdido el color por el paso de los años

Esta mañana os he oído hablar como anticuarios, pero también de fabricación de muebles o interiorismo. ¿Qué más hacéis en Berenis?

Nuestro germen era estrictamente anticuario. Y luego es cierto que en estos 23 años que llevamos, pues ha habido una evolución en esta profesión y siempre hemos tenido ambos un puntito decorativo, de valorar mucho la pieza antigua, más que por su valor intrínseco, artístico, que también, por su valor decorativo. Nuestra propuesta siempre ha pretendido contar espacios decorados que entraran por los ojos, eso ha hecho que hayamos empezado a diseñar muebles, nuestros propios diseños, y la forma que hemos tenido de presentarlo nos ha llevado a que los clientes nos hayan encargado proyectos de decoración. Pero no queremos perder la esencia de anticuarios. Por otra parte, es verdad que hacemos mucho la tarea de decoradores.

Las mejores compras las hemos hecho en España.

El recoleto piso en el que estamos es un claro reflejo de ello. Las soluciones de interiorismo como el espejo que multiplica el salón por dos o las hornacinas de madera que actúan como estanterías son buenos ejemplos. Pero, sin duda, por lo que destacan es por su capacidad para mezclar pasado y presente, como en el dormitorio en el que se miran de lado un Cristo renacentista decapitado con un cuadro geométrico de Elena Morales Ramírez. O en el salón, en el que en un rincón vemos dos óleos que son retratos antiguos y una obra realista del pintor chileno Mario Kaamaño.

La vajilla es antigua, es de Limoge, es de Bordalho Pinheiro, comprada en la Compañía Francesa
La vajilla es antigua, es de Limoge, es de Bordalho Pinheiro, comprada en la Compañía Francesa. Los vasitos para los huevos pasados por agua eran de su abuela y los cubiertos son antiguos. Los individuales los compraron a un anticuario que se había quedado con una fábrica de arpillera.
Los individuales los compraron a un anticuario que se había quedado con una fábrica de arpillera
La vajilla es antigua, es de Limoge, es de Bordalho Pinheiro, comprada en la Compañía Francesa. Los vasitos para los huevos pasados por agua eran de su abuela y los cubiertos son antiguos. Los individuales los compraron a un anticuario que se había quedado con una fábrica de arpillera.

Otra de sus grandes virtudes es la humildad. Cuando les preguntamos el secreto de su éxito entre las interioristas, cuesta que cuenten: “Siempre he oído decir a los anticuarios de profesión que vender es aburrido, que lo divertido es comprar; es verdad que es una profesión muy vocacional. Te gusta la historia detrás, recorrer lugares insólitos… Ir por todas partes a buscar tesoros es muy gratificante. Pero a mí me gusta igualmente vender y atender a la gente. Es muy gratificante encontrar que reconozcan esa pasión que le ponemos a nuestro trabajo”, confiesa Alfonso.

Y realmente debe ser vocacional, porque abren todos los días del año, incluso festivos, solo cierran en agosto: “Es verdad que hasta en el Rastro el domingo hay mucha gente que pasea, incluso interioristas que aprovechan el domingo. Para ver si podemos solucionar esos proyectos que tienen, y luego también trabajamos mucho online. Y cuando ya nos conocen, ya saben qué tipo de piezas tenemos y ni siquiera vienen aquí. Tienen confianza plena”, añade Armelle.

Un Cristo del siglo XVI protagoniza el dormitorio principal sobre un cabecero tapizado
Un Cristo del siglo XVI protagoniza el dormitorio principal sobre un cabecero tapizado.

¿Cuál es la anécdota más curiosa que habéis vivido?

Hace unos meses, un particular que nunca nos había comprado se enamoró de un mueble y ni siquiera vino a verlo, fue todo por mensajes; eso no es habitual.

¿Armelle, tú que llevas viendo esta zona desde la infancia has visto cambio?

Mi madre tuvo tienda cinco años y mi tía tenía una dedicada un poco al coleccionismo, muñecas antiguas y demás. Nada que ver. Mi madre tenía el mismo hobby que nosotros, pero yo creo que su dedicación y su implicación en su tienda eran de aficionada. Cuando le dije que me iba a dedicar a esto me contestó: “Eso no da dinero”. Aprendí los recorridos que hacía y de ahí empecé a ir a Francia; desde el principio me educó el ojo. A lo mejor antes tenía más encanto, era más salvaje y podías encontrar realmente cosas que no estaban puestas en valor. Y ahora también es que lo nuestro mengua mucho y los objetos escasean. Las antigüedades ya no afloran con tanta facilidad como antes; es un hecho.

Alfonso Imedio, sentado en una de las sillas de la espectacular nave de su tienda de antigüedades, Berenis, con chaqueta y camisa de Cloking.
Alfonso Imedio, sentado en una de las sillas de la espectacular nave de su tienda de antigüedades
Nave de su tienda de antigüedades

¿En tu casa, Alfonso, había admiración por lo estético?

Sí, a mis padres les gustaba, pero es curioso porque yo tengo otros hermanos que han crecido en el mismo entorno y sus casas no tienen nada que ver. Aunque uno de ellos es buen cliente nuestro.

