Bodegas con hotel y encanto para planificar las escapadas de la inminente primavera

Amanecer rodeados de viñedos y disfrutar del entorno de una bodega son planes que triunfan con la llegada del buen tiempo. Un viajecito, al lugar que sea, es reponedor en cualquier época del año. En el caso de estas recomendaciones concretas, se suma que son auténticas experiencias sensoriales. Escapadas a un destino donde naturaleza, vino y relax van de la mano. Tres atractivos que confluyen en una serie de bodegas, en diferentes rincones del país, que son referencia del enoturismo.

Nuestras sugerencias son éxito seguro por entorno, ambiente y, por supuesto, por sus vinos. Lugares irresistibles y exclusivos que ofrecen planes privados, paseos por los viñedos, sesiones de spa con vistas, catas de vinos y mucho más. Porque al margen de dormir relajadamente en plena naturaleza y despertar a pocos pasos de la viña, podrás sentirte como la inolvidable Angela Channing en su imponente Falcon Crest.

Mastinell, Villafranca (Barcelona)

Localizada en territorio cavista, Mastinell es una de las casas más conocidas del Penedès gracias al hotel boutique de 5 estrellas que tienen en el viñedo. Una muy original construcción a pie de viña que reproduce lo que serían botellas en rima —esto es, los cavas colocados en horizontal en el botellero para realizar la crianza— y con la que se rinde homenaje al inmenso arquitecto catalán Antoni Gaudí. Dispone de una docena de habitaciones con vistas a la bodega y al campo, además de contar con un spa en el que ofrecen relajantes tratamientos y sesiones de vinoterapia. Por supuesto, no faltan las opciones de pasear por el viñedo, asistir a talleres vinícolas o disfrutar de la gastronomía de En Rima, su restaurante con una cocina de proximidad.

Mastinell Cava y Boutique Hotel

Abadía Retuerta Le Domaine, Sardón de Duero (Valladolid)

Esta emblemática bodega de la milla de oro vallisoletana se ha convertido en un destino de gran lujo gracias al superhotel que es Le Domaine. Un cinco estrellas ideado para ofrecer experiencias en torno al vino con 27 habitaciones dobles y 3 suites, situadas entre lo que fuera una hospedería y sus antiguas caballerizas. Con vistas interminables a las viñas, ofrecen además la posibilidad de contratar servicio de mayordomo. Cuenta, cómo no, con un wellness & spa con tratamientos personalizados. Paseos a caballo, visitas privadas, catas temáticas, picoteo en el campo, recorridos en todoterreno o bicicleta y un largo etcétera. Sin olvidar su restaurante Refectorio, con estrella Michelin, al que se suman tres opciones más informales: La Vinoteca, Terraza de la Hospedería y Calicata Terroir Bar.

Abadía Retuerta Le Domaine

Les Cabanes de l'Oller del Mas, Manresa (Barcelona)

El principal atractivo de esta bodega es que su oferta hotelera consta de 22 exclusivas cabañas de madera, todas distintas, con grandes ventanales, integradas en el bosque, junto a la bodega y entre los viñedos de Oller del Mas. Absoluta intimidad y comodidad en medio de la naturaleza y con la que se puede interactuar sobre el viñedo, montando a caballo, jugando al golf, paseando en bicicleta. Un entorno privilegiado entre montañas como Montserrat y el Parque Natural de Sant Llorenç. Este proyecto enoturístico, al amparo de la denominación de origen Pla de Bages, incluye también un centro de bienestar con terapias, masajes, tratamientos y un wine bar, para descubrir los distintos vinos que se elaboran en la casa.

Les Cabanes de l'Oller del Mas

Finca de los Arandinos, Entrena (La Rioja)

Con la sierra de Moncalvillo en el horizonte, Finca de los Arandinos es uno de los hoteles vinícolas destacados de la denominación riojana. Viñedos, hotel, spa y restaurante, Tierra, de cocina regional, comparten espacio con una bodega fundada por la cuarta generación de esta familia de viticultores. Un acogedor alojamiento que abría las puertas hace más de diez años con 14 habitaciones creadas entre el fallecido David Delfín y el viticultor, enólogo y arquitecto​ Javier Arizcuren. Una vez allí, la oferta discurre entre actividades al aire libre, tratamientos de vinoterapia y catas.

Finca de los Arandinos

Posada Real Castillo del Buen Amor, Topas (Salamanca)

Este histórico castillo, propiedad de la familia Fernández de Trocóniz, fue declarado Monumento Nacional en 1931, cuando pertenecía al duque de Alba. Sus actuales propietarios se encargaron de restaurarlo a finales de los años cincuenta y a comienzos de este siglo lo convirtieron en el hotel que ahora es. Cuenta con 40 habitaciones (algunas suites) con todo lujo de detalles y decoradas acorde con el edificio que las alberga. Al frente del negocio y la bodega está la más joven generación de la familia, los hermanos Fernando y Pilar; ella, enóloga, es la artífice de los vinos que se vienen elaborando a partir de los viñedos que rodean el castillo. El lugar, por la historia que contiene, es un destino en sí mismo.

Castillo del Buen Amor

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