Los beneficios de adelgazar caminando: activa tu cuerpo de forma sencilla

Si hay una actividad física que prácticamente cualquier persona puede hacer, sea cual sea su edad y su estado físico, es caminar. No requiere ninguna equipación especial más allá de un calzado relativamente cómodo, es totalmente gratis, se puede hacer a cualquier hora y en cualquier parte, y entraña un riesgo de lesiones mínimo, más allá de algún traspiés o una torcedura en un mal paso.

A la hora de caminar no importa la edad que tengamos, pues este ejercicio es adecuado siempre, tampoco es necesario tener en cuenta el nivel inicial, ni hay por qué marcarse grandes retos. Simplemente saliendo de compras o a dar un paseo ya estarás haciendo ejercicio sin darte cuenta. Eso sí: si quieres que caminar también te ayude a perder peso, tienes que tomártelo en serio y ser constante: no vale con salir un día a andar si lo que esperas es obtener resultados. Si eres constante y te comprometes contigo mismo a caminar a diario, o, al menos, tres veces por semana, no tardarás en notar sus beneficios en tu propia piel.

Si bien es cierto que caminar no es la actividad que puede ayudarnos a quemar más calorías o perder peso más rápidamente, sí que tiene algunos beneficios que hacen que sea una de las más empleadas por todo el mundo, pues más allá de que, como señalábamos antes, está al alcance de la mayoría de las personas, es un ejercicio de bajo impacto, lo que la hace especialmente interesante para quienes tienen ciertos problemas, como aquellos que se lesionan a menudo o quienes tienen sobrepeso.

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Las actividades de bajo impacto son ejercicios fluidos que no son agresivos con las articulaciones, pues los pies se mantienen en contacto con el suelo casi todo el tiempo, ejerciendo una presión inferior en estas zonas. Son ideales para evitar agravar lesiones ya existentes o provocarnos alguna nueva, también para recuperarnos tras sufrir alguna, pero además nos ayudan a mantener y desarrollar masa muscular.

Nuestra salud también se verá beneficiada si comenzamos a caminar de forma habitual, tanto como sistema para perder peso como método para sentirnos mejor. Es ideal para proteger nuestro corazón, pues reduce el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares, reduce los niveles de colesterol malo y aumenta los de colesterol bueno.

Estimula y fortalece los huesos, lo que a largo plazo puede ser un sistema de prevenir el desarrollo de osteoporosis prematura o prevenir enfermedades como la artrosis. Eso sin contar con que aumenta nuestros niveles de energía gracias a que aumenta la circulación y, por tanto, el suministro de oxígeno, haciendo que estemos más despiertas.

Aunque resulte sorprendente, por la imagen que tenemos de este ejercicio, caminar puede ser esencial para ayudarnos a mejorar la figura y tonificar el cuerpo al completo, no solo las piernas y glúteos, también la zona abdominal e incluso los brazos. Si prestamos atención a la postura que mantenemos al andar, intentando que sea correcta, estaremos beneficiando también los músculos del abdomen y la espalda. Los brazos se convierten en clave para este ejercicio, pues siguen el ritmo acompasado, que nos ayuda a equilibrarnos, pero también a regular la velocidad.

Realizar esta actividad en casa no es lo más habitual, salvo que esta sea de grandes dimensiones o tengamos una máquina adecuada para ello. Lo más frecuente es hacerlo al aire libre y esto también puede aportarnos grandes beneficios, el primero de ellos es invitarnos a disfrutar de lo que nos rodea, haciendo que cada día sea diferente y de esta forma el ejercicio no nos resulte aburrido. Además, caminar por parques, playas y zonas de terrenos irregulares nos ayuda a quemar más calorías, aunque también nos invita a tener cuidado para ver dónde ponemos los pies.

Entrenar al aire libre hace que aumenten nuestros niveles de vitamina D, difícil de obtener a través de la alimentación, pero muy sencillo si dejamos que nos dé la luz del sol -siempre con la protección adecuada, para no correr el riesgo de sufrir quemaduras, algo que puede pasar también durante los meses de invierno. Aunar estos dos hechos, hacer más ejercicio y que este sea al aire libre, también será beneficioso para nuestra mente.

Pocas cosas más relajantes que salir a pasear, dedicar un rato de nuestro día a despejarnos, a caminar por la calle dejando que nuestra mente vague libre, sin centrarnos en esos pensamientos que tienden a perseguirnos a lo largo del día. Así, nada mejor que escoger unas zapatillas adecuadas y salir a la calle a pasear, eso sí, sin perder de vista que para que lleguemos a perder peso, conviene que sea a paso ligero, a buen ritmo y no menos de 30 minutos, pues es a partir de ese tiempo de entrenamiento cuando empezaremos a consumir las calorías de la grasa acumulada en nuestro cuerpo.