Locos por Casa de las Flores, el solo adultos más divino de la fascinante Lanzarote
Este hotel boutique es el proyecto personal del experto en turismo Óscar Cubillo y la artista Gigi de Vidal. Una casona de cinco habitaciones en las que la hospitalidad se funde con arquitectura, diseño y mucho arte
‘Lujo en calma’ podría ser tal vez la mejor forma de definir Casa de las Flores. Un exclusivo hotel boutique de cinco habitaciones y suites nacido en 2022 a partir del sueño de una pareja que buscaba crear un concepto de hotel que hasta el momento no había encontrado, pero que deseaba, y por lo tanto decidió diseñarlo.
Hablamos de 'diseñarlo' con la boca bien grande, ya que cuando Gigi y Óscar adquirieron esta casona de 1786, el espacio estaba muy lejos de ser lo que es hoy, y también de lo que fue cuando se construyó hace casi 250 años en la que entonces era la capital de esta remota isla. Los nuevos propietarios han querido vincular la historia y traerla al siglo XXI con una propuesta donde arquitectura, diseño, innovación y comodidad se funden en un espacio único lleno de creatividad rodeado de paisajes que a muchos nos traslada directamente a otro planeta.
Casa de las Flores es casa desde que se recibe el primer mensaje de confirmación de la reserva. Delicado, cercano y personal, firmado por los mismos propietarios, que serán también los que te reciban a tu llegada, te traten por tu nombre y te sienten en un salón o en el patio interior, y con una infusión o una copa de vino, te expliquen su filosofía y todos los servicios del hotel mientras te hacen el check-in. Conocerse “calmadamente” es el primer paso para ayudar a cada huésped a descubrir “su Lanzarote”.
Casa de las Flores no es solo un hotel, es un refugio desde el que explorar, sentir, experimentar los innumerables rincones —playas y charcos, miradores, paseos, centros de arte y artesanía, bodegas y restaurantes— para descubrir la isla a tu aire. Este hotel no quiere que te quedes dentro de él —aunque cuesta salir de un lugar tan sensorial—, sino que explores a través de sus propietarios esa Lanzarote donde el diseño, la belleza y el paisaje crean memorias absolutamente inolvidables.
Es un hotel de lujo, de mucho lujo. Ese lujo silencioso que solo se consigue a través de la personalidad, la calma y un servicio exquisito, con una atención extrema a cada detalle. No es casual que sea uno de los hoteles boutique mejor valorado de Lanzarote en plataformas de reservas o que lo hayan elegido entre los 45 hoteles de diseño más cool de Europa —lista elaborada por el sitio Petit Passport—, tampoco es casual que muchos de sus clientes se marchen deseando repetir. Y repitan.
Cada una de sus cinco habitaciones y suites es distinta, única, especial. La más demandada es la suite El Patio, amplia seductora, con patio privado con piscina climatizada, solarium y cocina en estancia separada; seguida por la suite El Balcón, la única en el piso superior y con vistas insuperables al Volcán de Guanapay, al Castillo de Santa Bárbara y a los tejados del Casco Histórico-Artístico de Teguise.
Los huéspedes pueden alojarse en otras tres habitaciones de categoría premium: La Salita, El Cuarto y El Gabinete —los nombres hacen referencia a los usos que tenían en el momento de su construcción—, todas ellas de gran amplitud, suelos de madera, techos de cinco metros de altura y una comodidad calmada y llena de detalles.
El lujo está en los detalles
Sábanas son de algodón cien por cien, satén de trescientos hilos de un blanco impoluto, camas king, toallas bordadas, baños XL con duchas infinity, control de voz de dispositivos, televisores inteligentes, tabletas y, sobre todo, un delicado aroma firmado por Le Labo que todo lo envuelve.
De igual modo, Casa de las Flores se pelea la responsabilidad. Es plástico cero, autogeneración energética, productos ecológicos, consumo de kilómetro cero… Es conciencia medioambiental en una isla lejana, sin lluvia y con enormes retos.
El desayuno como parte de la experiencia
En este hotelito, el desayuno es parte imprescindible de la experiencia. Servido en vajilla pintada a mano por la artista Nuria Blanco y cocinado fresco cada mañana. Una sorprendente experiencia, ya que los huéspedes no eligen, sino que se dejan seducir por un menú gastronómico de seis pases que cambia cada día. Un concepto innovador que huye del desayuno clásico y apuesta por la calidad, el producto y la creatividad.
Diseño, arquitectura y mucho arte
En Casa de las Flores también hay arte, mucho arte. Piezas únicas de artistas nacionales e internacionales en cada habitación, suite y zonas comunes, arte con sentido de utilidad, que transporta, seduce y embellece.
El arte se respira en cada estancia con pinturas, tapices y esculturas móviles creadas con mimo por Gigi de Vidal, la otra mitad de Casa de las Flores. En su estudio, frente al hotel, crea piezas que se quedan en el hotel y a menudo viajan con algunos huéspedes enamorados del arte que quieren llevarse un trocito de Casa de las Flores.
También hay numerosas piezas de otros artistas, como Óscar Latuag, Nuria Blanco, Señor Deckard, Nieves Morales, Pablo Quejido, Aquilino Rodríguez o el colectivo Papacría, que busca rescatar el paisaje protegido de Famara reutilizando elementos arquitectónicos abandonados con los que genera piezas de arte, como la llamada ‘Coordenadas’, la escultura de hormigón que da la bienvenida al hotel.
La luz natural es el principal elemento que se tuvo en cuenta a la hora de diseñar y combinar los espacios. La idea era incorporar la esencia de la isla al hotel, conectando exterior con interior, sintiendo Lanzarote desde dentro con sus colores volcánicos, la inmensidad de los paisajes de La Geria y Timanfaya, la calma que se respira, la belleza de la simplicidad y, por supuesto, la influencia de César Manrique.
Casa de las Flores hay que vivirla para, desde ella, descubrir otro Lanzarote, más espiritual y elevado. Abierto todo el año. Solo adultos.
‘Lujo en calma’ podría ser tal vez la mejor forma de definir Casa de las Flores. Un exclusivo hotel boutique de cinco habitaciones y suites nacido en 2022 a partir del sueño de una pareja que buscaba crear un concepto de hotel que hasta el momento no había encontrado, pero que deseaba, y por lo tanto decidió diseñarlo.
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