España no huele a ajo, pero Madrid sí sabe a churros (príngate con los mejores)

Desayunar con churros en Madrid es una práctica que se remonta al siglo XIX. El contraste entre el dulzor y la suavidad del chocolate y la sal y el crujiente del churro es un equilibrio que vuelve locos a los madrileños desde entonces, cuando se le llamaba “fruta de sartén” por su bajo coste y alta carga calórica.

No se sabe a ciencia cierta cuándo ni por qué cuajó esta combinación, pero seguramente fue la propia sabiduría popular la que la encumbró con gran acierto, pues se exportó con éxito a Latinoamérica, a países árabes y sigue vigente en nuestros días. Por eso, vamos a visitar los templos del churro que llevan décadas con nosotros, responsables de su ascenso, y vamos a visitar también los recién llegados, negocios jóvenes y frescos que reclaman el churro como desayuno y merienda por excelencia. ¡Nadie se resiste!

San Ginés

No podemos no empezar este periplo sin pasar por San Ginés, la institución churrera madrileña que ha llegado incluso a exportarse fuera de la villa y corte. En el pasadizo homónimo, a un paso de la Puerta del Sol, el gentío espera día tras día, los 365 del año, hacerse con una taza de su reputado chocolate que, por cierto, también puedes comprar en polvo.

Valle-Inclán era tan solo uno de sus acérrimos ‘fans’, llegando a incluir este establecimiento en sus 'Luces de bohemia'. La ‘buñolería’ y churrería San Ginés lleva en pie desde 1894 y ha llegado incluso a Asia y Latinoamérica. Por algo será.

Manosanta

De la más antigua nos vamos a la más nueva, a la churrería más de moda en Madrid. Manosanta nace por una necesidad: posicionar al churro en el lugar que se merece. Y eso es lo que nosotros queremos. Con una estética minimalista y un diseñazo de inspiración nórdica, Manosanta es ‘mano de santo’ para quitarte el antojo de churros y revolucionar tu Instagram a la vez.

Tradición, innovación y minuciosidad se reflejan en este marco contemporáneo en el número 97 de la calle Hermosilla. Y sí, nos atrevemos a decir que son los mejores churros del barrio de Salamanca.

Chocolat

De Salamanca damos un salto a Las Letras para probar las porras de Chocolat. Estas y los churros se hacen al momento y se despachan del aceite hirviendo al plato. ¡Son excelentes!

Juan Alfonso Boada se coronó en 2003 en esta esquinita de la calle Santa María y sigue haciéndolo. Si Juliette Binoche pasara por aquí cambiaría sin duda los dulces franceses por los churros madrileños. ¡Seguro! Cada mañana y tarde, sus mesas y barra de mármol se llenan de cestas de mimbre con este manjar cuyo ingrediente fundamental es, dice él mismo, el cariño.

La Antigua

En Madrid, en Getafe y en León, La Antigua es otra con solera, pues lleva en pie desde 1913 deleitando con sus creaciones fritas. El saber hacer de cuatro generaciones de maestros churreros sigue más vivo que nunca en múltiples sedes; si vives en los barrios de Salamanca, Tetuán o Valdebebas, tienes una cerca.

Además de la receta tradicional de la bisabuela Juana, han innovado con lanzamientos como los churros rellenos de dulce de leche, de crema o de chocolate para los más golosos. Nosotros nos quedamos con su perfecta rosca de porras para darnos un homenaje matutino.

Hotel Urso

Los churros con chocolate en versión señorial, que para eso son un manjar de lujo, claro que sí, están en el hotel Urso. Este hotel boutique de cinco estrellas es uno de nuestros preferidos, entre otras cosas, porque sirve el chocolate con churros de San Ginés en pleno Alonso Martínez.

Todos los días, hasta las siete de la tarde, es posible pedirlos, con suerte, en compañía del piano que resuena en su lobby y estancias comunes. ¿Otro extra? Que, chocolate clásico aparte, ofrecen una carta con chispeantes variedades, como el chocolate caliente con pimienta y chile, con canela, con naranja o con ron; otra interesante vuelta de tuerca a esta costumbre tan nuestra.