Liceo Francés, compráis en Francia… ¿Sigue siendo el país vecino el mejor lugar donde encontrar antigüedades?

Armelle: Siempre da juego, pero la verdad es que las mejores cosas las hemos comprado aquí en España. Francia, con respecto a nuestro país, tiene la ventaja de que los dos últimos siglos ha sido más potente en producción de muebles. Ha coincidido con el declive de España, precisamente, y ha habido más posibilidades de encontrar piezas especiales. Han sido más prolíficos. También nos hemos abastecido en Italia y en Inglaterra. Hemos estado unos años yendo a Londres a Battersea a una feria muy exclusiva, The Decorative Antiques and Textiles Fair, que ha sido una proeza, porque es muy exclusiva y que nos hayan aceptado es francamente difícil.

Otro rincón de la tienda con una obra de Elena Morales Ramirez.
Otro rincón de la tienda con una obra de Elena Morales Ramirez

¿Cómo averiguar si una pieza es de calidad o no?

Alfonso: Es un mundo que tiene muchos entresijos, manejamos un tema que no es una ciencia exacta; nosotros mismos para empezar a veces dudamos. Te equivocas momentáneamente, porque comprar es una acción muy inmediata. Pero lo que te da el mayor conocimiento es convivir con cada pieza, levantarla, verla por arriba, por abajo, y a veces compras muy deprisa. Es un mundo que tiene muy mala prensa y más estando en el Rastro. Nunca he entendido la mala praxis en esto porque si tratas bien a un cliente se le fideliza.

¿Y vais de casa en casa en busca de tesoros?

Armelle: Sí, nos llegan avisos, y hemos descubierto que por irte más lejos no tienes nada garantizado. Se encuentran joyas en el vecino de al lado; nunca sabes dónde vas a encontrar algo, incluso en la puerta de enfrente. Hay mucha gente que viene y nos da avisos, pero también malos, con muebles de estilo que no encajan. Lo más valioso ya no se pone tan fácilmente en el mercado otra vez.

Armelle Fenouil posa en uno de los espacios de Berenis
Armelle Fenouil posa en uno de los espacios de Berenis, con chaqueta de Chanel, camisa y pantalón de Sophie and Lucie y zapatos y pendientes de Zara.

¿Y creéis que hay mayor sensibilidad actualmente?

Alfonso: Opino que realmente la economía del país ha mejorado mucho en estas últimas décadas. Ha habido mucha más gente que se ha podido incorporar al coleccionismo y a tener inquietudes decorativas.

La verdad es que hemos crecido juntos a nivel estético y, como hemos recorrido el mismo camino, coincidimos en muchas cosas.

Ellos son un claro ejemplo de cómo ha ido evolucionando su negocio, de la compraventa a producir muebles con ebanistas. Los diseños son propios, movidos por la necesidad de encontrar muebles que encajaran en sus composiciones. Porque ellos crean pequeños cuadros en cada rincón de sus tiendas. Se inspiran en el mundo clásico, como nos demuestra la mesa de centro del salón o la del comedor, que son dibujos suyos hechos realidad. Sus materiales favoritos son nobles: la madera, la piedra o el mármol, y los combinan según conveniencia. Unen lo clásico con ideas del siglo veinte y estas piezas se han convertido en el cincuenta por ciento de su negocio.

Elementos clásicos como cómodas de madera
Elementos clásicos como cuadros antiguos y tapices, cómodas de madera, juegan con arte, sillas y mesas modernas con un resultado infalible.
Elementos clásicos como cuadros antiguos y tapices
Elementos clásicos como cuadros antiguos y tapices, cómodas de madera, juegan con arte, sillas y mesas modernas con un resultado infalible.

¿Qué parte de la compra es racional y cuál instinto? Les preguntamos y ellos aseguran que, como viven en un permanente intercambio de papeles, el impulso y la reflexión siempre están presentes: “Nos cuesta mucho comprar para otro. Considero que nosotros como anticuarios tenemos que estar atentos a las corrientes y vivir en tu tiempo. Oigo mucho anticuario que se queja, que ya no se venden antigüedades y no sé qué, pues es verdad que tiene menos peso la antigüedad. Creo que esa ha sido un poco la desgracia en la que cayeron las antigüedades, que a la gente joven le recuerdan a una sociedad con la que no tienen nada que ver, esa densidad de todo, como muy tradicional. Hay que ser consecuentes y decorar con todo lo nuestro, que es que lo hemos vendido muy mal tradicionalmente y hay cosas muy bonitas como la mesa del comedor, que es piedra de Colmenar, de Colmenar Viejo, la piedra con la que se ha construido el Palacio Real”.

También son los que propusieron el tapiz para el moderno hall del hotel The Madrid Edition, diseñado por John Pawson, el claro ejemplo de cómo lo pasado puede actualizar el presente. Y es que ellos eligen solo pensando en objetos que se llevarían a su casa. Sus cuatro ojos piensan, miran, son lentos en un mundo en el que prima la velocidad, pero es que ellos no creen en el impulso, sí en el instinto, que no son lo mismo, pero en ocasiones conviven. Son unos convencidos de que los estilos pueden dialogar, como los tiempos que vienen y los que se fueron. Se han propuesto ser conectores de esa memoria desde esta guarida para amantes de las segundas oportunidades.