Rozalén: escapadas a la montaña, zapatos animal print, rock & roll y una aurora boreal
La cantante y compositora albaceteña publica su nuevo disco, 'El abrazo', trece emotivas canciones que suponen una oda a las cosas que parecen sencillas pero que son las más importantes de la vida: el amor y la muerte
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“Mi madre dice que canto desde que empecé a hablar”, advierte. Toca instrumentos desde los 7 años y a los 16 dio su primer concierto; pero fue en 2012 cuando dio un salto definitivo en el panorama musical tras la difusión de la canción y el videoclip '80 veces'. Su ascendente carrera ya atesora un Goya y seis discos de oro. Lo cierto es que a María de los Ángeles Rozalén (Albacete, 1986) no hay etiqueta que la defina ni estilo que no quiera probar. Su portentosa voz, sus raíces y su vida, que han inspirado muchas de sus canciones, y su hipersensible forma de tratar temas latentes como el feminismo, la violencia de género o la inmigración, la han catapultado al éxito.
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Con su último trabajo, 'El abrazo', que llevará a los escenarios de toda España durante los próximos meses y que ella misma define como "muy emocional", va un paso más allá tratando temas universales "que son los verdaderamente importantes de la vida: alegría y nostalgia, abrazos y duelos, con los que todo el mundo puede sentirse identificado", apunta la cantautora castellano-manchega. Otro laberinto emocional envuelto en ritmos latinos, electrónica, folklore y pop que recibimos con los brazos abiertos.
PARA COMER
Desayuno favorito: “Fuera de casa no hay nada que me tiente más que tomar unos churros con chocolate con mis padres. Si es en domingo, como lo hemos hecho siempre, mejor. En casa, pan rico de pueblo con sal y aceite de oliva virgen y un café o un té con un poco de leche al que siempre le añado propóleo, miel…”.
Mesa y mantel: “Me encanta cocinar, los platos de cuchareo, tanto en invierno como en verano, la sopa de cocido de mi madre, muy cremosita… Si decido darme un homenaje gastro fuera de casa, me cuesta elegir un solo lugar. Como soy una enamorada de la comida japo, uno de mis fijos es Natur & Sushi (Lope de Vega, 2), en Villanueva de la Cañada, el cocinero hace unos sushis que alucinas. En Valdemorillo, donde vivo desde hace varios años, lejos del bullicio de Madrid, me gusta ir a Taberna Atípica La Plazita (Ángel, 2), un bar restaurante con platos tradicionales pero muy bien preparados. Si el plan es informal, también podría quedar en La Tagliatella y pedir una pizza arrabbiata o cualquier plato de pasta con un toque picante, que me encanta. Para acompañar, un vino Rioja o manchego”.
Postre irresistible: “Un helado, en cualquier época del año; me atrevo con todos los sabores, por insólitos que parezcan, aunque mis favoritos son los cítricos. Vamos, que me invitan a un helado de limón o de mandarina y soy feliz”.
Al mercado: “Mi favorito era el de San Miguel (Pl. San Miguel, s/n), en Madrid, donde, por cierto, comí ostras por primera vez. Ahora también me gusta mucho el de San Fernando (Embajadores, 41), en pleno barrio de Lavapiés, muy castizo y donde puedes disfrutar de un montón de comidas multiculturales en un mismo espacio”.
PARA COMPRAR
Básicos de moda: “Aunque cada vez me llevo mejor con la moda, tengo un punto punk del que no quiero despegarme. Debe ser por eso que me gustan las prendas artesanales, hechas a mano y ajenas a la tendencia, que encuentro en tiendas inesperadas. Eso no impide que también vaya mucho a Inditex. ¿Un capricho fashion? Cualquier prenda animal print, mi estampado fetiche”.
Accesorios top: “Las gafas no me gustan porque me dan calor; sin embargo, me entusiasman los anillos salvajes, un poco punkis, las sandalias y las botas Dr. Martens”.
