¿Recuerdas cuándo empezaste a usar la inteligencia artificial? No, porque ese día es hoy

Como espectadores y protagonistas, estamos asistiendo a la era más fascinante de la humanidad, esa en la que los avances tecnológicos viajan a bordo de un loop que cada vez gira más rápido y más alto.

Quien esto relata aprendió a escribir jugando con una máquina de ídem de la firma Underwood propiedad de su padre, que a su vez la había heredado del suyo. La Underwood —fabricada en 1930— llevaba demasiados años guardada en el fondo de un armario, por lo que se prestó voluntariosa a la hora de mostrarle a aquel niño sus increíbles secretos mecánicos capaces de transmitir emociones. Las vocales y las consonantes, las tildes y los interrogantes, los ceros, los unos y hasta las equis con las que también se podían replicar los conejitos y piratas del catálogo de petit point que rondaba por la casa.

La cinta —negra y roja— se atascaba y manchaba tremendamente las yemas de los dedos al recolocarla. Las teclas estaban protegidas por un cristalito redondo, todos perfectos, menos el de la ‘Q’ que estaba quebrado. La ‘T’, la ‘H’ y la ‘U’ solían chocar y atascarse tras golpear el papel, la vida no sabía de fechas de caducidad y el mundo se intuía como un inmenso escenario de aventuras tan espectaculares como pendientes.

El renacer de los smartphones

¿A dónde queremos ir a parar? A este presente perfecto en el que, por primera vez en la historia, un móvil ha conseguido que la inteligencia artificial se transforme en una herramienta diaria, práctica y útil. Es como aquel día de finales de 1999 en el que descubriste un navegador minimalista y eficaz llamado Google, o aquel otro en el que tu nuevo móvil funcionaba cuando acariciabas su pantalla. Hay momentos que quedan para siempre y este de hoy, créenos, es uno de ellos.

Podría decirse que la inteligencia artificial lleva todo 2023 entre nosotros de una forma torpe, limitada y, por momentos, cursi o sobreactuada. Como profesionales que vivimos del arte de transmitir información y emociones juntando palabras, afirmamos que la IA no escribe aún textos creíbles, que se nota que pilla descaradamente de aquí y de allí, que junta frases sin sentido, que por ahora es el nuevo rincón del vago y que, en definitiva, es una máquina jugando a tener alma.

Sí, pero también es cierto que, y aquí viene el escalofrío, si esta de 2023 es su fase de recién nacida, no queremos ni imaginar cómo serán sus capacidades cuando cumpla 10, 18 o 25 años. Que no cunda el pánico. Es una herramienta, una muy sofisticada, la más sofisticada nunca antes vista, ergo: usémosla en nuestro beneficio.

La IA salta en 2024 del escritorio del portátil a la pantalla del smartphone para hacer que este —bastante aburrido en los últimos, digamos, tres años— entre por fin en una nueva dimensión. Podría decirse que, a priori, es la generación Z (1994-2010) la que más partido va a sacarle a la IA, ya que la usa un 78% más que el resto de grupos de edades y tiene de ella una percepción mucho más positiva (un 45% más que el resto).

Funcionalidades como Circle to Search o Live Translate —disponibles en el nuevo Samsung Galaxy S24 que ayer se puso a la venta en todo el mundo— son los servicios que más poderosamente llaman la atención porque han llegado para mejorarnos la vida.

Los asistentes de voz, los generadores de texto automático, los procesadores de imagen y las aplicaciones de atención al cliente son los servicios con IA más utilizados ahora mismo

Siguiendo con el estudio que firman Samsung e Ipsos (consultora experta en mercados), desde un punto de vista aspiracional, a un 38% de los españoles les encantaría que la IA les ayudase a la hora de cocinar y un 31% querría que les recomendase películas y series.

¿Miedos? Obviamente los hay. ¿Será la IA la amiga traidora que nos quite el trabajo? ¿Me quedaré amodorrado y con el encefalograma tirando a plano viendo como me adelanta por la izquierda? Podría ser. Recomendación: no te duermas en tus laureles de animal más evolucionado y no dejes de hacer tu Wordle cada mañana.

Inteligencia artificial y Galaxy S24: el tándem

La familia de los flamantes Galaxy S24 —en versión Ultra, S24+ y S24— ofrece funciones IA innovadoras y prácticas, para ayudar a transformar el modo en el que nos comunicamos, creamos o descubrimos el mundo. Nace así una comunicación sin barreras a través de funciones como Live Translate, Interpreter, Transcript Assist o Chat Assist, que obligan —todo hay que decirlo— a reeducarnos a nosotros mismos. Por ejemplo, ¿quieres que el Live Translate te saque de cualquier atolladero en tu próximo viaje a Japón? Perfecto, lo hará, siempre y cuando aprendas a hablar cuando sea tu turno y sin atropellar a tu interlocutor. Por ahora dispones de los 13 idiomas más hablados en el planeta Tierra (los de Coruscant tendrán que esperar).

Más ejemplos: el nuevo ProVisual Engine, conjunto de herramientas para la cámara impulsadas con IA, maximiza la libertad creativa, desde la captura de imágenes con nuevas funciones de zoom hasta la edición asistida por IA generativa. Que en la foto se ha colado un transeúnte: bórralo. Que no te gusta el tono de la imagen: cámbialo como si fueses la mismísima Annie Leibovitz.

Otra gran prestación es Circle to Search; de fácil manejo y resultados inmediatos, se convertirá en una herramienta clave para encontrar al instante lo que el mundo nos muestre. Una foto. Una mochila especialmente chula. Un círculo que dibujamos enmarcándola. Un segundo. Un enlace de venta. Bienvenida mochila nueva. Y quien dice mochila dice localización del restaurante favorito de Miguel Ángel Silvestre en Madrid o el abrigo sin taggear en un post de tu influencer preferido.

El Galaxy S24 Ultra está disponible en Titanium Gray, Titanium Black, Titanium Violet, Titanium Yellow, Sapphire Blue, SandStone Orange y Jade Green. Mientras que el Galaxy S24+ y el Galaxy S24 están disponibles en Onyx Black, Marble Gray, Cobalt Violet, Amber Yellow, Sapphire Blue, Sandstone Orange y Jade Green.

Nuestra venerable máquina de escribir Underwood contempla emocionada esta revolución comparable —en muchos sentidos— a la de su propia entrada en escena. Vivir, amar, avanzar.

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