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Real Fábrica de Tapices e Iloema presentan nueva técnica con diseño contemporáneo
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ALTA ARTESANÍA

Real Fábrica de Tapices e Iloema presentan nueva técnica con diseño contemporáneo

Dos apasionadas de la alta artesanía embarcadas en un proyecto tan romántico como necesario. Un artista abstracto enamorado de los colores puros. La Real Fábrica de Tapices. ¿Cómo se llama la película? La gran belleza

Foto: Mesas 'Julio' y 'Agosto', serie limitada y numerada del artista Antonio Ballester Moreno. (Manolo Yllera)
Mesas 'Julio' y 'Agosto', serie limitada y numerada del artista Antonio Ballester Moreno. (Manolo Yllera)

En 2019, Silvia Delgado de Torres y Teresa Muñoz-Rojas, dos enamoradas de la belleza y la tradición, amigas desde su paso por el Colegio Estudio, crean Iloema, plataforma para la recuperación de la artesanía textil española empeñada en poner voz y rostro a nuestros artesanos y a los titánicos esfuerzos que sus creaciones conllevan; una aventura romántica, quijotesca por momentos, y absolutamente necesaria en estos tiempos absurdos en los que la capacidad de atención navega por un proceloso océano de mínimos históricos.

Iloema —resultante del matrimonio entre un 'hilo' y un 'poema'— comisaría y fomenta diálogos creativos entre artesanos tradicionales y artistas contemporáneos para garantizar el futuro de nuestra rica tradición textil. Unas colaboraciones creativas que están arrojando exquisitos ejemplos de objetos textiles atemporales, como los que ahora nos ocupan.

placeholder El ceremonial del corte es uno de los más mágicos de los muchos que se dan en la Real Fábrica de Tapices. (Manolo Yllera)
El ceremonial del corte es uno de los más mágicos de los muchos que se dan en la Real Fábrica de Tapices. (Manolo Yllera)

En esta singladura de raíces y buen gusto, Iloema ha presentado el resultado de su última aventura: dos mesas cubo y una mesa otomana creadas por el artista conceptual Antonio Ballester Moreno (Madrid, 1977) en la Real Fábrica de Tapices.

Estas piezas —homenaje al verano— reflejan perfectamente el estilo de Ballester Moreno: su manera de abordar el paisaje, su gusto por la abstracción y los colores puros.

placeholder 'Julio' y 'Agosto', las dos mesas cubo del artista Antonio Ballester. (Manolo Yllera)
'Julio' y 'Agosto', las dos mesas cubo del artista Antonio Ballester. (Manolo Yllera)

La simbología de los colores es sencilla y se encuentra en la naturaleza: el azul del agua, el amarillo del sol y el verde del reino vegetal. “Agua azul más luz amarilla da verde, las plantas necesitan agua y luz para sobrevivir. Esas ecuaciones sustentan la vida y están presentes en mis piezas: el positivo y el negativo. En el cielo no se sabe si las nubes son lo blanco o lo azul, o no se distingue lo que está arriba o abajo”, explica el artista.

‘Julio’, ‘Agosto’ y ‘Septiembre’

Ballester Moreno ha expuesto en museos y galerías de Berlín, São Paulo y Nueva York. Su obra puede ser disfrutada en centros y colecciones como el Reina Sofía, el Musac, el CA2M, el Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) o la Colección Banco de España, entre otras.

placeholder 'Agosto', de Ballester Moreno. (Malono Yllera)
'Agosto', de Ballester Moreno. (Malono Yllera)

Las mesas cubo —bautizadas ‘Julio’ y ‘Agosto’ (0,52 x 0,52 x 0,52 cm)— y la otomana —‘Septiembre’ (1,65 x 1,20 x 0,43 cm)— están elaboradas en lana española y lino sobre estructura de madera. El proceso de tintura de la lana se realizó en la Real Fábrica.

Gracias al proyecto de Iloema, la Real Fábrica de Tapices ha desarrollado una técnica que arroja un nuevo tejido, un híbrido entre tapiz y alfombra

placeholder 'Septiembre', la mesa otomana. (Manolo Yllera)
'Septiembre', la mesa otomana. (Manolo Yllera)

‘Julio’, ‘Agosto’ y ‘Septiembre’ forman parte de una serie limitada y numerada, y solo se realiza por encargo. Trabajada a mano, cada una de las piezas requiere de al menos dos meses de elaboración.

El futuro de la artesanía

Hasta la fecha, Iloema ha formado a cinco bordadores, que han aprendido las técnicas de los bordados de Lagartera y otros pueblos aledaños, o las técnicas del bordado del oro; los cinco se dedican ahora profesionalmente a ello. También están formando en bordado a diez mujeres de la comunidad bangladesí del barrio madrileño de Lavapiés.

El objetivo de Iloema es crear nuevas generaciones de artesanos, salvaguardando su talento e incorporándolos a la producción. En otras palabras: dignificar a este tipo de profesionales, equiparando su trabajo al de un artista. Y, cómo no, crear empleo en zonas rurales con escasa oferta laboral.

placeholder Miguel Ángel Vargas, de la Real Fábrica de Tapices; Silvia Delgado de Torres, Antonio Ballester Moreno y Teresa Muñoz-Rojas. (Mari Primo)
Miguel Ángel Vargas, de la Real Fábrica de Tapices; Silvia Delgado de Torres, Antonio Ballester Moreno y Teresa Muñoz-Rojas. (Mari Primo)

La Real Fábrica de Tapices, fundada por Felipe V en Madrid en 1721, es líder en el campo de la fabricación y restauración de tejidos exclusivos. A lo largo de su historia ha producido piezas únicas —como los cartones de Goya para tapices en 1775— y es todo un referente internacional en formación y divulgación.

Teresa y Silvia viajan por toda España buscando las mejores artesanías textiles. Colaboran ya con artesanos de Galicia, Castilla y León, Extremadura, Toledo y Andalucía. Iloema cuenta con dos líneas de negocio: la de ediciones limitadas y numeradas de artistas, solo por encargo, y la inspirada en bordados antiguos, como los de Lagartera, o en los dibujos de las cerámicas de Talavera de la Reina.

placeholder Bolso de Iloema inspirado en los bordados de Lagartera. (Cortesía)
Bolso de Iloema inspirado en los bordados de Lagartera. (Cortesía)

Poemas con hilo y alma

En 2019, Silvia Delgado de Torres y Teresa Muñoz-Rojas, dos enamoradas de la belleza y la tradición, amigas desde su paso por el Colegio Estudio, crean Iloema, plataforma para la recuperación de la artesanía textil española empeñada en poner voz y rostro a nuestros artesanos y a los titánicos esfuerzos que sus creaciones conllevan; una aventura romántica, quijotesca por momentos, y absolutamente necesaria en estos tiempos absurdos en los que la capacidad de atención navega por un proceloso océano de mínimos históricos.

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