Un nuevo Marwán —recuperado y pleno— comparte sus "canciones que no curan, pero producen mucho alivio"
El cantautor madrileño ha decidido celebrar —junto a Rozalén, Jorge Drexler, Mikel Izal y otros nombres— sus veinte años de carrera con 'Canciones para una urgencia', el disco que le embarcará en una extensa gira por España y América
Se cumplen dos décadas de sus primeras actuaciones en bares emblemáticos de Madrid, como Galileo Galilei o Libertad 8, donde empezó a foguearse ese artista inquieto —y sin pelos en la lengua— que ahora parece estar atravesando su mejor momento a nivel profesional. “Canto muchísimo mejor que entonces”, reconoce el de Aluche, entre risas, antes de agradecernos que nos preocupemos por su estado de salud.
Y es que Marwán ha estado un año y medio bastante fastidiado por el accidente sufrido en Nueva York cuando una bicicleta —que venía en dirección prohibida— le arrolló por sorpresa. La caída debió ser bastante aparatosa, de ahí que tuvieran que reconstruirle el codo y que haya estado tan alejado de los escenarios debido a una larga, pero fructífera, rehabilitación.
Ha perdido un treinta por cierto de movilidad en ese brazo, pero se le ve en plena forma. “Estoy bien, puedo tocar la guitarra y hacer mis cosas”. Cuando habla de “mis cosas”, se refiere, por ejemplo, a una extensa gira que arranca en Murcia el 27 de este mes, que le llevará a recorrer varios países de la América hispanohablante y de la que aún le quedan fechas por anunciar.
“Tengo muchas ganas de volver a la carretera, sobre todo porque voy a poder hacerlo con nuevas canciones y unos duetos que son una maravilla”. Hablamos de citas que, más allá de nuestro país, tendrán lugar en Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Guatemala y Costa Rica, por el momento. Y que, a modo de colofón, llevarán a Marwán a pisar Estados Unidos, adonde está deseando volver a tocar, pese a que allí fue donde tuvo el dichoso accidente —días después de un concierto en el Instituto Cervantes—.
En cierto modo, el compositor de origen palestino está viendo cumplido —con creces— su sueño más recurrente de cuando era mozo: “Siempre tuve la ilusión de tocar en el Palacio de Congresos, pero nunca llegué a hacerlo. He estado en el Circo Price, La Riviera o el WiZink Center, que tampoco están mal”. (Risas).
Sin duda, puede hacer check en algunas de las plazas más codiciadas de nuestro país, pero reconoce que es en tierras iberoamericanas donde ocurre algo mágico y llega a sentir algo muy especial: “El público allí es absolutamente increíble, admiro la pasión con la que viven la música, se rompen la voz en cada concierto… Lo que se vive allí no se da en ninguna otra parte”.
Compartir para crecer
Si hay algo que tienen en común las veintidós 'Canciones para una urgencia' —suerte de disco recopilatorio con alguna que otra novedad— es que todas las colaboraciones han servido para que las piezas adquiriesen una nueva dimensión. Da igual si es el coplero Miguel Poveda, el rapero Nach o el rockero argentino Coti quien se encuentra al otro lado de micrófono, la declaración siempre le sale a devolver al bueno de Marwán.
“Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo porque me había dado cuenta de que las canciones crecían mucho cuando las compartía con otros artistas a los que admiro; como Nach, Rozalén —con quien ya había tocado ‘Las cosas que no pude responder’ hace diez años en el Price— y el resto de los que he ido conociendo con el paso de los años”. No hay que ser un lince par darse cuenta de que el hombre que siempre busca “la excelencia musical” ha trabajado a conciencia con cada uno de los invitados hasta lograr “las mejores canciones”, buscando siempre “perfeccionar las producciones”.
Con respecto al resultado final, lo tiene muy claro: “Es otro de los regalazos que me ha dado la vida, que me ha brindado la oportunidad de colaborar con aquellos con los que empecé, como Mikel Izal o Andrés Suárez, pero también de grabar con mis ídolos. Me refiero a esos artistas que yo escuchaba cuando empezaba a componer, como Ismael Serrano, Jorge Drexler o Pedro Guerra”.
"Soy muy afortunado por estar rodeado de personas con tanto talento"
La selección de artistas con los que entrar en el estudio la tuvo clara desde un principio, al igual que la asignación en sí de las canciones. “Los he elegido pensando en aquellos que iban a ser capaces de mejorar las originales y creo que he acertado con todas. Desde el principio ya sonaban genial y a ellos se les veía cómodos”. Conviene avisar de que no estamos ante canciones que ya todos conocemos a las que se les ha añadido una voz, todas han sido regrabadas e incluyen nuevos arreglos que en algunos casos ('Cómo hacer que vuelvas', 'Necesito un país' o 'La vida cuesta') van a hacer que más de uno se lleve las manos a la cabeza. En el buen sentido, claro está.
