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Surcar el Caribe y conquistar una isla privada, mucho más asequible de lo que imaginas
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NOS VAMOS EL DOMINGO

Surcar el Caribe y conquistar una isla privada, mucho más asequible de lo que imaginas

El avión aterriza entrada la tarde en el aeropuerto de Miami. Es sábado y aún queda un día completo para visitar la ciudad antes de embarcarte en el fantástico crucero con el que recorrerás los enclaves más interesantes del Caribe

Foto: Faro de Ocean Cay MSC Marine Reserve con el lujoso crucero MSC Seascape atracado. (Cortesía)
Faro de Ocean Cay MSC Marine Reserve con el lujoso crucero MSC Seascape atracado. (Cortesía)

El avión aterriza entrada la tarde en el aeropuerto internacional de Miami. Es sábado y aún puedes disfrutar de un día completo para revisitar tus restaurantes, tiendas y ‘spots’ favoritos de la ciudad o ver los más importantes por primera vez. El barco te espera, la jornada siguiente, para llevarte a lo largo de una semana por varios de los puntos más famosos del cercano Caribe, con sorpresa final.

placeholder Miami, desde tu próximo barco. (Cortesía)
Miami, desde tu próximo barco. (Cortesía)

Estás a tiempo de dar un paseo por los coloridos edificios de Miami Beach después de registrarte, allí mismo, en The Setai, posiblemente el hotel más fabuloso de la zona. Se trata de un seductor oasis frente a la franja de playa de moda, la de Collins Avenue, en cuyo interior se respira esa serenidad de reminiscencias asiáticas, pues la marca tiene en su concepción el sello de Aman Resorts.

El place to be de Miami

No puedes dejar de cenar en Cecconi’s, el único espacio abierto al público en el demandado Soho Beach House Miami. Este establecimiento es solo para socios, pero ahí va este tip: su animadísimo restaurante italiano, place to be definitivo, te acogerá si reservas con antelación. Tras la cena, una copa en Cabaret, en el icónico hotel Faena, mientras atiendes a un espectáculo a la altura de lo que uno espera de Miami; otro de esos planes que hacen de esta urbe lo que es, puro —divertido y adictivo— show off.

placeholder The Setai, el hotel de Miami al que todo el mundo quiere ir. (Cortesía)
The Setai, el hotel de Miami al que todo el mundo quiere ir. (Cortesía)

Por la mañana, reponte con un desayuno en la panadería kosher más in, tras esperar la larga fila en su puerta. Zac the Baker, en Wynwood, es una de las mejores bakeries del país y el sueño de Zac Stern que, de vender pan de masa madre en casa, ha pasado a conseguir un Bib Gourmand Michelin por un negocio que parece recién llegado de Copenhague. Sus cruasanes y sus pasteles de queso y guayaba —el toque latino en una ciudad que habla casi más español que inglés no podía faltar— son una delicia.

Siguiente parada: Wynwood Walls que, más que un centro de arte urbano, es uno de los proyectos de revitalización de un barrio más punteros del globo y un remanso de rompedora creatividad registrada en las paredes de un sinnúmero de edificios. Lo que eran unas manzanas deprimidas hoy estallan en mil colores, igual que las del Miami Design District, en este caso repleto de boutiques de lujo enmarcadas en construcciones de diseño; otro plan al que dedicarle estas horas antes de abordar.

Un barco muy moderno

En Port Miami, el mayor y más activo puerto de cruceros del mundo, nos aguarda MSC Seascape. Descubrirás enseguida el porqué de su nombre, pues su recientísima construcción es un homenaje al océano y a la ciudad de Nueva York que a él se asoma. Hay pocos barcos tan grandes —es el más largo de la flota de MSC hasta el momento— cuyo diseño permita gozar de la travesía tanto como este, pues cuenta con muchos más espacios al aire libre que la media y una oferta de entretenimiento de vanguardia en ellos como en el interior.

placeholder MSC Seascape. (Cortesía)
MSC Seascape. (Cortesía)

Inéditas atracciones mecánicas para pequeños y mayores, casi dos decenas de restaurantes, bares y salones, casino, seis piscinas, una de ellas infinita en popa, un imponente paseo marítimo que todo lo conecta hasta llegar a su acristalado puente de los suspiros, desde el que gozar de la panorámica más fabulosa… Son solo algunos de los hits de este barco, sin olvidarnos de su Yatch Club —el área vip con suites y servicios exclusivos—, el más lujoso de toda la flota.

