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'Sucedió una noche', la 'abuela' de las comedias románticas: del autostop legendario a la camiseta de Clark Gable
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'Sucedió una noche', la 'abuela' de las comedias románticas: del autostop legendario a la camiseta de Clark Gable

La dama y el vagabundo que encarnaron Clark Gable y Claudette Colbert en la película de Frank Capra han influido en docenas de películas que se han estrenado después

Foto: Clark Gable y Claudette Colbert. (CP)
Clark Gable y Claudette Colbert. (CP)

"Acabo de terminar la peor película que he rodado jamás", dijo Claudette Colbert a un amigo, nada más acabar el rodaje de 'Sucedió una noche'. Ella era la protagonista de aquella película y el tiempo demostraría que su criterio no era muy bueno. La cinta de Frank Capra (cuya carrera se vio impulsada a la estratosfera a causa de la misma) fue la primera en ganar los 5 Oscar principales (película, director, guion, actor y actriz), se convirtió en la más taquillera de un estudio, la Columbia, por entonces menor, y su esquema argumental acabaría siendo copiado por cientos de comedias románticas a lo largo de 90 años.

La historia de amor entre una rica heredera que escapa del yugo de su padre y conoce, durante un viaje en autobús, a un periodista a la caza y captura de una buena historia hoy nos puede sonar a tópico. Pero en aquel 1934 supuso una auténtica revolución que deleitó, y mucho, a un público que veía comedias sin parar; a unos hombres y unas mujeres que adoraban ver, desde el confort de una sala de cine, las guerras continuas entre pobres y ricos. Al fin y al cabo, ser testigos de los vicios y las miserias de los adinerados era un consuelo para aquellos que tenían que robar el pan en la tienda de la esquina; para los que suplicaban por un trabajo en las interminables colas del paro en la época de más pobreza de Estados Unidos. La Gran Depresión azotaba fuerte y Frank Capra fue, seguramente, el que mayor partido cinematográfico le sacó.

placeholder El famoso autostop de 'Sucedió una noche'. (CP)
El famoso autostop de 'Sucedió una noche'. (CP)

Pocos meses antes del comienzo del rodaje, nadie quería estar en 'Sucedió una noche'. Un pequeño relato, 'Night Bus', firmado por Samuel Hopkins Adams, fue la inspiración, la semilla de la magia. Capra decidió que en aquella historia de dominical había una buena película. Y quería a los mejores actores para interpretar a Ellie Andrews y Peter Warne. A Gable, ya por entonces toda una estrella de la Metro-Goldwyn-Mayer, lo tuvo en el reparto casi por casualidad. El estudio del león quería castigar al 'rey de Hollywood' por su romance con Joan Crawford, y nada mejor que prestarlo a Columbia para hacer una película que por entonces solo era una serie B; un saldo de quinta categoría. A Colbert la contrataron porque le lanzó un órdago a Capra, convencida de que el director le respondería que no. "O cobro 50.000 dólares por las cuatro semanas de rodaje o no haré la película". Para sorpresa de todos, el director italoamericano aceptó su propuesta.

placeholder La actriz, en una secuencia de la película. (Columbia)
La actriz, en una secuencia de la película. (Columbia)

La actriz, quejumbrosa y maniática, no dejó de poner pegas durante esas cuatro semanas. ¿El más fastidioso? Se negaba a que las cámaras recogiesen el lado derecho de su cara, lo cual forzaba a repensar continuamente la planificación. Respetar su 'lado bueno' acabó condicionando cada uno de los momentos en los que aparece en pantalla. Otro inconveniente más: en la secuencia más famosa, Claudette Colbert tenía que hacer autostop enseñando su pierna para persuadir a los conductores. Colbert se negó a filmar lo que le parecía una absoluta ordinariez y Capra tuvo que recurrir a una doble.

Cuando la estrella vio la pierna de la pobre chica volvió a montar en cólera: no quería que el público pensase que esas pantorrillas eran las suyas. Al final, el director se salió con la suya y la psicología inversa funcionó: la buena de Claudette filmó la que es una de las secuencias más sugerentes y atrevidas de los años 30. Un momento emblemático que incluso se homenajea en la desastrosa 'Sexo en Nueva York 2', cuando Big le explica a Carrie Bradshaw que aquello resultaba verdaderamente escandaloso en la Norteamérica de los 30.