Hora de lectura: “Mis librerías favoritas son las de la calle Corrientes, en Buenos Aires, donde encuentras maravillosas ediciones de libros antiguos, otros usados, grandes clásicos… Además, están abiertas hasta mucho después del anochecer. Otra que he descubierto hace poco y me apasiona es El Péndulo, en Ciudad de México (Av. Álvaro Obregón, 86), muy especial porque, además de poder elegir entre un montón de obras, cuenta con una cafetería y un espacio llamado El Foro Tejedor donde los cantautores hacen conciertos maravillosos. ¿Mis últimas lecturas? El libro póstumo de Gabriel García Márquez, 'En agosto nos vemos', que me regalaron en Bogotá; otro de psicología, 'Sal de tu mente, entra en tu vida', de Steven C. Hayes; varias biografías de Chavela Vargas y 'El infinito en un junco', de Irene Vallejo. Tengo la casa petada de libros, cada vez más”.
PARA CUIDARME
Por los pelos: “Voy desde hace tiempo a una peluquería del barrio de Vicálvaro, La Pelu de Alba (Caliza, 39), porque son unas megacrack con el color y participan en muchas de mis producciones. En casa me gusta cuidar el pelo con aceites y mascarillas de Moroccanoil y de Icon, especialmente uno con esencias de La India que tiene un aroma fantástico”.
En forma: “Siempre he hecho mucho deporte, sobre todo voleibol —el deporte en equipo me ha enseñado valores superútiles para la vida—, y ahora me gusta levantarme temprano y hacer en casa mi propia rutina de ejercicios combinando estiramientos, cardio y fuerza. Además, cuando tengo tiempo, doy clases de yoga y Pilates y, como me apasiona la montaña, hago caminatas kilométricas por El Escorial y otros puntos de la sierra de Madrid, que tiene rutas increíbles”.
Aciertos beauty: “No me despego de mis cremas hidratante y nutritiva de Clarins y hace poco me he regalado un tratamiento de vitamina C pura para la cara que me ha encantado. ¿Fragancia favorita? Lancaster Pink, pero como la han retirado estoy a la búsqueda de un nuevo perfume”.
PARA VIAJAR
Hotel de ensueño: “Me enamoró para siempre el Balarés (Balarés, 3), en Ponteceso, A Coruña, muy pequeño, pero lleno de encanto, situado frente a una cala recóndita y semivacía y con una cocina alucinante. Las cabañitas donde nos alojamos son de lo más peculiar”.
En concierto: “Ah, me gustaría verlos todos, porque siempre me aportan algo. El último ha sido uno de Jorge Drexler y, por supuesto, me encantaría alguno de Metallica, el próximo de Taylor Swift en Madrid o cualquiera de Beyoncé, que me parece una diosa total. También me gusta mucho ir a salas pequeñas y escuchar a cantautores. En casa, como apenas veo la tele, escucho música a todas horas: desde latineo a folklore, cantautores o rock a saco”.
Un destino en el mundo: “Letur, mi pueblo, en la sierra del Segura, un enclave mozárabe con muchas cuestas, muchas fuentes y un mirador maravilloso apoyado sobre una roca que alucina a todo el que lo visita. Cuando viajo, busco destinos que tengan poco que ver con nuestra cultura. Los últimos que he apuntado en mi agenda, después de descubrir Costa Rica de norte a sur, son Finlandia, Noruega o cualquier rincón del mundo donde pueda contemplar una aurora boreal. Y Japón, que me llama la atención desde siempre”.
“Mi madre dice que canto desde que empecé a hablar”, advierte. Toca instrumentos desde los 7 años y a los 16 dio su primer concierto; pero fue en 2012 cuando dio un salto definitivo en el panorama musical tras la difusión de la canción y el videoclip '80 veces'. Su ascendente carrera ya atesora un Goya y seis discos de oro. Lo cierto es que a María de los Ángeles Rozalén (Albacete, 1986) no hay etiqueta que la defina ni estilo que no quiera probar. Su portentosa voz, sus raíces y su vida, que han inspirado muchas de sus canciones, y su hipersensible forma de tratar temas latentes como el feminismo, la violencia de género o la inmigración, la han catapultado al éxito.