El Santander de Marta Hazas: "Por calidad de vida, gastronomía y clima, mi ciudad es única"
Es una completa enamorada de Santander. A Marta Hazas le encanta disfrutar de los estupendos restaurantes de la capital cántabra, comerse un helado fantástico, pasear por La Magdalena o cruzar la bahía
Es una completa enamorada de su ciudad natal. A Marta Hazas le encanta disfrutar de restaurantes como Cañadío, Gele, La Mulata o La Bombi, comerse un helado en Regma, pasear por la península de La Magdalena o subirse a una pedreñera —a una barca— y cruzar la bahía. Y cuando regresa a Madrid, en su maleta no pueden faltar sobaos El Macho.
Es la primera vez que Marta Hazas (Santander, 1977) produce cine y está completamente emocionada. Recientemente, ha presentado 'Amigos hasta la muerte', en el Festival de Málaga, la primera película escrita y dirigida por Javier Veiga, su marido. Se trata de una comedia rodada en Galicia que, tras el periplo de festivales, podrá verse en salas a la vuelta del verano.
La protagonista de series como 'El internado', 'Velvet' o 'Gran Hotel' —rodada en Santander— está totalmente inmersa en la promoción de esta cinta y prefiere ser cauta y no adelantar otros proyectos que tiene sobre la mesa. Pero, aunque no para, siempre encuentra un hueco para hablar de la ciudad que la vio nacer y a la que regresa, siempre que tiene ocasión, para refugiarse en la terraza de su casa o acercarse a las cercanas localidades de Comillas y Santillana del Mar.
Amante de la buena mesa, le encanta salir a comer o cenar y confiesa que adora una buena sobremesa con un vino dulce. Con esta guía de excepción nos vamos a conocer sus direcciones preferidas.
Tu primer recuerdo de Santander
Mis primeros recuerdos de Santander están muy ligados a mis abuelos. Todos mis veranos los asocio a la caseta que mi abuelo tenía en la playa de La Magdalena, y en mi memoria están muy presentes los inviernos, que los pasaba siempre rodeada de libros y el material escolar en la papelería Flores, que era de mi abuela.
Cómo sois los santanderinos…
Existe un carácter del norte con el que, al menos yo, me siento identificada, y es que somos personas muy amigas de sus amigos, pero a la vez nos cuesta abrirnos a la primera de cambio y conocer a mucha más gente. Creo que la gente del norte tenemos un carácter muy enamorado y arraigado a nuestra tierra.
No puedes irte de Santander sin visitar…
Es muy interesante subirte a la 'pedreñera', la barquita para cruzar hacia Somo, el pueblo que queda en frente de la bahía, y donde puedes ir a comer, disfrutar de sus playas, las de El Puntal o conocer Pedreña. Otro imprescindible es caminar por Reina Victoria y perderte por la península de La Magdalena; es un paseo muy bonito que quien nos visite no se puede perder.
Y como en Santander todo está muy cerquita, recomiendo una escapada a Santillana del Mar; ver El Capricho de Gaudí, en Comillas, y también Potes, un pueblo en las estribaciones de los Picos de Europa con mucho encanto en la montaña.
Dónde nos alojamos
Me encanta el Eurostars Hotel Real (Avenida Pérez Galdós, 28), con unas habitaciones muy modernizadas, unas vistas increíbles al mar y todo el encanto que tenía el Santander más señorial. También está muy bien el Gran Hotel Sardinero (Plaza de Italia, 1); es maravilloso, está muy bien ubicado y también tiene unas fantásticas vistas al mar.
Nos vamos de aperitivo
El restaurante Gele (Calle Eduardo Benot, 4) es un sitio que me encanta. Ramón, la persona que lo lleva, te recomienda buenos vinos y siempre tiene novedades; las rabas de bogavante están buenísimas. En general, todo está muy rico.
Dónde comer o cenar y qué pedir
Cañadío (Calle Gómez Oreña, 15) es uno de mis sitios favoritos; es un restaurante al que he ido desde pequeña. Como aperitivo es imprescindible pedir el pincho de tortilla y toda la carta es un acierto; todo está exquisito. Tienen un queso trufado que es espectacular, pero, como digo, tanto la carne como el pesado están increíbles.
También me gusta mucho La Mulata (Calle Tetuán s/n), que está muy bien para pedir marisco o un pescado para compartir; la carta de vinos es estupenda. Me encanta La Capitana Puertochico (Calle Castelar, 5), que tiene unos arroces muy ricos. Y La Bombi (Calle Casimiro Sáinz, 15), un clásico de toda la vida, donde recomendaría pedir algún pescado, como un San Martín.
Es la hora de las copas…
Para tomarte una copa está muy bien el Moondog (Calle del Sol, 52), pero lo que me gusta es, después de comer, quedarme de sobremesa larga tomando un vino dulce, un Tokaji.
Y para ir de compras…
De precios asequibles, El Gato en el Balcón (Calle Arrabal, 15) es una tienda de ropa que me encanta. Doméstica (Calle Hernán Cortés, 34) tiene cosas de casa muy bonitas. Y un poco más cara, con firmas internacionales de lujo, están Del Rosa al Amarillo (Calle Hernán Cortés, 45) o Quattro (Calle Jesús de Monasterio, 14). Son ideales.
No puedes irte de Santander sin llevarte…
Cuando vuelvo de Santander siempre me traigo sobaos de El Macho. Y no me voy antes sin comerme un helado de Regma (Paseo de Pereda, 5); especialmente el de nata y chocolate es para mí un lujo, está brutal.
Tu rincón secreto, ese en el que te gusta perderte
Mi rincón secreto en Santander es mi casa; sobre todo, la terraza es ese rinconcito en el que me gusta perderme para que no me encuentren, porque el resto de Santander es tan pequeño que siempre te encuentran.
La mejor época del año para ir
El tiempo en Santander es una lotería, pero lo bueno de la ciudad es que tiene una gastronomía tan espectacular que hace que cualquier época del año sea buena para visitarla. A mí la primavera, aunque es muy inestable, me parece una época muy bonita. También los colores del otoño son una maravilla. Generalmente, la época de septiembre y octubre, meses en los que no suele llover, es muy buena. Son días bonitos de sol y sin lluvia, pero ya te digo que el tiempo es una lotería.
Por qué Santander es la mejor ciudad del mundo
Para mí es la mejor ciudad del mundo porque me encanta; son mis raíces. Creo que la calidad de vida que se tiene en una ciudad del tamaño de Santander es imbatible. Algunos de los privilegios que no tienes en la gran ciudad es poder ir a comer a casa o improvisar planes con amigos. Pero a todo ello hay que sumar que Santander es una ciudad con mar, con buen tiempo y sin temperaturas extremas. En definitiva, su calidad de vida, su gastronomía y el tiempo hacen que sea única.
Es una completa enamorada de su ciudad natal. A Marta Hazas le encanta disfrutar de restaurantes como Cañadío, Gele, La Mulata o La Bombi, comerse un helado en Regma, pasear por la península de La Magdalena o subirse a una pedreñera —a una barca— y cruzar la bahía. Y cuando regresa a Madrid, en su maleta no pueden faltar sobaos El Macho.