Cinco blancos españoles fuera de lo común para padres curiosos y 'winelovers' curtidos

El hecho de que sean tantas las ocasiones en el año para hacer y recibir regalos es un gusto, pero también una complicación a partes iguales. Genial cuando eres el obsequiado, pero cuando toca regalar el intento por ser original no siempre resulta como lo planeamos. Es por esta razón que, de cara al Día del Padre, el vino es un recurso de éxito si el tuyo es un practicante habitual de la cosa vinícola.

Con esta premisa, la de la afición, los blancos que proponemos tienen valor añadido porque, aunque no son de sobra conocidos, más bien lo contrario, sí son vinos diferentes que pueden sorprender a un winelover. Por tipo de elaboración, por variedad y, por supuesto, porque son blancos y no es muy común reparar en ellos a la hora de decidir regalar vino, ¿a que no?

En resumen, cinco referencias que por motivos variados van a ser un buen descubrimiento y un gustoso detalle para tu padre. Una selección de ‘especiales’ que podrían acompañarse de otros tantos que ya vendrán.

Kaiaren 2016

Comenzamos por un txakoli (en concreto de Guetaria, Guipúzcoa) pues son vinos que van ganando protagonismo en los últimos tiempos, convirtiéndose casi en tendencia. Y es que han cambiado mucho, han equilibrado la acidez que les es característica (sin perderla, por supuesto) y son ya numerosas las etiquetas reseñables. Entre ellas las que hacen en la Bodega K5, proyecto que arrancaba en 2005 con Karlos Arguiñano como socio destacado, aunque es su hija Amaia quien se encuentra al frente de la bodega desde hace unos cuantos años. Y este blanco Kaiaren 2016 (37 €) es su último estreno, elaborado con hondarrabi zuri, la uva principal del txakoli y cuyo viñedo se localiza en torno a la bodega, ofreciendo unas maravillosas vistas sobre el mar Cantábrico desde las zonas a mayor altura. Después de una crianza de 48 meses con sus lías en grandes depósitos de acero inoxidable, seguidos de dos años más reposando en el botellero, el vino se muestra corpulento, con una estupenda acidez (que le augura larga vida por delante), además de muy sápido y cargado de notas frutales (de hueso) y de hierbas aromáticas. Un vino muy gastronómico que va a seguir creciendo durante varios años.

Rico, rico

Habla del Mar 2022

Es de las elaboraciones más rompedoras de la bodega extremeña Habla, pues se sumerge en el mar para realizar parte de la crianza, por decirlo de algún modo, y a lo que debe su nombre (18,50 €). En su caso, lo que hace en el agua es una segunda fermentación —recordemos que, por lo general, los vinos efectúan dos fermentaciones— a 15 metros de profundidad en la bahía de San Juan de Luz. El líquido —fruto de una combinación de uvas blancas— baja en depósitos de 400 litros, al fondo de un arrecife artificial, y permanece entre 5 y 6 meses en contacto con sus lías a una temperatura entre 7 y los 10 grados. Es tras este periodo que lo sacan y embotellan, y tiempo por el que el vino muestra clarísimas notas minerales, de yodo y salinas, incluso recuerdos vegetales (de algas). Para el proceso, la bodega cuenta con la ayuda de un equipo de buzos que controla desde la presión hasta la temperatura de las aguas, pasando por la profundidad o las corrientes marinas.

Debajo del mar

Vega Tolosa Brut Nature Gran Reserva 2018

Como en tantas otras zonas seguro inimaginables, en territorio manchego también se hace espumoso. Este de la familia Tolosa es uno de ellos, en su caso bajo la Denominación de Origen Manchuela y asentados en el municipio albaceteño de Casas Ibáñez. Elaborado con la uva francesa chardonnay, también en la bodega están de estreno porque este Brut Nature 2018 (35 €) es la primera añada con más de 36 meses de crianza. Solo han salido mil botellas y además lleva los sellos oficiales que lo reconocen como vino ecológico y vegano. Lo tiene todo si el tuyo es uno de esos padres con gustos especiales. Además, muestra aromas de fruta blanca carnosa, cítricos y toques herbáceos combinados con notas de panadería y una buena frescura.

Burbuja manchega

La Sonrisa de Tares 2022

Es el blanco más joven (10,90 €) de la leonesa Dominio de Tares, una de las bodegas más conocidas de la Denominación de Origen Bierzo, y por su ligereza y frescura es una magnífica vía de entrada para conocer los distintos tipos de blanco que se pueden hacer en tierras bercianas, afamadas por sus tintos. Se trata de un godello —uva blanca principal en la zona— con cinco meses de crianza (siempre con las lías, en pos de darle cuerpo y untuosidad) antes de salir al mercado. Un vino frutal, fluido, con mucha frescura y ricos aromas cítricos, minerales y recuerdos anisados. Muy fácil de beber e ideal para regalarlo por pares, entre otras razones por su competitivo precio.

Simpatía berciana

Pie Franco Verdejo 2020

Este verdejo es la puesta de largo de Bodegas y Viñedos Nieva en la nueva categoría aprobada en la denominación Rueda: Gran Vino de Rueda. Un ‘apellido’ que pueden llevar los vinos que cumplen una serie de requisitos a priori más restrictivos y que, por ende, suponen blancos de más calidad. Procedente de viñedos viejos segovianos a más de 900 metros de altitud en pie franco (esto es, plantados directamente en la tierra), un cuarto de este vino ha estado un año en roble francés. Sale con una producción limitada de 2.334 botellas (24 €) y lleva la firma del afamado enólogo Ignacio de Miguel. Un vino fresco con el amargor final que identifica a la verdejo y entre ambas sensaciones destacadas notas de fruta blanca, minerales y balsámicos.

Los nuevos Rueda

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