La playa más paradisíaca de México

Zarparás rumbo a México. Desde el balcón de tu camarote quizá atisbes La Habana, en el horizonte, viendo cómo navega esta insignia de la naviera italiana. Date el capricho de mimarte en MSC Aurea Spa, uno de los balnearios y centros de tratamientos más reconocidos en alta mar, arréglate para cenar en sus restaurantes más especiales, como el Butcher’s Cut en el que saborear seleccionadas carnes al fresco, bajo las estrellas, algo nada habitual en estas embarcaciones. Brinda con unos apetecibles cócteles en la sala de fiestas Cabaret, donde de pronto podrás creer que estás en el club más cool de Manhattan.

placeholder Podrás visitar Tulum y hasta Chichen-Itzá, Patrimonio de la Humanidad. (Cortesía)
Podrás visitar Tulum y hasta Chichen-Itzá, Patrimonio de la Humanidad. (Cortesía)

Tranquilo, a la mañana siguiente darás con una de las playas más paradisíacas que has pisado y descansarás en la arena blanca y frente al agua turquesa de la isla de Cozumel. Otro consejo: es sencillo gestionar esta parada por tu cuenta, sin contratar excursiones, si tomas un taxi en el puerto y te diriges a Chen Río. No se lo digas a nadie, esta calita seguida de una extensa franja de dunas no sale en las guías y el restaurante en ella es ideal para saborear tacos y margaritas con autenticidad local.

Una isla solo para este barco

Te dará pena marcharte, pero así es la experiencia en un crucero: tu hotel viaja contigo y aún queda destino por explorar. Si lo deseas, de hecho, desde aquí podrás acercarte también a puntos como las famosas ruinas de Tulum y alrededores, repleta de populares beach clubs y restaurantes con estilo, al más puro estilo ibicenco.

placeholder Así es la isla privada de MSC, la Ocean Cay MSC Marine Reserve. (Cortesía)
Así es la isla privada de MSC, la Ocean Cay MSC Marine Reserve. (Cortesía)

En este periplo por el Caribe y las Antillas, de algo menos de una semana de duración, aún queda la guinda del pastel. A una jornada del desembarco de nuevo en Miami, MSC Cruceros te llevará a su propia isla privada, Ocean Cay MSC Marine Reserve, en las sensacionales Bahamas Occidentales. Toda una reserva marina en la que conectar con la naturaleza y sumergirse en un Edén sintiendo de espíritu bahameño. Pura postal tropical, cuenta con más de tres kilómetros de playas de arena perfecta con todas las comodidades, ya que es una extensión misma del barco, SPA y restaurantes incluidos. ¿Lo mejor? Entregarte al sol con un pícnic en nuestro mejor nuevo destino de crucero.

25 años del primer Nikki Beach

No sufras al alejarte. La espectacular llegada a Miami al amanecer, atravesando South Beach e internándose entre los rascacielos iluminados, brinda un nuevo día de disfrute allí. No te lo pienses: aprovecha las últimas horas de eterno verano comiendo y pasando unas horas en el primer Nikki Beach de cuantos hay por todo el globo (España incluida).

placeholder Ya fuera del barco, aún puedes terminar por todo lo alto en Nikki Beach Miami. (Cortesía)
Ya fuera del barco, aún puedes terminar por todo lo alto en Nikki Beach Miami. (Cortesía)

El emplazamiento original cumple 25 años renovándose y es, posiblemente, el más estiloso de todos los que conocemos. Camas balinesas, preciosas hamacas en la playa, servicio, música, carta, barcas de sushi de altísima calidad... Todas estas fotografías dejarán el mejor recuerdo antes de cruzar el Atlántico tras el divino paréntesis de desconexión que te merecías.

El avión aterriza entrada la tarde en el aeropuerto internacional de Miami. Es sábado y aún puedes disfrutar de un día completo para revisitar tus restaurantes, tiendas y ‘spots’ favoritos de la ciudad o ver los más importantes por primera vez. El barco te espera, la jornada siguiente, para llevarte a lo largo de una semana por varios de los puntos más famosos del cercano Caribe, con sorpresa final.

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