Siete restaurantes novísimos que van a dar mucho de que hablar en Barcelona
En un año de cambios y reaperturas con nombre propio, estos son los siete restaurantes más novedosos de la Ciudad Condal de los que todo el mundo va a hablar
La escena gastronómica de Barcelona el pasado año puede resumirse en un archiconocido nombre: El Bulli. Multitud de nombres relacionados con la escuela de Cala Montjoi, empezando por el trío al frente del biestrellado Disfrutar, que abrió Compartir en junio, o el propio Albert Adriá, que hizo lo propio con su Enigma, dieron jugosos titulares. La lista de reapariciones varias después del fin del grupo elBarri, liderado por este último, fue y sigue siendo sonada
Muchos de los locales que lo integraban han ido alzando el telón de nuevo, como es el caso de Teatro Kitchen Bar en el antiguo Tickets, que surgió hace justo doce meses. Muy poquito después, Hoja Santa renacía como Come by Paco Méndez, llevándose en noviembre su primera estrella Michelin por su personal cocina mexicana. Lo que era Pakta derivó, asimismo, en Alapar, manteniéndose Jaume Marambio al frente culinario de esta taberna nipona al estilo mediterráneo que ahora comanda en solitario junto a Vicky Maccarone en la sala.
Las novedades siguen y se meten de lleno ya en este sabroso 2023, en el que está al caer Romería, con Tonet Romero en lo que fue Bodega 1900, y en el que destacan muy especialmente siete negocios que ya están dando que hablar en los corrillos gastronómicos. Los repasamos.
Can Marlau
Ferran Soler, ex jefe de cocina del mencionado Bodega 1900, abrió a finales de octubre su primer restaurante propio en la calle París. “Bar-restaurante gastronómico”, se autodefine, y así es esta casa de comidas y tapas que tira de raíces catalanas, muchas en el olvido. Para empezar, reivindica los desayunos, esos 'esmorzars de forquilla’, con tenedor.
Bollería, huevos y bocadillos calientes (croissant de jamón de bellota, tortilla de butifarra o bocadillo de cerdo confitado con boniato frito) arrancan una asequible carta que solo funciona hasta las 4 de la tarde. Una ensaladilla rusa de campeonato, el típico ‘cap i pota’ o las albóndigas con sepia son algunos otros hogareños ‘hits’ actualizados con técnica, aunque sepan como siempre. Para mojar pan.
Taberna Kamikaze
Los ex Disfrutar Enric Buendía y Arístides Ribalta remataban 2022 con su Taberna Kamikaze. Abrieron discretamente como ‘vermutería’ meses atrás y se lanzan ahora de cabeza a traer los sabores de Japón al Mediterráneo con cierta base francesa de fondo. Así, en un recoleto y sencillo local con la madera como protagonista, ya hay chispeantes elaboraciones inamovibles.
Entre ellas, la hoja de sisho rellena de mejillones en escabeche, un trío ganador de niguiris (atún con melosa salsa coreana, anguila del Delta del Ebro y daikon y vaca rubia gallega), las kokotxas de bacalao en pilpil de codorniz o el plato estrella: el cabracho con mantequilla de ponzu.
Bar Lombo
De Barcelona pero con pasión italiana y también con cierta escuela bulliniana. Así es Bar Lombo y sus propietarios, Eugeni de Diego y Ana Alvarado, que ya han encumbrado los pappardelle con osobuco o el escalope de ternera como imprescindibles en la capital catalana. El sardo Andrea Ortu da el toque de gracia a la lista de ideas y platos de la pareja en la que tampoco puede faltar un monumental vitel toné de solomillo que, por sí mismo, justifica la visita.
Hay toque personal pero no adornos en exceso. La calidad y el producto mandan y se nota también en una bodega con referencias clásicas y naturales de aquí de allá. Por cierto, ultiman la apertura del colmado Wilmot, uno más para sumar a tu lista de pendientes.
Brabo
Acaba de inaugurarse y ya se le denomina como el nuevo templo de las brasas en Barcelona. Rafa Panatieri y Jorge Sastre están al frente de este ‘modesto’ asador donde un seleccionado producto de temporada, con nombres y apellidos, se pasa por el fuego, se ahúma, se cura o se encurte. En la carta, de poco más de una decena de opciones, la carne reina.
Alrededor de parrilla y cocina vista, hasta 40 comensales pueden disfrutar de embutidos propios como la mortadela de jabalí con trufa, alternativas como el tartar de cerdo ahumado, el cabecero de lomo madurado en casa o una chuleta de ternera añejada allí mismo que hay que acompañar con la selección de vinos de Mihai Toma.
La Cabrera
Recién salido del horno también en Madrid, La Cabrera llegó en diciembre a Barcelona y ya triunfa. Se trata de la casa de carnes de Gastón Riveira, el aclamado parrillero argentino.
Respeto por la tradición y la esencia familiar y orgulloso tributo a la cultura culinaria del Río de la Plata, La Cabrera dignifica los asados del país con maravillosas piezas como el lomo de wagyu o el chuletón black angus. Sumaremos una buena lista de entrantes en la que no pueden faltar las empanadas de humita o el chorizo criollo.
Suru Bar
Arranca sin letrero en la puerta y podría pasar desapercibido de no ser por el ruido que ya hace en su primer mes de vida. Carles Morote, Gemma López y Sergi Puig se conocieron en el Gresca de Rafa Peña y se han lanzado aquí con un concepto de restaurante japonés centrado en la parrilla y en el formato ‘yakitori’, la famosa brocheta nipona.
Es ya imperdible la de piel de pollo a la brasa con tartar de gamba o su versión de la gilda con lengua de ternera. Ojo también al ‘cap i pota’ escabechado y a una sorprendente tarta Alaska, de postre, que va camino de convertirse en icono.
Per Feina
Nos despedimos en Poblenou con la última incorporación a su cartera de negocios de Rafa Zafra (Estimar). Comer sano y rico cada día es el lema de este restaurante de cocina tradicional, donde se rinde pleitesía a los antiguos comedores de menú de los polígonos y carreteras. Recetas y platos de siempre son protagonistas en menús diarios a ¡18 euros!
Primeros como los puerros a la brasa con vinagreta de olivas y avellanas, guisos como las lentejas con foie y chipirón, arroces como el de costilla de cerdo y setas, pescados varios o carnes como la carrillada al vino tinto son solo algunas de las suculentas alternativas por las que decantarse. Elegir dos entre casi veinte no es tarea fácil.
La escena gastronómica de Barcelona el pasado año puede resumirse en un archiconocido nombre: El Bulli. Multitud de nombres relacionados con la escuela de Cala Montjoi, empezando por el trío al frente del biestrellado Disfrutar, que abrió Compartir en junio, o el propio Albert Adriá, que hizo lo propio con su Enigma, dieron jugosos titulares. La lista de reapariciones varias después del fin del grupo elBarri, liderado por este último, fue y sigue siendo sonada