Nos confiesa que es de flechazos, que no le gusta pensar mucho las cosas, y que no es de piezas carísimas, pero sí de hallazgos como nos descubre en la sala de estar con el cartel publicitario de un estanco que encontró en una almoneda, que contrasta con un discóbolo de mármol de Almoneda Gárgola sobre una peana a pocos metros, y junto a ellos y el retrato antiguo, un óleo de El Rastro, junto a una vieja mesa de escuela de La Europea. Nos sigue contando sobre su familia, sus hijos, su libro y sobre datos que desconocíamos como que el 70% de las veintisiete haciendas que salen en ‘Inside Yucatán’ son de norteamericanos.
La provincia de Mérida, nos cuenta Susana: “A finales del siglo XIX se descubrió un tipo de Ágave, que se llamaba Henequén, que tiene una fibra que es muy especial, pues es muy resistente a la humedad, es muy fuerte y descubrieron que servía para utilizar como cabos de los barcos y también para sacos, para transportar fruta y verdura. Y se empezó a exportar esta fibra que era tan consistente a la hora de proteger de la humedad, mucho más que una fibra natural. Y entonces se empezó a exportar a Estados Unidos, y fue tal el éxito que al ser Yucatán el único productor, esta zona se enriqueció. Los grandes hacendados, que en su época se dedicaban al cultivo del maíz y la ganadería, descubrieron que sus haciendas podían ser más rentables y en ese siglo había más millonarios en la ciudad de Mérida, que en cualquier otra del mundo.