¿Fin de semana gastronómico en Córdoba? Estos son los restaurantes que debes conocer

Córdoba, su centro histórico, es uno de los enclaves Patrimonio de la Humanidad de Andalucía. Esta bellísima ciudad, que ha sido y es crisol cultural como pocas, quizá queda relegada a menudo por Sevilla o contemplada como esa escapada de un día, desde la capital hispalense o desde Madrid. Sin embargo, Córdoba bien merece un fin de semana o más. Aparte de la imponente Mezquita-Catedral, su Alcázar, judería y un sinfín de rincones engrosan la lista de imprescindibles históricos y turísticos con los que saturar la memoria del móvil.

Dando un paseo por su casco antiguo, uno de los más grandes de Europa, hay otro aspecto que no pasa desapercibido: su gastronomía. Constituye otro de sus mayores atractivos, uno en el que tiene poco rival en la región. El recetario cordobés está impregnado de la esencia de las distintas civilizaciones que han pasado por estas tierras y han sabido sacar el mejor partido a los productos de la sierra y la campiña.

El aceite de oliva es base fundamental de sus platos desde que lo introdujeron los romanos. La llegada del tomate del Nuevo Mundo cambió la ancestral receta del salmorejo. La herencia andalusí se nota en las mezclas de sabores de la ensalada de naranja y bacalao, las berenjenas o el cordero con miel; la judía, en postres como el pastel cordobés de hojaldre y cabello de ángel. Su tradición taurina brindó el famoso rabo de toro. Y hay hasta siete denominaciones de origen en su provincia, capitaneadas por los AOVE y los vinos de Montilla-Moriles.

No faltan motivos, ya se ve, para saborear Córdoba a cada paso. Tanto es así que acaba de crearse la marca Córdoba Patrimonio Gastronómico para poner el foco en su culinaria, en la de siempre y en la más innovadora, porque también la hay. Ahí están sus restaurantes con estrella Michelin, sus modernos gastrobares, sus proyectos más conceptuales… ¿Hemos conseguido abrirte el apetito? Acompáñanos a conocer algunos de los mejores restaurantes de Córdoba.

Noor

Noor es luz. Es lo que significa su nombre en árabe y lo que ha conseguido traer el chef Paco Morales a su ciudad: un faro con dos estrellas Michelin que, por sí mismo, es un reclamo para coger un tren e ir a comer. Esta temporada, Noor es más luminoso que nunca. El propio chef habla de su degustación más madura, una que repasa, sin ir más lejos, la edad de la luz. El siglo XVI, el post descubrimiento de América, protagoniza este séptimo curso/temporada del periplo andalusí emprendido por Morales.

De Al-Ándalus al mundo. Del mundo a Al-Ándalus. Las ancestrales raíces culinarias de su tierra y sus influencias, bien fundadas en una encomiable investigación y traídas al presente con técnica, mano diestra y un sobresaliente sentido de la estética, son las claves que se paladean en las pocas y codiciadas mesas de esta casa. Sirvan de ejemplo la cuajada de khan con huevo, caviar, chile habanero y alcaparrón; la gamba natural con tocino ibérico, ras el hanout y vinagre de Pedro Ximénez; o la ostra con aliño de pepino, hummus y keffir.

Choco

Junto con Noor, Choco es el otro restaurante con estrella Michelin de Córdoba. Kisko García —distinguido, al igual que Paco Morales, en la última edición de los Premios Conviven como uno de los mayores exponentes de la gastronomía cordobesa— firma una cocina andaluza de vanguardia. Una travesía por el sur, con acento especialmente local, se emprende cada vez que se elige alguno de sus menús de hasta 17 pases.

“Arraigo, alma, ingenio y esencia” dice que son sus cuatro pilares. Se perciben aquí, en el restaurante familiar hoy convertido en sofisticado y minimalista comedor, en bocados como las chacinas, los cucuruchos de verduras de La Vega, el ave en manteca colorá, el gazpacho amarillo con quisquillas o la presa de bellota de Los Pedroches a la pimienta.

La casa de Manolete Bistró

Una de las aperturas más recientes en Córdoba, a nivel restaurantes, también merece el viaje. La que fuera casa del famoso matador es hoy la casa de Juanjo Ruiz y Reme Romero. Él comanda los fogones, ella dirige el restaurante y relata la magnética historia del inmueble, perfectamente conservado y rehabilitado con muchísimos (y valiosísimos) elementos de la época.

En majestuosas salas vestidas de gala, con un exquisito y leve toque contemporáneo, o en su idílico patio interior, a modo de terraza, conviven carta y menú degustación. Las alcachofas a la montillana, en temporada, o el tierno lomo de venado en salsa Robert son dos de los grandes éxitos que dan idea de la línea lujosa y sofisticada que pretenden y consiguen: es uno de los restaurantes más bonitos que hemos visitado últimamente.

Sojo Fusión

En la línea de establecimientos modernos, restaurantes de moda y hasta apartamentos turísticos de diseño, estilos que también reclama Córdoba, hay un nombre propio: Sojo. Tiene casi una decena de negocios en cartera, a cada cual más animado. Sojo Fusión es uno de los más cosmopolitas, y de ahí su nombre.

En su carta, disponible en una de las terrazas más coquetas de la ciudad, en sala o en el amplio y exótico reservado, hay de todo. Del salmorejo al poke, de las croquetas de puchero al canelón de pollo tikka masala, del bacalao al ajo negro con revolconas a la carrillera thai. Su concepto casual no está reñido con una espectacular propuesta de vinos.

Taberna La Montillana

Virando a lo más tradicional, no es posible dejar de lado esta icónica taberna cordobesa en la que disfrutar de los platos de toda la vida junto a los vinos de la zona. Santuario representativo de la D.O. Montilla-Moriles, acompaña a estos caldos un tapeo de escándalo con varias de las mejores elaboraciones autóctonas.

A su salmorejo, a su flamenquín o a su plato de berenjenas fritas a la miel habría que ponerles una placa conmemorativa. Llevan desde el año 1948 siendo asignatura obligatoria para cordobeses y visitantes.

El Churrasco

Para santuario de vinos, la escondida bodega de El Churrasco. Esta taberna y restaurante es una joya en plena judería que no pierde un ápice de calidad a pesar de su fama. El mesón, inaugurado en los 70 por Rafael Carrillo y su esposa, popularizó el churrasco cordobés. Consiste en un solomillo de cerdo ibérico a la brasa acompañado de dos características salsas árabes, roja y verde, que se sigue sirviendo hoy día.

En su cava, junto a su precioso patio, reposan verdaderos tesoros líquidos y en su carta, además del churrasco, otras tantas especialidades a la parrilla de carbón de encina junto a entrantes típicos. Los riñones de cordero a la plancha son motivo de peregrinaje.

Taberna Almodóvar

Esta galardonada casa del casco urbano, con paredes encaladas y dinteles de ladrillo, acoge un local con tintes más modernos que los anteriores, aunque su fin sigan siendo son los sabores auténticos y populares de la cocina regional. “Nada en la carta suena extraño”, rezan ellos mismos, y consiguen que todo sepa a casa.

La mazamorra es una de sus emblemáticas recetas, como lo son sus universales croquetas de merluza, pollo, jamón y huevo duro, todo junto. Croquetas que encandilaron al mismísimo equipo de 'Juego de Tronos' que, tras rodar en el castillo de Almodóvar del Río, localidad donde se encuentra la casa madre de este negocio, pasaron por la taberna para darse un buen homenaje.