la casa de Hannah Rodríguez en Ibiza

una joya con muchísima personalidad

Texto Cris Castany
Foto Esi Seilern
Formato Marina G. Ortega | María Mateo
Producción Flair Studio
Estilismo Marieta Yanguas
Maquillaje y peluquería Pablo Robledo para Rowenta
Agradecimientos Iberostar Santa Eulalia
H

ay casas que respiran vida. Y es el caso de esta construcción en el norte de la isla preparada para ver crecer a una familia

Hannah es la propietaria, junto a su socia Sonia, de la firma de joyería Gold & Roses y nos ha abierto las puertas de la casa en la que encuentra la inspiración para sus colecciones.

El silencio y el alborozo conviven en esta construcción de dos plantas en la que todo está integrado: los espacios, los colores, la piel tostada de sus habitantes tras su primer contacto con el sol.

Piscina
La piscina está estéticamente integrada en el jardín para crear un escenario completamente natural.

Al pasar por la maravillosa puerta de acero corten a esta vivienda, te sientes en una jornada de puertas abiertas. Por las terrazas del hogar de la familia de los Rodríguez en Ibiza hay varias generaciones conviviendo: su padre, su sobrina, la influencer Mónica Anoz, entran amigas, salen perros ajenos… Su hijo de 13 meses, Duarte, se pasea en culotín arriba y abajo de brazo en brazo, cuando se deja. El auténtico espíritu ibicenco, ese ‘laissez faire, laissez passer’ (dejen hacer, dejen pasar), se percibe en cada espacio de este rincón tropical de San Carlos.

En la planta baja está el salón, junto al jardín y las estancias se entremezclan en una búsqueda de la continuidad con el exterior. Naturaleza y muros se funden de tal manera que las ventanas se convierten en improvisados cuadros.

El porche se divide en dos zonas, los estampados de ikat, flores, rayas y tejidos naturales conviven en perfecta armonía. La mesa de centro de madera es antigua.

Las casas de verano tienen ese punto de frialdad que no invitan a pasar el invierno, pero en esta no sucede: “Me encanta venir los fines de semana en los meses de frío, pasar horas junto a la chimenea…”. A esta familia les gusta salirse de la Ibiza más ruidosa y conocida. “Somos una familia muy unida, cada hermano con unos gustos muy distintos: una es más happy, otra más moderna; aquí todos tenemos un carácter, pero todos nos encontramos con nuestro espacio. Llevamos más de veinte años viniendo, nosotros trajimos a nuestros padres, les descubrimos este estilo de vida y ellos están encantados. Tienen un barquito, estamos mucho en el mar. Mis padres no temen hacer kilómetros para venir a su refugio, aquí en la isla”. Como dicen los oriundos, en la isla de moda hay muchas Ibizas, ellos disfrutan de la tranquila, la de campo, la familiar, “pero a veces, aunque muy pocas, sí que buscamos jaleo”.

Mueble amarillo
Alfombras y caminos de mesa de colores tiñen de vez en cuando los suelos de microcemento. En la pared, apliques retro negro con pantallas amarillas.
Alfombra
Alfombras y caminos de mesa de colores tiñen de vez en cuando los suelos de microcemento. En la pared, apliques retro negro con pantallas amarillas.

¿Qué os enamoró de esta isla?

Lo bueno de Ibiza es que es única. Yo en agosto solo voy al mar, en ocasiones voy a ver la puesta de sol a Los Enamorados, a cenar algo a Pollo Pagès, que se puede cenar por 25 euros, algo exótico en la isla, o a otro de mis rincones favoritos, Ses Escoles.

¿Cómo acaba una chica como tú en el mundo de la joyería?

Empecé mi trayectoria en una firma de joyas muy conocida, pero es que además soy la tercera generación de joyeras de la familia. Mi madre y mi abuela tienen joyerías en Burgos. Y Sonia Ruiz, mi socia, también es tercera generación de joyería, aunque ella es de Madrid, Siempre trabajó en este mundo, nos conocimos en mi primer trabajo y desde entonces estamos unidas. En el 2024 cumplimos diez años de aventura juntas.

“Cuando trabajo aquí, me empapo de tranquilidad, tiene una espiritualidad, una calma interior, es muy creativa esta isla”

¿Dónde se forma alguien en este sector?

Hice un máster del grupo Richemont de diseño de joyas de lujo en Milán, me dieron una beca en Hong Kong, donde estuve tres años trabajando, me atrapó, iba para tres meses y me quedé. Mientras tanto, Sonia seguía siendo mi mentora y mi guía profesional, hasta que me ofreció ser parte de este proyecto y vi claro que debía volver.

Retrato sobre sofá
Hannah en el sofá del salón con caftán beige de Dos Malinches. Pendientes, anillos y pulseras de Gold & Roses.

Hannah se casó hace más de tres años con Tiago, un chico portugués, en Sintra, y han rematado el proyecto común con Duarte, un querubín al que Hannah no pierde de vista, exceptuando cuando hace la siesta y, como buena madre primeriza, pide silencio a un ruidoso equipo de producción para que pueda descansar. El anillo de pedida, cómo no, fue de su marca, Gold & Roses. Como Tiago quería sorprenderla, lo diseñó Sonia, su socia. Dos anillos que se encajan para formar uno solo, lleno de simbología: “Tiago me entregó por sorpresa el primero en Cascais, que es una banda de oro con dos diamantes en forma de lágrima, y el día de la pedida me dio el otro, que es un solitario en talla cojín con una banda de diamantes”. Como no podía ser de otra manera, ella es la mejor embajadora de sus piezas y las lleva a diario. Aparece con un joyero de tela de esos que se enrollan con varias piezas y se las coloca cual experta porque también en verano se pueden llevar. Es parte del mensaje que quiere transmitir desde su marca. Cualquier día es bueno, no solo las ocasiones especiales.

