Milán y Venecia, desde otros ángulos: planes perfectos para viajeros ilustrados

Visitar Milán se antoja como uno de esos planes tan cosmopolitas como clásicos, y es que la capital financiera de Italia es está llena de claroscuros, de contrastes y de paradas obligadas que en esta ocasión nos vamos a saltar. Porque La Scala, su Duomo, la Galería Vittorio Emanuele o el Cuadrilátero de Oro los conoce todo el mundo; pero a sus palacetes modernistas, al barrio que parece recién salido del Caribe o a las tiendas vintage donde compran los famosos van muy pocos, y nosotros hemos estado allí.

Te recomendamos hospedarte en el hotel Avani Palazzo Moscova, ubicado entre Porta Nuova, famoso por sus rascacielos, y Corso Como, conocido por su vida nocturna. Lo que lo hace especial, además de su maravilloso edificio neoclásico que en su día albergó la primera estación de ferrocarril de la ciudad, es que ofrecen experiencias que hacen sentir al visitante como en casa y conocer la cara B de la capital lombarda.

Puedes arrancar la jornada en bici para conocer dos décadas de historia urbana explorando barrios y lugares tan emblemáticos como Brera, el distrito más bohemio. Visita sus cafés, galerías, museos, tiendas y su famosa pinacoteca, con una de las mayores colecciones de pintura del país (atención a las obras de Caravaggio, Tintoretto o Rafael). Arco della Pace o Castello Sforzesco son algunas de las paradas que harás durante este periplo a dos ruedas.

Aunque para planazo, qué te parece recorrer los rincones más desconocidos de la ciudad a bordo de un Fiat 500 de época. Federico Vaccari es el propietario del cinquecento perfectamente restaurado, un emprendedor que, tras vivir en Holanda o México, decidió volver a su país natal y acercar a los turistas al Milán más desconocido e instagrameable (sabe exactamente desde dónde tienes que hacer cada foto para que salga perfecta).

Uno de los escondites a los que te llevará es el conocido como el Cuadrilátero del Silencio, un oasis en medio de la ciudad, muy cerca de Porta Venezia. Unas cuantas manzanas plagadas de palacetes de estilo art decó y liberty construidos a finales del siglo XIX y principios del XX con el fin de alojar a los burgueses que surgieron tras la Revolución Industrial. Aunque en la actualidad la mayoría son oficinas o estudios de arquitectura, algunos, como Villa Invernizzi en Via Capuccini, esconden huéspedes tan peculiares como un grupo de flamencos que pasean por sus jardines.

Otra de las paradas favoritas de Federico es el conjunto de casa entre las calles de Abraham Lincoln y Benjamin Franklin. Los empleados del ferrocarril de finales del siglo XIX quisieron darle un toque de color a sus viviendas, por lo que las pintaron de azul, rosa, amarillo, verde y rojo. El colorido, junto con los pequeños jardines, hacen que te sientas más en un país caribeño que en Milán.

Si eres amante de las compras, vas a alucinar con las joyas ocultas de la moda vintage de la ciudad. De la mano de la agencia de turismo alternativo Rban Tours podrás visitar Cavalli & Nastri, pioneros en este tipo de tiendas, donde de sus percheros cuelgan prendas de Chanel, Louis Vuitton o Dolce&Gabbana. Después, parada obligada en Vintage Delirium para intentar hablar con su dueño, el coleccionista Franco Jacassi, quien, ojo al dato, fue amigo íntimo de Gianni Versace. Megan Fox o Ye son asiduos a este local.

Una última parada en Foto Veneta Ottica, una óptica abierta desde 1931 y cuya colección guarda más de 2.000 referencias. Emanuele Bisello, tercera generación al frente, te contará anécdotas sobre la adquisición de los modelos más disparatados, cuáles son los más caros o cómo fue que sus gafas aparecen en la película de Lady Gaga 'La casa Gucci'.

Alimentado el espíritu, toca hacer lo propio con el cuerpo, y en Milán la oferta gastronómica fabulosa. Pásate por la ostrería Stendhal, Serafina o por Gambero Rosso, y no dejes de probar la flor de calabaza rellena, la burrata, cualquiera de sus pastas (mejor con trufa) o el clásico tiramisú. Si te gusta el marisco, Forte es el restaurante del hotel, donde una cocina de autor con producto fresco te dejará sin palabras (pide los gnocchi de gamba roja con pecorino).

De Milán a Venecia en tren

Si te decimos que durante nuestro recorrido milanés nos encontramos con modelos y artistas, probablemente no te sorprenda, pero cruzarte con Giorgio Armani paseando por las calles y que te puedas hacer una foto con él ya es de otro nivel; así que tomemos el tren rumbo a Venecia, más que satisfechos. El trayecto solo dura un par de horas y aunque va haciendo parada en distintas ciudades, es muy entretenido y te costará menos de 15 euros.

El hotel elegido es Avani Rio Novo Venice, que se encuentra en el barrio de Dorsoduro, conocido por sus emblemáticos canales y puentes centenarios. El edificio del hotel es un claro ejemplo del racionalismo italiano, con líneas limpias y formas geométricas, que contrasta con un interior plagado de referencias cinematográficas.

No podemos ignorar que es una ciudad bañada por el influjo de su famoso festival del cine, y por el espíritu festivo del carnaval, al tiempo que se enorgullece de la cantidad de tesoros culturales que posee. Nota mental: no dejes de visitar la colección de Peggy Guggenheim.

La privilegiada ubicación de Avani Rio Novo es perfecta para acercarte a Dorsoduroa a tomar uno de sus típicos aperitivos (cicchetti), que debes acompañar con un prosecco o un Aperol spritz en alguna de las terrazas. A pocos pasos se encuentra Campo Santa Margherita, el epicentro de la vida nocturna veneciana y otro de los puntos de encuentro a tener en cuenta.

El hotel de Venecia también ofrece experiencias underground para los más curiosos. Por ejemplo, ¿qué te parece empezar el día con una sesión de running al amanecer guiados por el experto local? Lo mejor es poder contemplar la ciudad vacía y disfrutar de un amanecer lleno de colores.

No te pierdas la visita a la isla veneciana de Giudecca, una delicia para los amantes del arte. Allí podrás ver de cerca el mundo de las máscaras venecianas a través de un taller dirigido por Augusto Abrí, uno de los artistas más reputados de la ciudad y reconocido por su trabajo en producciones de Hollywood como '50 sombras de Grey' o 'Spiderman'. Durante esta experiencia, el artista comparte las historias que se esconden tras algunas de las máscaras más célebres mientras haces la tuya propia para llevarte un recuerdo a casa.

Otra de las propuestas del hotel es la visita al taller de Andrea Penzo y Cristina Fiore en la isla de Murano, a donde llegas en uno de los muchos vaporettos que recorren los canales. Además de conocer la inmersión de los artistas en el arte contemporáneo, podrás hacer tus mini perlas y comprobar por ti mismo por qué es uno de los trabajos más cotizados y valorados en el mundo.

El Palacio Ducal, la Plaza de San Marcos y su basílica, la Torre del Reloj o el Gran Canal, son visitas obligadas si nunca has estado en la ciudad, al igual que comer en Harry’s Bar, un restaurante fundado en 1931 y creador del Bellini, el delicioso cóctel con prosecco y melocotón. ¡Salute!