Gable protagoniza otro de los momentos más perdurables de la película: cuando el autobús nocturno deja tirados a Peter y a Ellie en mitad de la nada, ambos se ven forzados a compartir habitación en un bungalow de mala muerte. Con el firme objetivo de poner nerviosa a la mimada millonaria, el joven periodista se quita la camiseta. Meses después, el éxito de la película fue tal que disminuyeron las ventas de las camisetas interiores en un 75 por ciento. O, al menos, eso cuenta la leyenda, que también asegura que algunos fabricantes de esa prenda en cuestión pensaron demandar al estudio. Parece surrealista, pero esa era, por aquel entonces, la influencia avasalladora del cine sobre las vidas de los ciudadanos. Las películas les enseñaban cómo besar, cómo amar y, como ocurre en este caso, qué ropa comprar o no.

placeholder Gable y Colbert, en otro momento del film. (CP)
Gable y Colbert, en otro momento del film. (CP)

"Hicimos la película muy rápido: cuatro semanas. (...) Es una muestra de cuánto significa estar en el lugar correcto y en el momento correcto en el mundo del espectáculo; cómo, a veces, ninguna preparación es mejor que toda la preparación del mundo. (...) Sucede en los lugares más extraños y bajo las circunstancias más extrañas", dijo Capra muchos años después, cuando un periodista le preguntó por el éxito de una película que, además de la química entre sus protagonistas (dos prototipos de toda guerra de sexos cinematográfica que ha venido después), muestra una estampa inusitada y hasta poética de la Depresión; de esa época que obligaba a las gentes de todo un país a vagar errantes por las vías y las carreteras de una América en descomposición. En una secuencia del trayecto en autobús, un niño llora porque su madre se ha desmayado a causa del hambre que ambos están pasando. Jamás una comedia romántica, una 'screwball comedy' con bodas fallidas, ricas insoportables y amores de catálogo, había reflejado tan bien la situación social de un momento concreto.

Cuando Columbia estrenó la película, el 22 de febrero de 1934, no se esperaba demasiado de ella. Conforme avanzaban las semanas, más y más espectadores se sumaron a la diversión de ver a aquella dama enamorarse de aquel vagabundo. El guion funcionaba y la puesta en escena también (hasta el interior de ese autobús, un más que obvio decorado, es realmente adorable). La alquimia de todos sus ingredientes la acabó convirtiendo en el gran éxito del año.

placeholder Póster original de 'Sucedió una noche'. (Wikipedia)
Póster original de 'Sucedió una noche'. (Wikipedia)

En la noche de los Oscar, en la que la cinta ganó 5 estatuillas, Claudette Colbert volvió a equivocarse. Estaba tan convencida de que ella no ganaría el premio a la mejor actriz que ni siquiera asistió a la ceremonia. Así se lo contó a su amiga Bette Davis. Cuando escuchó su nombre en la radio, reconoció ante sus amigos que se lo debía todo a Frank Capra. Gable sí asistió para recoger su Oscar como mejor actor, el único que ganó en toda su carrera. El intérprete optó por regalarle el premio a un pequeño admirador. Mucho tiempo después, cuando ese niño fue un hombre, devolvió la estatuilla a la familia del protagonista de 'Lo que el viento se llevó'. Y unos cuantos años más tarde, fue Steven Spielberg el que compró el Oscar para devolverlo a la propia Academia de Hollywood.

En estas nueve décadas, muchos analistas han escrito sesudos estudios (que conviene no repetir aquí) sobre las razones del éxito popular e intelectual de 'Sucedió una noche'. Algunos creen que, en ciertos momentos del viaje de los protagonistas (al fin y al cabo, la película también es una 'road movie'), todo gira hacia lo onírico (esos planos del campo en plena noche o casi todo el diálogo entre los dos amantes separados, recatadamente, por unas cortinas a las que llaman las 'murallas de Jericó'). Y ese es un atractivo que perdura en el subconsciente de los espectadores.

Sin embargo, puede que las razones de esa conquista de las masas sean mucho más sencillas. Durante una secuencia, Gable y Colbert hablan de la pareja ideal, de la persona que debería acompañarles el resto de sus vidas. Así se acaban dando cuenta de que, clases sociales aparte, están hechos el uno para el otro. Un momento que han vivido millones de personas enamoradas, durante cientos de épocas, en todo el mundo. Por eso 'Sucedió una noche' sigue siendo un poco de todos.

"Acabo de terminar la peor película que he rodado jamás", dijo Claudette Colbert a un amigo, nada más acabar el rodaje de 'Sucedió una noche'. Ella era la protagonista de aquella película y el tiempo demostraría que su criterio no era muy bueno. La cinta de Frank Capra (cuya carrera se vio impulsada a la estratosfera a causa de la misma) fue la primera en ganar los 5 Oscar principales (película, director, guion, actor y actriz), se convirtió en la más taquillera de un estudio, la Columbia, por entonces menor, y su esquema argumental acabaría siendo copiado por cientos de comedias románticas a lo largo de 90 años.

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