Baño
La madera, el suelo de cemento pulido piedra y las paredes blancas redibujan los relieves de esta casa.
Baño

Cuando uno lanza una firma de joyería se imagina que hay una gran inversión…

No es el caso, nosotras nos lanzamos a pulmón, hemos sido superconservadoras y hemos ido pasito a pasito.

¿Cuáles han sido las claves de vuestro crecimiento?

Hemos democratizado la alta joyería, y hemos hecho una línea muy posible para el día a día. Todas nuestras clientas son nuestras mejores embajadoras, porque lo llevan de una forma ‘casual’, muy natural. Hemos creado una especie de ’squad’ de amigas que no fallan. Favorecen un montón, los ves en mano y no tiene nada que ver con verlos puestos, su ergonomía, su estilo.

¿Nos cuentas que aquí encuentras la inspiración? ¿Qué tiene en común una marca de joyas como la tuya con una isla como esta?

Tiene mucho que ver con Ibiza, al final cuando trabajo aquí, me empapo de tranquilidad, tiene una espiritualidad, una calma interior, es muy creativa esta isla. Es Vedrá es uno de los 7 puntos magnéticos del universo, de ahí la atracción.

Pendientes
En la piscina con su hijo y vestido con manga mariposa y estampado con forma de palmeras de Johanna Ortiz. Pendientes, anillos y pulseras de Gold & Roses.
Retrato con hijo en brazos
En la piscina con su hijo y vestido con manga mariposa y estampado con forma de palmeras de Johanna Ortiz. Pendientes, anillos y pulseras de Gold & Roses.

La marca ha crecido por muchas razones y Letizia ha sido una ayuda: “Es una referencia a nivel internacional, lleva muchos modelos y eso siempre ayuda. Producimos todo en España, es todo local, en nuestro equipo somos todas mujeres, y creo que empatiza con los valores que promovemos”. Y aunque evita hablar de la que es su clienta más exclusiva y nos intenta desviar a diseño e inspiraciones, al preguntarle cuál es su pieza más vendida nos habla de los pendientes doble daga, que, como sabemos, los lleva la Reina de forma habitual.

“En los desayunos de verano nos juntamos más de veinte personas, empiezan a las ocho de la mañana y juntan al trasnochado que acaba de llegar con el bebé”

Un 45% por ciento de su negocio es internacional: aeropuertos en Asia, venta online… La firma no para de crecer, pese a que su esencia, ese pequeño taller de la calle Fortuny, sigue manteniendo las medidas de un pequeño negocio de dos emprendedoras.

Sillones
Butacas
El lino tiene un papel esencial en todas las estancias de la casa, la búsqueda de lo orgánico es fundamental para la interiorista.

Las coincidencias persiguen a la habitante de esta casa. La zona en la que se encuentra esta construcción minimalista en la que nos recibe se llama La Joya y la ha decorado Virginia Nieto, la interiorista, hermana de Hannah, que también respira creatividad. Ha pensado una vivienda en la que convivan sus hermanos con sus correspondientes parejas e hijos. “En los desayunos de verano nos juntamos más de veinte personas, empiezan a las ocho de la mañana y juntan al trasnochado que acaba de llegar con el bebé que acaba de amanecer. Tenemos que hacer turnos, es como una silla caliente, que se produce de forma natural. Mi madre prepara unas mesas preciosas en las que la fruta siempre está presente. Es mi momento favorito del día”.

De ahí que no existan los pasillos, haya cuartos con literas y más camas que metros cuadrados. Todo en busca de una convivencia lo más pacífica posible, teniendo en cuenta la paz que pueden generar dos decenas de convivientes. Cuando no hay nadie, algo difícil, la banda sonora del salón y del porche son dos ventiladores que invitan a esas lentas siestas de verano, esas que permiten ver cómo las pantallas naturales bailan al ritmo de la brisa que viene desde la costa.

Retrato tres generaciones
Habitación exterior
Hannah con su hijo Duarte y su madre Chelo, con look de Johanna Ortiz y joyas de Gold & Roses.

El padre de Hannah, Juan, pasea por la casa al ritmo de sus abarcas con camisa de lino blanco y cuello mao y unas bermudas amarillas como el sol. No hace ruido, lee su iPad en una de las butacas de mimbre del porche y nos descubre cómo un burgalés se ha hecho con el ritmo de la pitiusa.

Dos horas después de estar revolviendo esta casa aparece Chelo, su madre; sí, había más gente y no lo sabíamos. Una mujer octogenaria con espíritu de cuarentañera que lleva un negocio con mano firme y que reconoce seguir disfrutando de lo que hace, aunque ninguno de sus cinco hijos quiere heredarlo, reconoce apesadumbrada. Delante del equipo se lo ofrece a Hannah varias veces, pero ella reconoce que no puede con todo y se le nota orgullosa de recoger el testigo, pero prefiere lo que ha construido, lo que se ha ganado. Este es un matriarcado claro, ejercido, de ahí que quizá todas se dediquen al mundo de adornar a mujeres, unas mujeres que no necesitan ningún tipo de adorno.