Vuelve 'The Mandalorian': la redacción de Vanitatis te cuenta por qué debes verla
La tercera temporada de la serie nos anima a contar las razones por las que este derivado de 'Star Wars' es uno de nuestros favoritos
Pocas series han sido recibidas, en los últimos años, con tanto entusiasmo como 'The Mandalorian'. De una saga, franquicia y fenómeno pop como es 'Star Wars' no se esperaban grandes alegrías en forma de serie de televisión. Más que nada porque, por haber, hubo hasta una serie animada en los 80 de los adorables ewoks. Los derivados galácticos han sido numerosos y no siempre exitosos. Pero 'Mandalorian' ha sido bendecida incluso por los fans más recalcitrantes del wéstern, género con el que se ha comparado incesantemente. Un amante declarado del cine de Ford o de Hawks como Eduardo Torres-Dulce, por ejemplo, no ha dejado de hablar bien de esta serie de Disney Plus que ha vuelto esta semana con una tercera temporada.
En Vanitatis tenemos fans de la ficción protagonizada por Pedro Pascal. Desde aquellos que vieron 'La guerra de las galaxias' cuando no levantaban dos palmos del suelo a aquellos otros que valoran positivamente la mezcla de géneros y el aroma clásico de la serie. Aprovechando su regreso a la plataforma, hemos pedido a tres de nuestros compañeros que convenzan a los lectores más reacios para engancharse al mundo mandaloriano. Estas son sus respuestas:
Fruela Zubizarreta
Cuando uno tiene 9 años en 1977 y le llevan al cine en Navidad a ver una película mal llamada ‘La guerra de las galaxias’ —la traducción correcta debió haber sido ‘Guerras estelares’, porque aquí todo ocurre en la misma galaxia lejana, muy lejana—, es inevitable no caer fulminado ante semejante ‘stendhalazo’ visual, aventurero y emocional. Transcurridos 46 años desde aquella explosión, el niño se convirtió en un exigente experto en la materia, lo que le confiere —piensa él— la autoridad suficiente como para poner los puntos sobre las íes a ‘The Mandalorian’, serie que ayer estrenó su tercera temporada.
Desde que tío George (Lucas) vendió Lucasfilm a Disney el 30 de octubre de 2012 han pasado muchas cosas, no siempre buenas. Disney vive obsesionada entre los ingresos multimillonarios y el respeto a la esencia de una saga que ya ha alcanzado la categoría de mito. Como en todo, han creado luces y sombras. ‘The Mandalorian’ no escapa a esta evidencia. Luces: estamos ante una serie que ha sabido recuperar la emoción de las atmósferas del universo Lucas llevándolas más allá. Han alcanzado un nivel de virtuosismo magistral en lo que a efectos especiales se refiere y han sabido contentar a todas las generaciones de amantes de la franquicia con algunos guiños al pasado con sabor a delicatessen.
Sombras: han producido tanto guiño que conecta con el pasado —como a quien se le va la mano con la sal al cocinar— que, por momentos, no hay quien se trague tanta salmuera. Y es que Jon Favreau y Dave Filoni, creadores de ‘The Mandalorian’ y sobrinos predilectos de tío George, pecan de no querer arriesgar, de no tener lo que hay que tener para ir más allá. Hacen series para complacer a tío George que, aunque ya no mande, sigue en la sombra, como Palpatine, moviendo bastantes más hilos de los que te imaginas.
Y luego están los rebeldes, los que si se atreven a ir más allá, como Tony Gilroy con ‘Andor’, la reciente y valiente serie de 'Star Wars' que aborda este universo desde una madurez nunca antes vista, más allá del canon retro-infantiloide que domina a ‘The Mandalorian’. No en vano, Gilroy se ha rodeado de algunos de los mejores guionistas del momento, como Beau Willimon (‘House of Cards’) o Stephen Schiff (‘The Americans’).
Dicho esto, uno se siente culpable porque ama 'Star Wars' por encima de muchísimas cosas, casi sin sentido, y lo perdona todo. No es fácil que algo o alguien vuelva a hacerle sentir que tiene 9 años más allá de las luces y las sombras, del bien y del mal, de la luz y la oscuridad.
Bárbara de la Macorra
'The Mandalorian' es la típica serie que puede enganchar a casi cualquier público que se siente un rato para darle una oportunidad.
Tiene una trama que combina la intriga con los conflictos típicos de un wéstern: la justicia y el enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los forajidos, aunque, en este caso, el bien y el mal se dan la vuelta con respecto a las películas ambientadas en el oeste estadounidense del siglo XIX. Aquí el bueno es el perseguido por la autoridad o, al menos, es con el que el espectador más empatiza. No estoy yo para ponerme a juzgar a nadie.
Todo esto se adereza con luchas, peleas y tramas secundarias típicas del universo Star Wars, con sus planos, su estética y sus sables láser (incluido uno oscuro). Todo esto, junto al grupo de personajes que nos presenta, hace que este melange de Disney funcione.
Además, está Pablo Pascal, ese hombre del que, actualmente, todo el mundo quiere ser amigo, ser él mismo o... acabar en su cama. Yo no digo en qué grupo me sitúo.
Margarita Velasco
Capaz de poner de acuerdo a la heterogénea masa de fans de 'Star Wars', ‘The Mandalorian’ ha conseguido darles a los seguidores de las sagas originales lo que pedían y a la vez captar a nuevos adeptos. Más allá de incluir al pequeño Grogu como herramienta de ternura y marketing a partes iguales, la historia de ‘Mando’ consigue enganchar con un ritmo pausado, que, sin embargo, no permite que apartes la mirada de la escena en ningún momento.
La banda sonora, que se queda grabada en la mente cada vez que termina un capítulo, puede tener también algo de culpa. No necesita efectos especiales -que los hay, como la nave-estudio donde se grabaron todas las escenas del desierto y que recreaba tanto atmósferas diurnas como nocturnas- o un elenco de rostros archiconocidos. Cuando todo comenzó, el mayor reclamo era tener a Pedro Pascal como protagonista, pero Jon Favreau le plantó un casco, reduciendo toda su expresividad a su verbo, convirtiéndole en un héroe moderno, parco en palabras, sensible y honrado… Un éxito total. Desde su estreno, la denominación más repetida de 'The Mandalorian' es la de 'wéstern' y lo es, pero adaptado al hombre actual, trasladado a una galaxia muy lejana y con un hijo verde robaplanos como compañero de aventuras.
Pocas series han sido recibidas, en los últimos años, con tanto entusiasmo como 'The Mandalorian'. De una saga, franquicia y fenómeno pop como es 'Star Wars' no se esperaban grandes alegrías en forma de serie de televisión. Más que nada porque, por haber, hubo hasta una serie animada en los 80 de los adorables ewoks. Los derivados galácticos han sido numerosos y no siempre exitosos. Pero 'Mandalorian' ha sido bendecida incluso por los fans más recalcitrantes del wéstern, género con el que se ha comparado incesantemente. Un amante declarado del cine de Ford o de Hawks como Eduardo Torres-Dulce, por ejemplo, no ha dejado de hablar bien de esta serie de Disney Plus que ha vuelto esta semana con una tercera temporada.