Y es que algo bueno tenía que traer estamparse contra el asfalto neoyorquino: “Cuando me rompí el brazo, y tuve que soltar la guitarra para salir solo con el micrófono en los conciertos, me di cuenta de que había nacido un artista mucho más polifacético. Soy cantautor, pero también tengo dentro un rockero, un popero y un rapero que en algún momento del concierto agarran al cantautor de la pechera y lo apartan de su camino”.
Pues bien, en este ‘Canciones para una urgencia’ han salido a pasear todos estos 'marwanes' y, presumiblemente, en la gira pasará tres cuartas partes de lo mismo. ¿Lo dudas? “Habrá canciones para divertirse, para emocionarse, para reflexionar… Espero que los que vengan a verme no esperen encontrarse a un cantautor”. (Risas). Lo que sí van a descubrir son algunas nuevas composiciones, como el hit 'Pensábamos que el amor era una fiesta', que el propio Marwán define como “un tema absolutamente pop, más en las formas que en las letras”, o 'Lo llaman vida', una “cumbia con sonidos urbanos con la que me he despegado de lo que tradicionalmente he hecho”.
Y si algo ha quedado claro a estas alturas es que la palabra cantautor se queda demasiado corta para describir al también poeta y activista que huye de las etiquetas porque “siempre te limitan”. Eso y que estamos ante un nuevo Marwán: “Me he dado cuenta de que estoy más cómodo sin guitarra, ahora me expreso mucho a través del cuerpo y no paro de moverme de lado a lado del escenario, matizo más con la voz y creo que, en general, he crecido muchísimo como artista al soltar este instrumento”. Aun así, que no cunda el pánico, ya que le veremos agarrarla en un par de temas.
Versos medicinales sin receta
En cuanto al título, que no puede ser más apropiado, señalar que se lo debemos a Luis Ramiro, que es de hecho quien cierra el disco con el cover de 'Sueños sencillos', publicada en 2011. “Nuestras canciones han sido siempre una especie de medicina para aquellos que la buscan, han acompañado a muchos en los momentos malos y tienen un carácter muy íntimo”, apunta Marwán refiriéndose al concepto tras ‘Canciones para una urgencia’.
Nos confiesa también que “las canciones no curan, pero producen mucho alivio”, antes de reconocer que el excelente comunicador que podemos ver hoy no tiene nada que ver con el chaval que empezaba en esto cuatro lustros atrás. “Era un joven al que le costaba mucho expresar sus emociones, por eso quería compartir unas canciones que me representaban y en las que me desnudaba.
“Cuando empezaba jamás imaginé que tendría una carrera tan larga, que haría tantas giras y que recibiría premios”
Cómo iba a soñar con todo eso un profesor de educación física recién licenciado al que, eso sí, sus padres ya habían inculcado unos valores que le han acompañado hasta nuestros días. “Creo que el lugar de donde vienes te cambia el carácter, por eso me sale el orgullo de barrio cuando pienso en Aluche, a pesar de que llevo diez años viviendo en el centro de Madrid. Siento que soy muy sensible con respecto a las causas sociales”, apunta este amante del fútbol al que no hemos podido evitar preguntarle por el tema del momento. Muy a su pesar.
“Por una parte, me parece muy importante hablar de ello y poner el foco en el feminismo para que cambien de una vez las cosas en esta sociedad, pero creo que a veces los medios son un poco carroñeros y que ahora estamos inmersos en la era de la industria del ruido, buscando siempre la confrontación y todo aquello que sea morboso”. Y justifica su postura: “Una de las consecuencias de este tipo de periodismo es que se desvirtúan las luchas y las causas. Por eso opino que hay que bajar un poco el volumen y dejar que las cosas sigan su cauce. Ojalá consigan las chicas los cambios que buscan, pero no considero que mi opinión sea relevante”.
Dejamos que se desvanezcan estas palabras de nuestro invitado mientras, con su permiso, subimos el volumen del flamante trabajo de un Marwán en estado de gracia que, una vez más, nos ha demostrado que se crece ante las adversidades.
Se cumplen dos décadas de sus primeras actuaciones en bares emblemáticos de Madrid, como Galileo Galilei o Libertad 8, donde empezó a foguearse ese artista inquieto —y sin pelos en la lengua— que ahora parece estar atravesando su mejor momento a nivel profesional. “Canto muchísimo mejor que entonces”, reconoce el de Aluche, entre risas, antes de agradecernos que nos preocupemos por su estado de salud.
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